martes, 4 de diciembre de 2018

Miguel Ángel Yunes y el desorden Gubernamental en Veracruz 2019

Por: Jesús Michel Narváez

Un año y ocho meses le bastaron a Miguel Ángel Yunes Linares para quemar su capital político, construido a lo largo de 40 años de militar en el PRI, el PAN y ser candidato de una coalición con el PRD.
Ya se fue. Y de inmediato comienzan a brotar chorros de corrupción. El nuevo mandatario, Cuitláhuac García Jiménez jamás se reunió con su antecesor en la llamada transición y tampoco en la entrega-recepción del gobierno de Veracruz.
El distanciamiento entre el que llegó y el que se fue inició hace 18 meses cuando Yunes Linares se apropió el gobierno del Estado de manera poco transparente. Se ahondaron las diferencias durante la campaña  que culminó con el triunfo del candidato de Morena sobre la candidatura del hijo del gobernador. Y por los ataques del entonces gobernador al candidato de Morena a la Presidencia de la República.
Durante la campaña el hoy gobernador hizo públicos pronunciamientos sobre el exceso de dinero que gastaba el gobierno estatal para apoyar al candidato de la coalición PAN-PRD-MC y hay versiones periodísticas que revelan millonadas “invertidas” en la frustrada candidatura del hijo que quería heredar -¿él o su padre?- el poder de Veracruz para seguir buscando bajo las piedras los dineros públicos que presuntamente se llevó Javier Duarte de Ochoa.
García Jiménez inicia con el pie derecho su carrera política y apenas con mínimos de conocimiento entre la población apretó la elección en la que Yunes obtuvo el triunfo.
En dos años y con la campaña anterior, arrasó a sus adversarios quizá un tanto cuanto por el respaldo del presidente López Obrador.
Como fuere, hoy como residente del Palacio de Gobierno y de la Casa Veracruz, García Jiménez va a encontrar un muladar administrativo y seguramente siguiendo los pasos de su protector “barrerá la casa de arriba hacia abajo”.
El exgobernador ha dejado de tener presencia pública y en Xalapa se dice que está “de vacaciones junto con su familia”. Nadie lo ha visto en las últimas 96 horas. Ya ni siquiera acude a La Parroquia, su lugar favorito para grillar.
Si como corren los rumores, que quede claro: rumores, el exmandatario resultó peor que su antecesor, las cosas se le pondrán color de hormiga. Uno de los graves problemas que dejó fue la designación del Fiscal General Jorge Winckler quien asegura que “nadie me puede obligar a renunciar”. De acuerdo con su “elección” fue nombrado para nueve años.
Su actuación como Fiscal ha sido desastrosa por decir lo menos. El hallazgo de múltiples fosas clandestinas en las que centenares de cuerpos fueron sepultados, no avanza en la identificación de las osamentas y los veracruzanos acusan de negligencia a quien tiene la obligación de averiguar qué pasó y de quienes se trata.
No es lo único que encontrará García Jiménez. Se presume que las arcas estatales fueron utilizadas para diversas acciones contrarias a las que estaban aprobadas para la aplicación de los recursos. Hay proveedores que reclaman pagos por más de mil millones de pesos y que desde hace dos años realizan gestiones para recuperar sus dineros. Todas han fracasado.
De tal suerte que Miguel Ángel Yunes Linares, quien presumía que en su gobierno se acabaría la corrupción, parece haber dejado una estela que difícilmente se ocultará. Pronto sabremos en dónde quedó su capital político… si todavía tiene alguno.

C.P./ De Fondo

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