Toluca, Edomex.- El dirigente del Partido de la Revolución Democrática en el estado de México, Omar Ortega Álvarez, cuestionó las declaraciones del secretario General de Gobierno, José Manzur Quiroga, quien descartó la renuncia del procurador Alejandro Gómez, no obstante la contundencia de la recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el caso Tlatlaya.
Las declaraciones de Manzur sientan un pésimo y lamentable precedente, sobre todo, que la recomendación concluyó que personal de la Procuraduría General del Estado de México (PGJEM) torturó a testigos y manipuló pruebas periciales para encubrir los rastros dejados por miembros del Batallón 102 del Ejército Mexicano.
Bajo esas circunstancias, es muy claro el mensaje de impunidad que se le manda a la ciudadanía, pues se está evadiendo una responsabilidad del procurador, ya sea por acción u omisión.
En el primero de los casos, que los elementos manipularon evidencias y torturaron testigos bajo su complacencia, mientras que en el segundo caso, los responsables lo hicieron a espaldas del procurador.
Cualquiera de los dos escenarios es preocupante, pues se hablaría de una PGJEM donde no hay un mando al que se le obedezca o bien que hay un mando inexistente, pues se cometen violaciones a las garantías individuales sin que el procurador lo sepa, agregó Omar Ortega Álvarez.
Las declaraciones de Manzur sientan un pésimo y lamentable precedente, sobre todo, que la recomendación concluyó que personal de la Procuraduría General del Estado de México (PGJEM) torturó a testigos y manipuló pruebas periciales para encubrir los rastros dejados por miembros del Batallón 102 del Ejército Mexicano.
Bajo esas circunstancias, es muy claro el mensaje de impunidad que se le manda a la ciudadanía, pues se está evadiendo una responsabilidad del procurador, ya sea por acción u omisión.
En el primero de los casos, que los elementos manipularon evidencias y torturaron testigos bajo su complacencia, mientras que en el segundo caso, los responsables lo hicieron a espaldas del procurador.
Cualquiera de los dos escenarios es preocupante, pues se hablaría de una PGJEM donde no hay un mando al que se le obedezca o bien que hay un mando inexistente, pues se cometen violaciones a las garantías individuales sin que el procurador lo sepa, agregó Omar Ortega Álvarez.
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