Ciudad de México.- Pese al alza de 2.9% anual que registró la economía mexicana durante el primer trimestre, el Banco de México (Banxico) no se animó a incrementar su pronóstico de crecimiento para este año, el cual dejó en un rango que va de 2% al 3%.
Sin embargo, ante los elevados riesgos externos que enfrenta el país, especialmente los provenientes de Estados Unidos, la institución gobernada por Agustín Carstens redujo su previsión para el 2017, para cuando ubicó una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2.3% y 3.3%, cuando en su reporte pasado auguraba un alza que iba de 2.5% a 3.5%.
Al presentar el Informe Trimestral de Inflación, el Banxico precisó que dicha decisión fue fundamentada al “entorno internacional adverso y en particular a la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento para la producción industrial de Estados Unidos”.
Mientras que el panorama que enfrenta la economía mexicana es el siguiente, según el banco central:
“El entorno externo que enfrenta la economía mexicana ha continuado siendo complejo. En efecto, ante la debilidad de la actividad económica global, la volatilidad de los mercados financieros internacionales y la reducción del comercio mundial, no se ha observado una recuperación en la actividad industrial estadounidense”.
No sólo eso. El Banco de México continúa previendo un dinamismo relativamente bajo de la demanda externa de México para los próximos años, si bien se anticipa que ésta vaya retomando gradualmente un mayor ritmo de expansión.
Sin embargo, precisó, la demanda interna de México continúa presentando un ritmo de expansión importante y, en este contexto, es previsible que siga impulsando la actividad económica en los próximos trimestres.
De hecho, el organismo aseguró que la inflación baja que ha llevado a una recuperación de la masa salarial real, la mejoría del mercado laboral y la implementación de las reformas estructurales están generando un entorno más propicio para el crecimiento del gasto interno, lo cual se espera prevalezca en los próximos trimestres.
“Así, el dinamismo de la demanda interna ha logrado contrarrestar parcialmente, y se espera que continúe haciéndolo, la debilidad del sector externo, de manera que se sigue anticipando un ritmo de crecimiento moderado del país”, señaló el organismo central encabezado por Carstens.
Mover tasas o subastar dólares
Para BBVA Bancomer el énfasis por parte del gobernador de Banxico en que la reciente depreciación cambiaria se ha dado de manera ordenada y el peso no ha sido víctima de ataques especulativos; situación que reduce las posibilidades de un movimiento extraordinario de la tasa de referencia, sobre todo en una reunión fuera de calendario.
“En consecuencia reiteramos nuestra expectativa de sincronización entre la política monetaria de México y la de Estados Unidos”, precisó.
No obstante, advirtió que si se presenta una desordenada y relevante depreciación cambiaria (condiciones extraordinarias a las que se refiere Banxico), dada la volatilidad que se espera en las próximas semanas, no se puede descartar que el banco central intervenga no sólo activando el mecanismo de venta de dólares, sino incluso también incrementando la tasa de política monetaria.
Sin embargo, ante los elevados riesgos externos que enfrenta el país, especialmente los provenientes de Estados Unidos, la institución gobernada por Agustín Carstens redujo su previsión para el 2017, para cuando ubicó una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2.3% y 3.3%, cuando en su reporte pasado auguraba un alza que iba de 2.5% a 3.5%.
Al presentar el Informe Trimestral de Inflación, el Banxico precisó que dicha decisión fue fundamentada al “entorno internacional adverso y en particular a la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento para la producción industrial de Estados Unidos”.
Mientras que el panorama que enfrenta la economía mexicana es el siguiente, según el banco central:
“El entorno externo que enfrenta la economía mexicana ha continuado siendo complejo. En efecto, ante la debilidad de la actividad económica global, la volatilidad de los mercados financieros internacionales y la reducción del comercio mundial, no se ha observado una recuperación en la actividad industrial estadounidense”.
No sólo eso. El Banco de México continúa previendo un dinamismo relativamente bajo de la demanda externa de México para los próximos años, si bien se anticipa que ésta vaya retomando gradualmente un mayor ritmo de expansión.
Sin embargo, precisó, la demanda interna de México continúa presentando un ritmo de expansión importante y, en este contexto, es previsible que siga impulsando la actividad económica en los próximos trimestres.
De hecho, el organismo aseguró que la inflación baja que ha llevado a una recuperación de la masa salarial real, la mejoría del mercado laboral y la implementación de las reformas estructurales están generando un entorno más propicio para el crecimiento del gasto interno, lo cual se espera prevalezca en los próximos trimestres.
“Así, el dinamismo de la demanda interna ha logrado contrarrestar parcialmente, y se espera que continúe haciéndolo, la debilidad del sector externo, de manera que se sigue anticipando un ritmo de crecimiento moderado del país”, señaló el organismo central encabezado por Carstens.
Mover tasas o subastar dólares
Para BBVA Bancomer el énfasis por parte del gobernador de Banxico en que la reciente depreciación cambiaria se ha dado de manera ordenada y el peso no ha sido víctima de ataques especulativos; situación que reduce las posibilidades de un movimiento extraordinario de la tasa de referencia, sobre todo en una reunión fuera de calendario.
“En consecuencia reiteramos nuestra expectativa de sincronización entre la política monetaria de México y la de Estados Unidos”, precisó.
No obstante, advirtió que si se presenta una desordenada y relevante depreciación cambiaria (condiciones extraordinarias a las que se refiere Banxico), dada la volatilidad que se espera en las próximas semanas, no se puede descartar que el banco central intervenga no sólo activando el mecanismo de venta de dólares, sino incluso también incrementando la tasa de política monetaria.
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