La libertad siempre es libertad para los que piensan de manera diferente.
La diversa gama de censores o policías del pensamiento, que proceden mediante el linchamiento moral, la criminalización, la estigmatización de los díscolos, anarcoides y pequebús, todo en nombre de los más sagrados intereses de la Patria: Sin duda no son los primeros y no serán los últimos. Hay que aprender a lidiar con ellos: enfrentándolos también, con inteligencia, audacia y mucha habilidad. Nuestra obligación es no permitir que hagan naufragar este descomunal e inédito esfuerzo colectivo. “Su carácter humanitario estaba profundamente enraizado en el humanismo de pensadores que le precedieron, que influyeron la cultura europea en forma perdurable...Nota completa aquí.
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