lunes, 29 de junio de 2015

Reporte global

Por Salvador González Briceño*

ECUADOR, LA FURIA DEL INTERÉS PRIVADO


Cuando Honorato de Balzac a principios del Siglo XIX, escribió que atrás de cada gran fortuna hay un delito, se quedó corto. Porque desde sus orígenes, el capitalismo es sinónimo de rapiña, saqueo, robo de propiedades ajenas y crimen. Las Cruzadas son un ejemplo de esos orígenes; la familia de los Borgia, con el Papá Alejandro como cabeza, es sinónimo de intrigas, injurias, crímenes = poder y dinero. Maquiavelo se inspiró en César Borgia para escribir El Príncipe; la corrosión de la política en sus orígenes, ligado con la Iglesia católica y para el resguardo celoso del interés privado.
La violencia es característica de quienes detentan el poder, para conservar la riqueza creada y para acrecentarla. La civilización occidental se ha hecho a punta de pistola, porque está ligada al capitalismo, en todos los continentes. La sociedad de bienestar de hoy, es una sociedad asentada en la explotación de mano de obra en los talleres, las manufacturas, las fábricas; el campo, las plantaciones, el huerto, etcétera. Así se consolidaron los Estados burgueses, unos conquistadores (violentos) y otros conquistados (sometidos). Hacia finales del siglo XIX, pero sobre durante todo el XX, la geografía quedó definida entre el Norte y el Sur; Oriente y Occidente; pobres/ricos, desarrollados/subdesarrollados; explotadores/explotados.
Con el símbolo de la cruz en la espada, el mundo se globalizó en el siglo XVI: España arrasó poblaciones enteras en América. Con el apoyo de la religión el mundo alcanzó la globalización moderna (el mundo único, tras el fin del sistema competitivo/ni comunista ni socialista: socialismo de Estado) y la unipolaridad en la geopolítica moderna. Antes América fue por el “Destino Manifiesto”, declarada “para los americanos”; el “patio trasero” y territorio disponible para el imperio; los gobiernos al servicio de los invasores, los impostores, los asesinos. En América Latina ese rol lo ha cumplido cabalmente Estados Unidos. ¡Qué decir de México, principal o segunda víctima —la primar fueron los indígenas originarios; asesinados y recluidos en reservaciones— de los vasallos gringos! La historia no se olvida, como los agravios tampoco.
Diría Marx que si algo desata la furia son los fines del interés privado. Bien. Pues el 2% de la población ecuatoriana se ha levantado de pestañas. Porque el presidente Rafael Correa puso el dedo en la llaga. ¿Por qué no se indagan los orígenes de las riquezas de los acaudalados? Si del bienestar de los pueblos se trata entonces nada es legal. Es más, resulta ilegal porque el Estado de derecho establece el respeto por el interés privado, o el respeto de la propiedad del otro. Eso sí, permite la apropiación de la fuerza de trabajo de las mayorías. Eso sí es legal.
Correa ha planteado llevar al formato de ley los impuestos a las herencias y la plusvalía. Los que se ven afectados, la casta de los pocos hombres ricos —Ecuador es de los países con altas polarizaciones dinero/pobreza— han acelerado la oposición en las calles. La semana anterior el propio presidente desistió y bajó la iniciativa, para discutir popularmente el contenido de tal iniciativa. Correa ha adoptado un modelo propio de búsqueda del bienestar del pueblo. Economista y con un intento previo de derrocarlo, Correa sabe que los ricos de su país están en contubernio.
¿La embajada de Estados Unidos está detrás de la intentona de golpe de Estado contra Correa? Por lo menos ya salió a la luz que a las expresiones callejeras han asistido personas pagadas, por 20 o 30 dólares. Aún con la iniciativa retirada, las protestas siguen. Ahora quieren la salida del presidente. Los pocos azuzando a los muchos.
Luego entonces, se entrelazan tres circunstancias: 1) El gobierno de Correa no atiende a los intereses de las empresas estadounidenses, al menos no está a su pleno servicio; 2) la iniciativa de ley por la plusvalía y las herencias, afecta solo al 2% de la población, pero como dinero lo ricos son capaces de pagar para sacar al presidente del gobierno; 3) La medida apunta al beneficio de las mayorías, por una redistribución de la riqueza creada.
Pero eso es atentatorio de los orígenes mismos del interés privado. Así sea en un solo país. Aquí sólo cabe como ejemplo. Ahora recuerdo las palabras del segundo de bordo en China en los tiempos de Mao, Zhou En-lai, cuando dijo un reportero mexicano: “El gobierno se gana en las elecciones, el poder con las armas.”

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