Ciudad de México.- México enfrenta una crisis y un debilitamiento del estado de derecho, reconoció el doctor Humberto Benítez Treviño al aseverar que los gobiernos municipales, estatales y federal, en el ámbito de su competencia, deben responder con firmeza y energía para combatir la violencia irracional y la impunidad en estos momentos críticos.
Al dictar la conferencia magistral "La Formación del Jurista", en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México, lamentó que "hoy estamos inmersos en un escenario inédito, único y por lo tanto preocupante: el sacudimiento de la conciencia nacional, la ruptura del tejido social, la crisis de nuestras instituciones y el debilitamiento, que a nadie favorece del estado de derecho".
Ante este escenario, dijo, valdría la pena preguntarnos ¿Cómo fue posible que llegáramos a tal grado de barbarie, de violencia y de impunidad?, por lo que es el momento de reflexionar lo que somos y hemos sido, y lo que no somos y no hemos sido.
Ante catedráticos y estudiantes, el presidente del Colegio Mexiquense y de la Fundación UAEM, reflexionó que los mexicanos no somos de ninguna manera: Un país de delincuentes, caníbales, bárbaros, criminales y mucho menos una nación de depredadores del estado de derecho ni de cínicos donde cada quien hace lo que se le pega la gana.
Los mexicanos, defendió, somos un país que respeta el imperio de la ley; un pueblo que posee valores, trabajador, empeñoso y que respeta a los demás.
En este punto, quien fuera procurador general de la República cuestionó: ¿Cuándo perdimos el rumbo? ¿En qué momento nos desviamos del camino?
Admitió que en un ejercicio autocrítico, se debe admitir que los padres de familia de esta generación han sido irresponsables en el fomento de los valores a sus hijos; pues los valores se inculcan en el hogar, se consolidan en la escuela y se practican en la vida.
Aunado a ello, los maestros tuvieron su parte cuando dejaron de impartir la clase de Educación Cívica en las escuelas primarias y de refrendar el amor a la patria, a las Instituciones y a los valores positivos como la honradez, la congruencia, la honestidad intelectual, el respeto por la ley y el fomento a la educación vitalicia.
"Los maestros tenemos un doble compromiso: Atender la formación ética de los alumnos y un alto sentido del compromiso de servir a la sociedad. Si atendemos todos los días en las aulas a estos dos desafíos, lograremos mejorar la imagen del jurista y del abogado. Pero este reto no se podrá cumplir sin una actitud responsable y comprometida con la enseñanza de valores y de los deberes ciudadanos, y en un conocimiento integral del escenario en que trabajan los operadores jurídicos".
Tajante, señaló que si bien compartimos la tragedia, el desazón y la tristeza del pueblo de México por lo acontecido en Ayotzinapa, los encapuchados que secuestran autobuses, que roban la mercancía de los camiones repartidores, que asaltan las tiendas de conveniencia, que bloquean las carreteras y los edificios públicos, no son estudiantes, son delincuentes.
"Los anarquistas que por no creer en las instituciones las agreden cotidianamente, no son estudiantes, son delincuentes y lo único que buscan es la anomia social. Es decir, un país sin leyes en el cual, sin duda, ellos serían las primeras víctimas".
Ante ello, reiteró que los gobiernos municipales, estatales y el federal, en el ámbito de su competencia, en estos momentos críticos, deben responder con firmeza y energía para combatir la violencia irracional y la impunidad.
Estos delincuentes disfrazados de estudiantes, culpan al Estado de la tragedia de Ayotzinapa, y al mismo presidente de la República exhibiendo una ignorancia supina de la teoría política, pues todos sabemos que el concepto de Estado es unívoco y está integrado por tres elementos: Población, territorio y gobierno.
En todo caso, estos agitadores del orden social se refieren al Gobierno, pero éste tiene tres ámbitos que no órdenes; Federal, estatal y municipal, en concreto quien baleó y secuestró a los estudiantes normalistas y hasta donde sabemos, los ultimó un gobierno municipal execrable, con una policía al servicio tristemente de la delincuencia organizada, transformada de manera demencial en bestias que horrorizan, espantan y rebasan toda mi capacidad de asombro y de dolor.
Concluyó que la naturaleza evolutiva del derecho es dinámica, los contenidos de las leyes deben adaptarse a las demandas sociales y por ello, en este momento es necesario incluir en diversas unidades de aprendizaje de los planes de estudio de las Facultades de Derecho el contenido de las once reformas que recientemente se publicaron para atender los problemas sociales del México del siglo XXI.
Tenemos que consolidar las instituciones que nos hemos dado con tanto sacrificio los mexicanos, apoyar al presidente Enrique Peña Nieto en este llamado de respeto a la legalidad porque si queremos mejorar y transformar las instituciones, podemos y debemos hacerlo, pero siempre con la ley en la mano, y respetando el orden constitucional.
Al dictar la conferencia magistral "La Formación del Jurista", en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México, lamentó que "hoy estamos inmersos en un escenario inédito, único y por lo tanto preocupante: el sacudimiento de la conciencia nacional, la ruptura del tejido social, la crisis de nuestras instituciones y el debilitamiento, que a nadie favorece del estado de derecho".
Ante este escenario, dijo, valdría la pena preguntarnos ¿Cómo fue posible que llegáramos a tal grado de barbarie, de violencia y de impunidad?, por lo que es el momento de reflexionar lo que somos y hemos sido, y lo que no somos y no hemos sido.
Ante catedráticos y estudiantes, el presidente del Colegio Mexiquense y de la Fundación UAEM, reflexionó que los mexicanos no somos de ninguna manera: Un país de delincuentes, caníbales, bárbaros, criminales y mucho menos una nación de depredadores del estado de derecho ni de cínicos donde cada quien hace lo que se le pega la gana.
Los mexicanos, defendió, somos un país que respeta el imperio de la ley; un pueblo que posee valores, trabajador, empeñoso y que respeta a los demás.
En este punto, quien fuera procurador general de la República cuestionó: ¿Cuándo perdimos el rumbo? ¿En qué momento nos desviamos del camino?
Admitió que en un ejercicio autocrítico, se debe admitir que los padres de familia de esta generación han sido irresponsables en el fomento de los valores a sus hijos; pues los valores se inculcan en el hogar, se consolidan en la escuela y se practican en la vida.
Aunado a ello, los maestros tuvieron su parte cuando dejaron de impartir la clase de Educación Cívica en las escuelas primarias y de refrendar el amor a la patria, a las Instituciones y a los valores positivos como la honradez, la congruencia, la honestidad intelectual, el respeto por la ley y el fomento a la educación vitalicia.
"Los maestros tenemos un doble compromiso: Atender la formación ética de los alumnos y un alto sentido del compromiso de servir a la sociedad. Si atendemos todos los días en las aulas a estos dos desafíos, lograremos mejorar la imagen del jurista y del abogado. Pero este reto no se podrá cumplir sin una actitud responsable y comprometida con la enseñanza de valores y de los deberes ciudadanos, y en un conocimiento integral del escenario en que trabajan los operadores jurídicos".
Tajante, señaló que si bien compartimos la tragedia, el desazón y la tristeza del pueblo de México por lo acontecido en Ayotzinapa, los encapuchados que secuestran autobuses, que roban la mercancía de los camiones repartidores, que asaltan las tiendas de conveniencia, que bloquean las carreteras y los edificios públicos, no son estudiantes, son delincuentes.
"Los anarquistas que por no creer en las instituciones las agreden cotidianamente, no son estudiantes, son delincuentes y lo único que buscan es la anomia social. Es decir, un país sin leyes en el cual, sin duda, ellos serían las primeras víctimas".
Ante ello, reiteró que los gobiernos municipales, estatales y el federal, en el ámbito de su competencia, en estos momentos críticos, deben responder con firmeza y energía para combatir la violencia irracional y la impunidad.
Estos delincuentes disfrazados de estudiantes, culpan al Estado de la tragedia de Ayotzinapa, y al mismo presidente de la República exhibiendo una ignorancia supina de la teoría política, pues todos sabemos que el concepto de Estado es unívoco y está integrado por tres elementos: Población, territorio y gobierno.
En todo caso, estos agitadores del orden social se refieren al Gobierno, pero éste tiene tres ámbitos que no órdenes; Federal, estatal y municipal, en concreto quien baleó y secuestró a los estudiantes normalistas y hasta donde sabemos, los ultimó un gobierno municipal execrable, con una policía al servicio tristemente de la delincuencia organizada, transformada de manera demencial en bestias que horrorizan, espantan y rebasan toda mi capacidad de asombro y de dolor.
Concluyó que la naturaleza evolutiva del derecho es dinámica, los contenidos de las leyes deben adaptarse a las demandas sociales y por ello, en este momento es necesario incluir en diversas unidades de aprendizaje de los planes de estudio de las Facultades de Derecho el contenido de las once reformas que recientemente se publicaron para atender los problemas sociales del México del siglo XXI.
Tenemos que consolidar las instituciones que nos hemos dado con tanto sacrificio los mexicanos, apoyar al presidente Enrique Peña Nieto en este llamado de respeto a la legalidad porque si queremos mejorar y transformar las instituciones, podemos y debemos hacerlo, pero siempre con la ley en la mano, y respetando el orden constitucional.
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