Ana Karen y la impunidad
Por: Yuriria Sierra
La tragedia sobre la tragedia. La fatalidad que trae consigo un cúmulo de injusticias, todas cometidas por quienes tendrían que hacer cumplir la ley. Se llama Ana Karen, entonces era estudiante de secundaria, el 19 de abril de 2016, a dos calles de llegar su casa en Tapachula, fue embestida por un vehículo que, a su vez, era perseguido por una patrulla que detectó que el conductor, de 19 años, iba en estado de ebriedad. Doble atropello al momento, el auto pasó sobre ella también de reversa.
“Estuve en coma quince días. Quince días sin saber nada de mi vida, sin saber qué me había pasado. De hecho, al día siguiente, yo tenía un concurso de tabla rítmica, yo era la anfitriona, pero ya no pude llegar a ese día que para mí era importante...”, me detalló Ana Karen, ayer, en Imagen Noticias. Su caso va mucho más allá de sus días en el hospital, porque regresó a casa sin sus piernas. Su familia y los médicos tuvieron que elegir salvar su vida, pues Ana perdió mucha sangre al esperar por varios minutos la llegada de una ambulancia. El responsable fue identificado y es aquí cuando, lejos de ser el primer paso en un camino que condujera a la justicia, inició una larga batalla que está por cumplir tres años.
El agresor se llama Délfido Roeli Chacón Palomeque, supuesto sobrino del exdiputado local Samuel Chacón. El joven está libre, sólo estuvo dos días preso: “El MP, Guillermo Rivera González, no integró bien la carpeta de investigación, por eso esta persona ahorita está hoy en libertad, gozando de su libertad, mientras nosotros estamos padeciendo con mi hija. Llevamos tres años de tratamiento, tres años de venir de Tapachula a la Ciudad de México a recibir tratamiento médico y sicológico, rehabilitación física. Cada dos meses venimos y los gastos que se han generado han corrido por parte mía (...) Pasajes, hoteles, comida, taxis, todo corre por mi cuenta, pedí un préstamo en Banjercito por 345 mil pesos para solventar todo este asunto de mi hija, pero ya se acabó este recurso por los viajes...”, me narró su padre, Juan Morales Toledo.
Ana Karen y su familia han tocado en varias ventanillas, no todas se han abierto, como la del gobernador Manuel Velasco. La Secretaría de Gobierno de Derechos Humanos del estado de Chiapas, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Fiscalía General del Estado de Chiapas, donde se encuentra la carpeta de investigación y DIF estatal tienen conocimiento del caso, pero nada ha sucedido, nada que los acerque a la justicia. En el Tribunal Superior de Justicia del estado se concluyó lo siguiente, apenas dos días después de los hechos: “Se calificó de ILEGAL DETENCIÓN de DÉLFIDO ROELI CHACÓN PALOMEQUE, por la probable comisión de los hechos calificados por la ley como delitos de LESIONES CULPOSAS EN HECHOS DE TRÁNSITO DE VEHÍCULO Y ATAQUES A LA VÍA DE COMUNICACIÓN (EN SU MODALIDAD DE CONDUCIR EN ESTADO DE EBRIEDAD)...”, como se anotó en la resolución, cuya copia tiene este espacio, firmado por la jueza de Control y de Enjuiciamiento Región 02, Zelmira Perla del Rocío Gutiérrez. Importantísimo aclarar, que la audiencia que derivó en este documento, se realizó por la noche y la familia de Ana Karen, quien se encontraba en coma, no fue notificada, sino hasta minutos antes de que ésta se realizara. No pudo estar presente al momento que la jueza dictó el fallo.
Ayer, la familia tocó la que parece ser la última instancia, la Oficina de Atención Ciudadana del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sus peticiones no son más que las justas: castigo al responsable. Aunque también requieren ayuda para cubrir las necesidades que se generaron tras los hechos. Con esto, otra vez, la espera.
Éste es uno de tantos casos en donde la impunidad rebasa a la justicia. Ana Karen es una joven a la que la vida se le detuvo por unos días, pero que, hoy, lucha como lo hace una guerrera. No perderemos de vista lo que suceda con ella.
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