Veracruz.- Callados y sin mucho movimiento mediático los suspirantes a la gubernatura de Veracruz por el Partido Acción Nacional se encuentran aceitando a las bases. Por un lado Julen Rementería sin tanta fuerza está levantando la mano, pero por el otro los Yunes azules, Fernando Yunes y su padre Miguel Ángel en lo obscurito pactan con gente de izquierda, y hasta con líderes priistas embusteros que ya traicionan al gobernador. Y es que muchos politólogos dicen que es la hora de la alternancia en el poder Veracruz, otros dicen que no es tiempo, pero lo cierto es que desde que Gerardo Buganza Salmerón fuera candidato azul, estuvo a un pelo de ganarle a Fidel. El adelanto político de Partido Acción Nacional es de cuidado, y quién no lo quiera ver así, no debería de autonombrase político, operador o periodista, el partido Azul en el estado a paso firme ha ganado terreno y más aun cuando la prosperidad sigue siendo un utopía veracruzana. Miguel Ángel Yunes Linares como enemigo número del Duartismo se encuentra sumando a todos los heridos de Javier y de su estructura de Gobierno, y vaya que son bastos, y junto con ellos están tejiendo fino ya sea la llegada de MIYULI ó de su hijo el senador Fernando Yunes quién ya se convirtió en otro activo político que se cuece a parte en Veracruz. Hay que decirlo, los Yunes, los azules, son muy inteligentes y en sus aspiraciones por gobernar al estado, pactarían hasta con el mismo diablo, y eso es precisamente lo que están haciendo. Les cuento, Miguel Ángel Yunes y Fernando Yunes se han aprovechado de la supuesta mala relación que existe entre la federación con el estado veracruzano, y en esta intentona se ofrecieron a sacar adelante la elección Gustavo Madero en Veracruz y así facilitar las relaciones nacionales de la federación con el Acción Nacional. Y vaya que están chambeando los Yunes, los azules, a favor de Madero, les urge que gane en Veracruz, saben que Gustavo Madero es un empleado más de Enrique Peña Nieto, y con esto conocen perfectamente que pueden ofrecer al presidente de la república una alternancia jarocha disfrazada, pero siempre a la orden y servicio del gobierno federal.
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