Ciudad de México.- Tras cuatro días de consulta, en los que hubo fallas en la aplicación de registro y casos de gente que votó más de una vez, la opción de construir dos pistas en Santa Lucía, para complementar su operación con el actual aeropuerto Benito Juárez, fue la elegida por la gente, de acuerdo con los datos de los organizadores.
310 mil 463 personas votaron por continuar el aeropuerto de Texcoco (el 29%), y 747 mil votaron a favor de Santa Lucía (69%), de acuerdo con los registros de 98.18% de las casillas instaladas; 2 mil 722 votos fueron anulados.
Los resultados los dio a conocer el presidente de la Fundación Arturo Rosenblueth, Enrique Calderón Alzati, a quien López Obrador encomendó la coordinación de la consulta y el conteo de los votos.
Calderón Alzati detalló la noche de este domingo que votaron 1 millón 67 mil 859 personas.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, dará una conferencia de prensa este lunes, a las 10 de la mañana, en la Ciudad de México.
Este domingo, América del Valle, de Pueblos en Defensa de la Tierra, celebró el resultado de la consulta. “Sin embargo, tendremos plena seguridad y alegría cuando veamos la cancelación definitiva del aeropuerto de Texcoco”, dijo a Milenio TV.
En tanto el Partido Acción Nacional (PAN) calificó a la consulta como una simulación, pues dijo que solo se hizo “para legitimar una decisión que ya estaba tomada. Rechazamos tajantemente esta burla hacia todos los mexicanos y esta manipulación”.
La dirigente del PRI, Claudia Ruiz Massieu, dijo que la consulta fue un “fraude”, que pone en riesgo la inversión, el empleo y la credibilidad del país.
Gustavo de Hoyos, presidente del organismo empresarial Coparmex, dijo que en el “caso infortunado” de que López Obrador informe este lunes que no se continuará con el proyecto de Texcoco, evaluarán emplear mecanismos legales.
El resultado de la consulta, dijo, es producto de un proceso que carece de legitimidad legal y validez estadística, por lo que la Coparmex espera sensatez de López Obrador y que a fin de cuentas opte por continuar con Texcoco, ya que esa decisión marcará a su gobierno.
Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, coincidió en señalar que la consulta “no debe ser vinculante y no ofreció garantías de imparcialidad, certeza y objetividad”.
En su campaña presidencial, López Obrador dijo que la obra del aeropuerto en Texcoco, principal proyecto de infraestructura del gobierno de Enrique Peña Nieto, sería cancelada por su alto costo y presunta corrupción en los contratos para construirlo.
En su lugar, López Obrador defendió la opción de construir dos pistas en lo que ahora es la base militar de Santa Lucía para complementarse con el actual aeropuerto, Benito Juárez, cuya capacidad ya se ve sobrepasada por la demanda de usuarios.
López Obrador pugnó por Santa Lucía, aunque su propio equipo reconoció que hacían falta estudios para asegurar su factibilidad, y especialistas señalaron que no tenían toda la información sobre el proyecto, ya que se mantenía en una etapa “conceptual”.
Tras ganar las elecciones, el político dijo que no impondría su punto de vista y que la gente tomaría la decisión sobre el nuevo aeropuerto a través de una consulta, misma que fue descalificada por empresarios y partidos de oposición a Morena, al señalar que era ilegal, sin carácter vinculatorio y solo un montaje para avalar una decisión ya tomada por el presidente electo.
López Obrador, ante los cuestionamientos, defendió que la consulta era un proceso democrático, que se respetaría la decisión de la gente, y que solo “corruptos” y “fifís” se oponían a ella. Tanto él como su equipo minimizaron las irregularidades registradas.
“Los mañosos son muy pocos”, dijo López Obrador sobre los casos de aquellos que votaron más de una vez.
En la boleta que se entregó a la gente, para emitir su voto, se incluía información sobre los pros y contras de las dos opciones, Texcoco y Santa Lucía.
En cuanto a Santa Lucía, se reconocen como desventajas: que las aerolíneas tendrían complicaciones logísticas y otros costos; las posibles pérdidas económicas de cancelar el proyecto de Texcoco; “negociar con acreedores y contratistas, afectando el presupuesto federal de 2019”, y un “posible impacto negativo en los mercados financieros”.
De acuerdo con el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, cancelar el proyecto de Texcoco tendría un costo para el país de al menos 120 mil millones de pesos, considerando lo que ya se ha invertido y las demandas que habría de los contratistas, y penas convencionales.
Como ventajas, se señaló en la boleta que Santa Lucía tendrá un menor costo de construcción y mantenimiento; “mejores condiciones para operar y bajo impacto ambiental”; que seguiría operando el aeropuerto Benito Juárez, y que sería más rápido su inicio de operaciones.
De Texcoco se mencionó que tenía como desventajas el incremento del costo de construcción de 185 a 285 mil millones de pesos, en una primera fase; costos de mantenimiento y operación sin determinar; un retraso de cuatro años, ya que la primera fase estaría lista hasta 2024.
También que con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, conocido como NAIM, dejarían de operar el actual Aeropuerto Benito Juárez y la base aérea de Santa Lucía, y que además la obra tendría impacto ambiental negativo.
Sobre este último aspecto, pobladores de la zona aledaña al NAIM, agrupados en el Frente de Pueblos Indígenas en defensa de la tierra, realizaron diferentes movilizaciones y denunciaron también en medios que esa obra provocaría afectaciones ecológicas, por la explotación de minas y cerros.
En redes sociales, activistas utilizaron la etiqueta #YoPrefieroElLago, señalando que preferían conservar el Lago Nabor Carrillo y evitar el daño ambiental, en lugar de que continuara el NAIM, que está ubicado en los municipios de Atenco, Ecatepec de Morelos y Texcoco, en el Estado de México, 5 kilometros al noreste del aeropuerto Benito Juárez.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, defendió que el aeropuerto en Texcoco era la opción moderna y de largo plazo que requería el país.
Su secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que la construcción tenía un avance del 31%, y que si bien toda obra tiene un costo ecológico, en el caso del NAIM se hizo hincapié en minimizar este impacto, y no desaparecerá el Lago Nabor Carrillo.
Carlos Slim, de Grupo Carso, empresa que tiene contratos de construcción en el NAIM, defendió la construcción de esta obra, señalando que sería un detonador de inversión.
“En mi vida he visto un proyecto que pueda tener tanto impacto económico en un área como lo es el Nuevo Aeropuerto. Es un gran detonador, sólo lo puedo comparar con el Canal de Panamá”, dijo Slim.
López Obrador dijo que si era cancelado el proyecto de Texcoco no habría un desequilibrio económico en el país, aunque integrantes del sector empresarial señalaron que había nerviosismo.
Animal Político
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