Ciudad de México.- En México, cada 24 horas, 16 jóvenes de entre 12 y 24 años, terminan con su vida por diversas causas. La depresión es la principal, ya que conlleva a la falta de interés por vivir. De acuerdo con el último reporte del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), correspondiente a la semana 51 de 2017, la depresión reflejó un aumento del 16 por ciento en suicidios respecto al año anterior.
Por ello, el diputado José Refugio Sandoval Rodríguez (PVEM) propuso exhortar a las secretarías de Salud y de Educación Pública (SEP) a que fortalezcan sus estrategias y acciones para la prevención del suicidio, así como la educación en torno a trastornos mentales relacionados con el mismo y sus factores de riesgo.
El propósito es dar cumplimiento al Plan de Acción de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud, que estableció como meta reducir en un 10 por ciento los índices de suicidio para 2020, precisó.
En un punto de acuerdo que analiza la Segunda Comisión de la Permanente, el legislador argumentó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2016 se registraron 6 mil 370 suicidios, una tasa de 5.2 fallecidos por cada 100 mil habitantes.
Las entidades que tuvieron mayores tasas de suicidio en relación con las muertes violentas fueron: Yucatán, Aguascalientes, Campeche, Quintan Roo, Chiapas, Nuevo León, Guanajuato, San Luis Potosí y Coahuila.
Sandoval Rodríguez mencionó que el suicidio es un fenómeno multicausal, pues no existe razón o explicación única por la cual una persona intente quitarse la vida. Muchos se producen impulsivamente, sobre todo en momentos de crisis, cuando se reduce la capacidad de las personas para afrontar las tensiones de la vida.
Las causas más destacadas son: enfermedades mentales, principalmente depresión, trastorno bipolar; adicciones; violencia; sensaciones de pérdida; aislamiento; salud precaria; baja autoestima; desesperanza; sentimientos de rechazo e incapacidad para resolver problemas financieros; rupturas de relaciones; dolores y enfermedades crónicas, así como factores biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales que influyen en cada persona.
Un registro importante que se debe tener en cuenta es que jóvenes con ideas suicidas generalmente hacen avisos verbales en frases como “esta vida ya no tiene sentido”, “ya no quiero estar aquí”, “quiero dejar de sentir”, mismas que se pueden traducir en señal de alerta de quien está pidiendo ayuda, explicó.
“Quien emite este tipo de señales nos está diciendo -no estoy bien, algo me está pasando, préstenme atención porque yo solo no puedo-. Otros de los síntomas pueden ser: mantenerse aislado, dormir mucho o poco y presentar irritabilidad”.
El diputado del PVEM puntualizó que en el país sobresalen los casos de Coahuila en donde entre 2016 y 2017 hubo un incremento del 182 por ciento en casos de depresión, en su mayoría mujeres afectadas por crisis de este tipo que, en el peor de los casos, podrían desencadenar en un suicidio.
Se requiere perfeccionar las estrategias de prevención del suicidio; diseñar acciones que permitan concientizar y sensibilizar a la sociedad respecto de este problema social, pero sobre todo establezcan mecanismos encaminados a evitarlo.
Además, se deben crear estrategias de capacitación para el personal docente y el sector salud mediante las cuales se brinde la información adecuada y precisa respecto del tema, pues “la intervención oportuna es fundamental para evitar que la presencia de comportamientos autodestructivos termine en un caso de suicidio”, añadió.
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