Ciudad de México.- La Comisión de Juventud de la Cámara de Diputados pidió exhortar al gobierno federal para que a través de la Secretaría de Salud promueva algún programa de prevención del suicidio en jóvenes, que es la segunda causa de muerte en este sector poblacional después de los accidentes de tránsito vehicular.
De acuerdo con este órgano legislativo, que preside la diputada Karina Osuna Carrasco (PAN), el suicidio en jóvenes es un grave problema de salud que exige la urgente atención del Estado.
En 2013, la tasa de mortalidad por esta causa fue de 8.1 por cada 100 mil hombres y 1.7 por cada 100 mil mujeres, y de estos, el 40.8 ocurrió en el grupo de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad.
Tan solo en 2010, se registraron cinco mil 12 muertes por suicidio, 41 por ciento correspondió a personas cuyas edades oscilaban entre los 15 y 29 años, de ahí que sea considerado como un grave problema de salud.
A través de un punto de acuerdo, turnado a la Comisión de Salud para su análisis, la Comisión de Juventud destaca que los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre jóvenes son principalmente ansiedad, depresión, trastorno bipolar, insomnio, desintegración familiar y violencia en cualquiera de sus formas.
Citó que el aumento de suicidios no es privativo en México sino que se da a nivel mundial. “En 2012, el 75 por ciento de los suicidios ocurrió en países de ingresos medios y bajos, el resto en naciones ricas”.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es “todo acto por el que un individuo se causa daño a sí mismo con la intención de morir. Es un problema de salud pública a nivel mundial, donde los adolescentes incrementan las estadísticas. Este tipo de muerte suele ser una tragedia para la familia, los amigos, la sociedad, pero también para el Estado”.
Aunque se trata de un fenómeno que posee múltiples causas, el componente de salud mental se encuentra fuertemente asociado; sin embargo, “cada suicidio es una tragedia que afecta a familias y comunidades y tiene efectos duraderos”, indicó el órgano legislativo.
En su documento, la Comisión de Juventud determinó que el suicidio es un grave problema de salud pública; no obstante que, en consideración suya, “es prevenible mediante programas e intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos”.
Para que las respuestas nacionales sean eficaces, concluyó, se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral; “es por ello que se presenta punto de acuerdo. Es urgente el desarrollo de políticas públicas y acciones legislativas para enfrentar este grave problema de salud, en beneficio de los jóvenes de nuestro país”.
De acuerdo con este órgano legislativo, que preside la diputada Karina Osuna Carrasco (PAN), el suicidio en jóvenes es un grave problema de salud que exige la urgente atención del Estado.
En 2013, la tasa de mortalidad por esta causa fue de 8.1 por cada 100 mil hombres y 1.7 por cada 100 mil mujeres, y de estos, el 40.8 ocurrió en el grupo de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad.
Tan solo en 2010, se registraron cinco mil 12 muertes por suicidio, 41 por ciento correspondió a personas cuyas edades oscilaban entre los 15 y 29 años, de ahí que sea considerado como un grave problema de salud.
A través de un punto de acuerdo, turnado a la Comisión de Salud para su análisis, la Comisión de Juventud destaca que los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre jóvenes son principalmente ansiedad, depresión, trastorno bipolar, insomnio, desintegración familiar y violencia en cualquiera de sus formas.
Citó que el aumento de suicidios no es privativo en México sino que se da a nivel mundial. “En 2012, el 75 por ciento de los suicidios ocurrió en países de ingresos medios y bajos, el resto en naciones ricas”.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es “todo acto por el que un individuo se causa daño a sí mismo con la intención de morir. Es un problema de salud pública a nivel mundial, donde los adolescentes incrementan las estadísticas. Este tipo de muerte suele ser una tragedia para la familia, los amigos, la sociedad, pero también para el Estado”.
Aunque se trata de un fenómeno que posee múltiples causas, el componente de salud mental se encuentra fuertemente asociado; sin embargo, “cada suicidio es una tragedia que afecta a familias y comunidades y tiene efectos duraderos”, indicó el órgano legislativo.
En su documento, la Comisión de Juventud determinó que el suicidio es un grave problema de salud pública; no obstante que, en consideración suya, “es prevenible mediante programas e intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos”.
Para que las respuestas nacionales sean eficaces, concluyó, se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral; “es por ello que se presenta punto de acuerdo. Es urgente el desarrollo de políticas públicas y acciones legislativas para enfrentar este grave problema de salud, en beneficio de los jóvenes de nuestro país”.
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