jueves, 28 de septiembre de 2017

Cuando el caos abduce periodistas

Por: Rogelio Hernández López

También dentro del periodismo tendremos que hacer un recuento de daños, pero no sólo de los que hayan sufrido colegas en su integridad emocional o de bienes materiales, sino del daño que causamos al circular rumores, especulaciones y datos inventados sincera o maliciosamente.
No fueron pocos los casos que estas “comunicaciones” adquirieron una fuerza endemoniada en internet. Eso ayudó a que muchas personas afectadas o preocupadas y representantes de instituciones se alejaran de los atractores que disminuyen el caos de los eventos como los que hemos padecido los mexicanos en el mes de septiembre.
Nuestra aporte al caos.
UNOTV, reunió algunas de las “noticias” que circularon en redes sociales, en sitios de medios noticiosos y hasta en portadas de algunos impresos de la capital.
“Se aproxima un gran terremoto en México”… se replicó con fuentes dudosas. Esta es una especulación recurrente que recobró energía después del sismo del 7 de septiembre y se reestimuló el día 19. Los científicos del Servicio Sismológico Nacional tuvieron que poner como bandera destacada en su portal que nadie puede predecirlos
“Rescatan a bebé de escombros”… se circuló con una foto de otro país y otro momento
“Donación de sangre con urgencia”, se pedía sin que ninguna entidad de salud lo hubiera pedido o lo confirmara…
“Edificios colapsados”, datos sin verificar pero que decenas de veces distrajeron a rescatistas oficiales y voluntarios como Tlalpan y Eje 6, en América y División del Norte, en Puebla y Orizaba, el Hospital de Nutrición y hasta se reportó el “derrumbe del edificio Plaza Condesa…”
Además de eso, reporteros novatos de las dos grandes televisoras ayudaron a crecer durante días el eje noticioso de una niña llamada Frida Sofía en el Colegio Rébsamen, y prácticamente todos los medios profesionales replicaron que estaba atrapada y viva. Ninguna mujer de ese nombre había estado allí.
Un video sin más imágenes que unos tráilers detenidos y unos testimonios verbales crecieron la versión de que la ayuda a Morelos se estaba concentrando en el DIF de Cuernavaca por órdenes de la esposa del gobernador y que se “la robarían”. Fue “noticia en todo el país a pesar de que reporteros serios, del IMER y de medios grandes entraron a las instalaciones y desmintieron la versión pero ya había dañado…
Así, “noticias” de “rescatistas” replicadas impensadamente por periodistas en chats, lo mismo mataron a un “perrito rescatista”, a gatos, mascotas, acusaron de “robo de policías federales” de que el ejército y La Marina se retiraban de los rescates a partir del escandalito de Frida Sofía……
Caos y disolvencia
En las teorías más recientes del caos se refleja que la materia se explica por tres tipos de sistemas: estables, inestables y caóticos; pero que estos dos últimos (inestables y caóticos) tienden a distanciarse más fácilmente de sus atractores, que dicho en palabras de reportero son los que ayudan a conservar los equilibrios y cualquier cambio mínimo desestabiliza estos sistema y sus efectos son imprevisibles. Se cita, como “ejemplos de tales sistemas al Sistema Solar, a las placas tectónicas, a los fluidos en régimen turbulento y los crecimientos de población”.
Cualquier cambio mínimo hace que se modifiquen esos sistemas que tienden al caos con efectos imprevisibles. Esos son los eventos; como los terremotos. Y la fuerza que desatan se trasmuta a la sociedad, reflexiona el reportero. Una tendencia de la energía social se encamina a reencontrar a esos atractores que reordenarían el caos, o sea en este caso a las instituciones ---sobre todo de rescate, atención a la salud y de seguridad pública--, pero lo contrario, con noticias no confirmadas aleja más de los atractores a la gente atrapada en la contingencia y la sumerge más en los efectos del caos. Eso es fomentar todavía la disolvencia y someter a la sociedad a mayores infortunios, es criminal pues.
Esto debe decirse contra las y los colegas que actúan sinceramente pero con prejuicios moralizantes, ideológicos o de ese periodismo crítico mal entendido. Eludo a la gente que sabe estar actuando de mala leche. En situación de emergencia, el periodismo debe poner por su delante su esencia de servir a la parte de la sociedad que está resultando más afectada y ayudarla para escapar de la energía del caos.
Tres ejemplos de periodismo mal ubicado
El portal Scidev.Net, que combina noticias con opiniones y análisis confiables y autorizados sobre ciencia y tecnología, tiene varios trabajos que ejemplifican el comportamiento anómalo de medios y periodistas en situaciones de desastres por fenómenos naturales.
Del terremoto de magnitud 7.8 que asoló Nepal matando 8.000 personas los periodistas mostraron falta de conocimiento técnico sobre la cobertura de desastres y multiplicaron los rumores, esparcieron el miedo entre las comunidades de que las réplicas implicarán un terremoto de mayor magnitud…
En el sismo de 8.6 grados bajo el suelo marino a 610 kilómetros al suroeste de Banda Aceh, Indonesia “la proliferación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) añadió una nueva dimensión a la alerta de desastres” pero también la falta de puntos concéntricos y confiables de información (atractores) dificultó respuestas coherentes y coordinadas.
En este caso como en otros, no sólo los informadores espontáneos o malintencionados tienen responsabilidad sino también “los administradores de desastres del gobierno deben unirse a las conversaciones abiertas en las TIC” como recomienda el portal referido.
Cuando el ciclón tropical Sidr se aproximaba al sur de Bangladesh, muchas comunidades ignoraron las alertas tempranas y más de mil personas murieron innecesariamente porque antes se había erosionado la confianza social por medios y periodistas que emitieron una alerta falsa de tsunami y provocaron una evacuación.
Lo básico
El periodista Chhatra Karki, desde Nepal dijo SciDev.Net algunas de las recomendaciones que son aplicables a informadores profesionales de todo el mundo en situaciones de emergencia:
“Los medios pueden ser actores importantes durante la crisis y cumplimos un papel ético e importante que va más allá de informar sobre ella, especialmente cuando se relata lo que ha pasado y se pone la información en un contexto adecuado sin hacer eco de rumores innecesarios que pueden perjudicar al público”.
En México, durante los infortunios de septiembre, demasiados informadores fueron abducidos (separaron la mente y se dejaron domeñar por las emociones) y entraron a una especie de frenesí por informar cualquier cosa, extraviaron la esencia que nos diferencia de quienes informan sin método ni técnicas o al menos con los criterios principales del informador profesional. En el recuento de daños cada quien tiene que hacer sus propios balances a partir de evaluarse frente a los mínimos éticos de informar con sinceridad, es decir sin prejuicios ideológicos o partidistas, confirmar los datos y verificarlos con dos o más fuentes.
Miradas de reportero

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