México.-11 febrero.- Al grito de “¡Haremos ruido hasta que estés
libre!”, decenas de personas se manifestaron hoy afuera del Juzgado 68
penal para protestar contra el juez Santiago Ávila Negrón, que el pasado
17 de diciembre dictó auto de formal prisión a Yakiri Rubí Rubio
Aupart, joven acusada de homicidio luego de defenderse del hombre que la
violó sexualmente.
Esta mañana un grupo de activistas se plantó afuera del Juzgado 68 penal, ubicado en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, para presenciar la audiencia con los testimonios de Yakiri y Luis Omar Ramírez, quien presuntamente fue cómplice de su hermano Miguel Ángel en la violación de la joven.
Según denunció la joven en su momento, el pasado 9 de diciembre cerca de las 7 de la noche salió de trabajar.
Su plan era encontrarse con su pareja en la estación del Metro Doctores, pero en el lugar dos sujetos a bordo de una motoneta naranja se le acercaron; primero ofrecieron llevarla, después la molestaron y a la fuerza la llevaron a un hotel.
Yakiri afirmó que una vez en la habitación, Omar se fue y Miguel Ángel la violó sexualmente mientras la amenazaba con una navaja.
Tras la agresión la joven logró defenderse y doblar la mano del sujeto y herirlo. Cuando corrió desnuda a la calle encontró a unos policías que la llevaron a la Agencia 50 del Ministerio Público.
Al momento de declarar, llegó Omar y la acusó de asesinar a su hermano. Por ello un grupo de mujeres integradas en el Comité Ciudadano por la Libertad de Yakiri sostienen que es evidente la manipulación y la falta del debido proceso, por lo que afirmaron que era necesario conocer los testimonios de testigos claves como los encargados del hotel y verificar los dichos de Omar.
A la audiencia de hoy en el Juzgado 68 se citó a un encargado del hotel y al hermano de Miguel, quien murió por una herida con navaja en el cuello. La reunión se realizó a puerta cerrada mientras las manifestantes protestaban afuera.
Las mujeres del Comité por la Libertad de Yakiri leyeron un pronunciamiento en el que criticaron que los impartidores de justicia acusen a quienes se defienden de sus agresores.
“Si nos odian por haber sobrevivido es que la justicia nos quiere muertas”, gritaron.
Al hacer una relatoría del caso, las manifestantes recordaron que el proceso lo lleva el juez Santiago Ávila Negrón, quien desde 2011 enfrenta una acusación por acoso sexual y en 2004 reprobó el examen de actualización, en el que se concluyó que carece de técnica jurídica, comete omisiones y errores como no notificar a las partes, tiene falta de motivación y no hay congruencia en sus resoluciones.
Señalaron que este caso es un ejemplo de que las mujeres son blanco fácil de violencia sexual, y pese a ello se les impone la obediencia y se les niega el derecho a defender su libertad y la autonomía de su cuerpo.
Dijeron que hay una complicidad evidente de los juzgadores con los agresores porque los primeros suelen proteger a violadores y feminicidas, aun si se trata de una situación donde la víctima ejerció la legítima defensa. Por ejemplo, en el caso de Yakiri funcionarios afirmaron que mintió sin antes analizar la evidencia.
Las activistas dijeron que todas las mujeres pueden decidir y defender su cuerpo de cualquier agresión.
También calificaron a Omar de mentir en sus declaraciones.
Esta mañana un grupo de activistas se plantó afuera del Juzgado 68 penal, ubicado en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, para presenciar la audiencia con los testimonios de Yakiri y Luis Omar Ramírez, quien presuntamente fue cómplice de su hermano Miguel Ángel en la violación de la joven.
Según denunció la joven en su momento, el pasado 9 de diciembre cerca de las 7 de la noche salió de trabajar.
Su plan era encontrarse con su pareja en la estación del Metro Doctores, pero en el lugar dos sujetos a bordo de una motoneta naranja se le acercaron; primero ofrecieron llevarla, después la molestaron y a la fuerza la llevaron a un hotel.
Yakiri afirmó que una vez en la habitación, Omar se fue y Miguel Ángel la violó sexualmente mientras la amenazaba con una navaja.
Tras la agresión la joven logró defenderse y doblar la mano del sujeto y herirlo. Cuando corrió desnuda a la calle encontró a unos policías que la llevaron a la Agencia 50 del Ministerio Público.
Al momento de declarar, llegó Omar y la acusó de asesinar a su hermano. Por ello un grupo de mujeres integradas en el Comité Ciudadano por la Libertad de Yakiri sostienen que es evidente la manipulación y la falta del debido proceso, por lo que afirmaron que era necesario conocer los testimonios de testigos claves como los encargados del hotel y verificar los dichos de Omar.
A la audiencia de hoy en el Juzgado 68 se citó a un encargado del hotel y al hermano de Miguel, quien murió por una herida con navaja en el cuello. La reunión se realizó a puerta cerrada mientras las manifestantes protestaban afuera.
Las mujeres del Comité por la Libertad de Yakiri leyeron un pronunciamiento en el que criticaron que los impartidores de justicia acusen a quienes se defienden de sus agresores.
“Si nos odian por haber sobrevivido es que la justicia nos quiere muertas”, gritaron.
Al hacer una relatoría del caso, las manifestantes recordaron que el proceso lo lleva el juez Santiago Ávila Negrón, quien desde 2011 enfrenta una acusación por acoso sexual y en 2004 reprobó el examen de actualización, en el que se concluyó que carece de técnica jurídica, comete omisiones y errores como no notificar a las partes, tiene falta de motivación y no hay congruencia en sus resoluciones.
Señalaron que este caso es un ejemplo de que las mujeres son blanco fácil de violencia sexual, y pese a ello se les impone la obediencia y se les niega el derecho a defender su libertad y la autonomía de su cuerpo.
Dijeron que hay una complicidad evidente de los juzgadores con los agresores porque los primeros suelen proteger a violadores y feminicidas, aun si se trata de una situación donde la víctima ejerció la legítima defensa. Por ejemplo, en el caso de Yakiri funcionarios afirmaron que mintió sin antes analizar la evidencia.
Las activistas dijeron que todas las mujeres pueden decidir y defender su cuerpo de cualquier agresión.
También calificaron a Omar de mentir en sus declaraciones.
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