Ciudad de México.- Aun hay quienes defienden su libre consumo como parte de una “sociedad moderna”, lo cierto es que especialistas en salud y estudios cerebrales aseguran que el uso constante de la mariguana tiene efectos para el cerebro, sin embargo, “no se puede generalizar cómo y cuáles son los problemas que se presentan, debido a que en cada individuo son distintos en ese órgano, el coeficiente intelectual (CI) y la formación empírica.
Y aunque hay argumentos en favor y en contra de la regulación de esa droga hasta ahora ilegal, todos alertan de los riesgos de su uso entre menores de 21 años, ya que a esa edad el cerebro no se ha terminado de desarrollar y existe mayor riesgo de engancharse a ésta y otras sustancias.
Herminia Pasantes, investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostiene que no puede haber estudios concluyentes en torno a este tema, pues en principio los descubrimientos científicos cambian o se confirman constantemente, además de que hacer investigación en humanos es difícil, debido a que el consumo del producto regularmente se acompaña por otras drogas como alcohol y tabaco.
Los expertos dan a conocer 2 estudios con “muestras amplias”. El primero aplicado en Nueva Zelanda en 2012 a 2 mil 664 personas, que concluyó que sólo hay una afectación en el CI de quienes se han vuelto adictos a la mariguana y no en los usuarios moderados. Uno más, de 2016, con una muestra de 2 mil 235 estudiantes de secundaria en el Reino Unido, encontró que el consumo no tiene efecto ni en dicho coeficiente ni en la deserción escolar.
Por lo que se manifestó en favor de la regulación para que cada persona tenga la libertad de elegir, con base en información científica, si consume el producto. Bertha Madra, del departamento de siquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, señala que un consumo constante degrada funciones cerebrales como la memoria, la cognición, la motricidad, el aprendizaje y puede favorecer la sicosis y esquizofrenia, por lo que se dijo en contra de la legalización.
Y aunque hay argumentos en favor y en contra de la regulación de esa droga hasta ahora ilegal, todos alertan de los riesgos de su uso entre menores de 21 años, ya que a esa edad el cerebro no se ha terminado de desarrollar y existe mayor riesgo de engancharse a ésta y otras sustancias.
Herminia Pasantes, investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostiene que no puede haber estudios concluyentes en torno a este tema, pues en principio los descubrimientos científicos cambian o se confirman constantemente, además de que hacer investigación en humanos es difícil, debido a que el consumo del producto regularmente se acompaña por otras drogas como alcohol y tabaco.
Los expertos dan a conocer 2 estudios con “muestras amplias”. El primero aplicado en Nueva Zelanda en 2012 a 2 mil 664 personas, que concluyó que sólo hay una afectación en el CI de quienes se han vuelto adictos a la mariguana y no en los usuarios moderados. Uno más, de 2016, con una muestra de 2 mil 235 estudiantes de secundaria en el Reino Unido, encontró que el consumo no tiene efecto ni en dicho coeficiente ni en la deserción escolar.
Por lo que se manifestó en favor de la regulación para que cada persona tenga la libertad de elegir, con base en información científica, si consume el producto. Bertha Madra, del departamento de siquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, señala que un consumo constante degrada funciones cerebrales como la memoria, la cognición, la motricidad, el aprendizaje y puede favorecer la sicosis y esquizofrenia, por lo que se dijo en contra de la legalización.
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