Hará trizas tu alma simplemente mostrando un espejo, pues puede convertir un furtivo vistazo en mirada profunda, hacer que te encuentres a ti mismo y quizá no te guste lo que verás en la penumbra.
Nunca, jamás, te acerques a Cauduro. Es el demonio sonriente con un pincel en la mano. Si no hay fortaleza, hará trizas tu alma simplemente mostrándole un espejo, pues puede convertir un furtivo vistazo en mirada profunda, hacer que te encuentres a ti mismo y quizá no te guste lo que verás en la penumbra. O tal vez al mismo tiempo te fascine… y eso es más peligroso aún. Es el íncubo que dejará tu ser plasmado en un muro, en una roca o un pedazo de metal. Se erige, no tengo dudas, en el maestro que se regocija cocinando tu alma plagada de roya, exponiéndola a la intemperie para que la humedad y el sol a plomo completen la natural putrefacción...Nota completa aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario