Estado de México.- Integrantes de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas denunciarán penalmente el mal proceso seguido para el rescate de restos óseos y vestimentas de la fosa clandestina hallada en este municipio.
Yadira González Hernández, de Querétaro, quien busca a su hermano desaparecido hace 10 años, relató que acudió al lugar en busca de un indigente que se parece a su familiar y casualmente escuchó rumores de que sacaban restos humanos de un viejo pozo localizado a un lado de las vías del tren, en el barrio San Bartolo el Bajo, en la cabecera de Huehuetoca.
Mencionó que gracias a la información proporcionada por un colono llegó al sitio y observó que varias personas, que dijeron ser de una empresa ferrocarrilera, sacaban huesos, ropa y basura del pozo de más de 45 metros de profundidad, para lo cual incluso utilizaban un camión tipo pipa con mangueras.
“El 9 de agosto mi familia y yo nos dirigimos a Huehuetoca siguiendo el rastro de una imagen que tenía similitudes con mi hermano. Es un chico que está en calidad de indigente y que vive aquí, que no ha sido tratado dignamente”, explicó.
Agregó: “Me informa gente del pueblo que encontraron un pozo en el que estaban sacando o se habían exhumado alrededor de 10 cuerpos”.
La activista afirmó que llegó al lugar y el rescate de los restos y otras evidencias se realizaba sin ningún protocolo, además de que pudo acceder sin problema al sitio y el encargado, que dijo llamarse “Lupillo”, le confirmó que había huesos de personas en el fondo del pozo.
Familiares de personas desaparecidas de diversos estados del país ofrecieron una conferencia junto al citado pozo, donde insistieron que la Procuraduría de Justicia de la entidad no cumplió con el protocolo para el rescate de los restos y evidencias, ya que en el sitio había un montón de basura, entre la cual estaba una chamarra con huellas al parecer de sangre, unos zapatos y ropa diversa.
“No tenían ningún traje especial, no estaban siguiendo ninguno de sus protocolos que tanto presionan que nosotros sigamos. Ellos no lo estaban haciendo, no habían ningún resguardo, ninguna patrulla. Lo único que había eran carros particulares, una grúa que era la que estaba sacando basura, era como una pipa de agua no sé cómo le llaman con esta manguera para sacar el agua”, dijo.
Añadió: “Me entrevisto con la gente que estaba trabajando dentro del pozo y ellos me informan que eran de Ferrocarriles de México, que era un lugar de propiedad privada y que eran ellos los que trabajaban en el pozo y sacaban basura. Les dije que buscaba un pozo donde habían sacado 10 cuerpos. Sí, es aquí. Y le hablaron al encargado de obra, que se hizo llamar Lupillo. Con él me entrevisté y personalmente me dijo que ellos estaban sacando los restos. Descendían al pozo, sacaban la basura, que llevaban alrededor de tres, cuatro camiones de basura”.
González Hernández mencionó que es muy probable que entre la basura hayan retirado restos humanos y vestimenta.
“Ni siquiera las Procuradurías, los peritos no están capacitados. ¿Cómo van a tener esta capacitación para hacer este trabajo gente de ferrocarriles? Me dijeron que cuando ellos encontraban los restos los ponían a un ladito y cuando eran suficientes o una cantidad ya considerable le hablaban al Ministerio Público para que viniera a recogerlos”, expresó.
Detalló: “No traían guantes, cubrebocas, no había un perímetro, no había médico forense, policía científica. No había nada, no nos quieran engañar. Aquí no estaba PGR, yo no los vi”.
Juan Carlos Trujillo Herrera, del colectivo Familias en Búsqueda, afirmó que interpondrán una denuncia penal por el mal proceso en la recolección de los restos óseos y evidencias en la fosa clandestina.
Puntualizó que exigirán a la Procuraduría de Justicia que instale una mesa de observación, en la que estén representados los familiares de personas desaparecidas, para constatar que el rescate de los restos se efectúe de manera adecuada.
Raquel Rosete, del colectivo Deudos y Defensores por la Dignidad de Nuestros Desaparecidos, destacó que ella llegó al lugar el 12 de agosto y las personas que trabajaban en el sitio le dijeron que eran del ayuntamiento, sin que tampoco existiera algún resguardo en el lugar.
Hernández González dijo que 50% de las fosas clandestinas halladas en el país son de las propias autoridades, que una vez que localiza los cuerpos los vuelve a desaparecer sepultándolos, lo que impide o dificulta su identificación.
Los familiares de desaparecidos exigieron que se ponga nombre y apellido a cada uno de los restos hallados en la fosa de Huehuetoca, toda vez que miles de personas buscan a sus desaparecidos.
“Queremos saber, yo quiero saber quiénes son, cuántos fueron, qué números de averiguaciones tienen y contra qué los van a cotejar. Y necesito que nos expliquen en una mesa, que se pongan enfrente de nosotros y nos den la cara, el fiscal, el Ministerio Público que hizo este supuesto trabajo, que me dé la cara y me diga que lo hizo bien”, concluyó.
Yadira González Hernández, de Querétaro, quien busca a su hermano desaparecido hace 10 años, relató que acudió al lugar en busca de un indigente que se parece a su familiar y casualmente escuchó rumores de que sacaban restos humanos de un viejo pozo localizado a un lado de las vías del tren, en el barrio San Bartolo el Bajo, en la cabecera de Huehuetoca.
Mencionó que gracias a la información proporcionada por un colono llegó al sitio y observó que varias personas, que dijeron ser de una empresa ferrocarrilera, sacaban huesos, ropa y basura del pozo de más de 45 metros de profundidad, para lo cual incluso utilizaban un camión tipo pipa con mangueras.
“El 9 de agosto mi familia y yo nos dirigimos a Huehuetoca siguiendo el rastro de una imagen que tenía similitudes con mi hermano. Es un chico que está en calidad de indigente y que vive aquí, que no ha sido tratado dignamente”, explicó.
Agregó: “Me informa gente del pueblo que encontraron un pozo en el que estaban sacando o se habían exhumado alrededor de 10 cuerpos”.
La activista afirmó que llegó al lugar y el rescate de los restos y otras evidencias se realizaba sin ningún protocolo, además de que pudo acceder sin problema al sitio y el encargado, que dijo llamarse “Lupillo”, le confirmó que había huesos de personas en el fondo del pozo.
Familiares de personas desaparecidas de diversos estados del país ofrecieron una conferencia junto al citado pozo, donde insistieron que la Procuraduría de Justicia de la entidad no cumplió con el protocolo para el rescate de los restos y evidencias, ya que en el sitio había un montón de basura, entre la cual estaba una chamarra con huellas al parecer de sangre, unos zapatos y ropa diversa.
“No tenían ningún traje especial, no estaban siguiendo ninguno de sus protocolos que tanto presionan que nosotros sigamos. Ellos no lo estaban haciendo, no habían ningún resguardo, ninguna patrulla. Lo único que había eran carros particulares, una grúa que era la que estaba sacando basura, era como una pipa de agua no sé cómo le llaman con esta manguera para sacar el agua”, dijo.
Añadió: “Me entrevisto con la gente que estaba trabajando dentro del pozo y ellos me informan que eran de Ferrocarriles de México, que era un lugar de propiedad privada y que eran ellos los que trabajaban en el pozo y sacaban basura. Les dije que buscaba un pozo donde habían sacado 10 cuerpos. Sí, es aquí. Y le hablaron al encargado de obra, que se hizo llamar Lupillo. Con él me entrevisté y personalmente me dijo que ellos estaban sacando los restos. Descendían al pozo, sacaban la basura, que llevaban alrededor de tres, cuatro camiones de basura”.
González Hernández mencionó que es muy probable que entre la basura hayan retirado restos humanos y vestimenta.
“Ni siquiera las Procuradurías, los peritos no están capacitados. ¿Cómo van a tener esta capacitación para hacer este trabajo gente de ferrocarriles? Me dijeron que cuando ellos encontraban los restos los ponían a un ladito y cuando eran suficientes o una cantidad ya considerable le hablaban al Ministerio Público para que viniera a recogerlos”, expresó.
Detalló: “No traían guantes, cubrebocas, no había un perímetro, no había médico forense, policía científica. No había nada, no nos quieran engañar. Aquí no estaba PGR, yo no los vi”.
Juan Carlos Trujillo Herrera, del colectivo Familias en Búsqueda, afirmó que interpondrán una denuncia penal por el mal proceso en la recolección de los restos óseos y evidencias en la fosa clandestina.
Puntualizó que exigirán a la Procuraduría de Justicia que instale una mesa de observación, en la que estén representados los familiares de personas desaparecidas, para constatar que el rescate de los restos se efectúe de manera adecuada.
Raquel Rosete, del colectivo Deudos y Defensores por la Dignidad de Nuestros Desaparecidos, destacó que ella llegó al lugar el 12 de agosto y las personas que trabajaban en el sitio le dijeron que eran del ayuntamiento, sin que tampoco existiera algún resguardo en el lugar.
Hernández González dijo que 50% de las fosas clandestinas halladas en el país son de las propias autoridades, que una vez que localiza los cuerpos los vuelve a desaparecer sepultándolos, lo que impide o dificulta su identificación.
Los familiares de desaparecidos exigieron que se ponga nombre y apellido a cada uno de los restos hallados en la fosa de Huehuetoca, toda vez que miles de personas buscan a sus desaparecidos.
“Queremos saber, yo quiero saber quiénes son, cuántos fueron, qué números de averiguaciones tienen y contra qué los van a cotejar. Y necesito que nos expliquen en una mesa, que se pongan enfrente de nosotros y nos den la cara, el fiscal, el Ministerio Público que hizo este supuesto trabajo, que me dé la cara y me diga que lo hizo bien”, concluyó.
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