Ciudad de México.- El Seguro Popular es "un dolor de muelas". Se originó con el objetivo de que "el dinero siga al paciente, no a la institución". La idea fue buena, pero falló su aplicación porque recursos hay, "y muchos, como nunca antes", pero están "mal aprovechados por una pésima administración", y los pacientes no tienen los servicios médicos que requieren, afirmó Javier Potes González, presidente del Consorcio Mexicano de Hospitales.
De otra manera, dijo, no se entiende que a más de 10 años de operación del Seguro Popular, todavía la mitad del gasto en salud provenga del bolsillo de los pacientes. La explicación es que éstos no encuentran en la atención pública el servicio que necesitan y recurren al sector privado, a unidades cuya calidad es "más bien malita".
En entrevista, el empresario aseguró que el sistema nacional de salud "tiene cáncer; sin embargo, no hay un sentido de urgencia de hacer algo. Al menos no se ve".
Recordó que en la reforma a la Ley General de Salud que dio paso a la creación del Sistema Nacional de Protección Social en Salud y a su brazo operativo, el Seguro Popular, se incluyó la posibilidad de que participara el sector privado en la prestación de servicios médicos. Sin embargo, ello no ocurre por falta de reglas ni sistemas de control de clínicas y hospitales particulares y tampoco existen tabuladores claros.
Sucede, entonces, que el dinero no sigue al paciente, y éste no tiene la posibilidad de elegir a su médico.
De otra manera, dijo, no se entiende que a más de 10 años de operación del Seguro Popular, todavía la mitad del gasto en salud provenga del bolsillo de los pacientes. La explicación es que éstos no encuentran en la atención pública el servicio que necesitan y recurren al sector privado, a unidades cuya calidad es "más bien malita".
En entrevista, el empresario aseguró que el sistema nacional de salud "tiene cáncer; sin embargo, no hay un sentido de urgencia de hacer algo. Al menos no se ve".
Recordó que en la reforma a la Ley General de Salud que dio paso a la creación del Sistema Nacional de Protección Social en Salud y a su brazo operativo, el Seguro Popular, se incluyó la posibilidad de que participara el sector privado en la prestación de servicios médicos. Sin embargo, ello no ocurre por falta de reglas ni sistemas de control de clínicas y hospitales particulares y tampoco existen tabuladores claros.
Sucede, entonces, que el dinero no sigue al paciente, y éste no tiene la posibilidad de elegir a su médico.
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