El futuro de la alimentación está en nuestras manos.
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las fragilidades y desigualdades de los sistemas alimentarios acentuado la necesidad urgente de garantizar que los sistemas alimentarios sean sostenibles, inclusivos y resilientes.
Los actuales procesos de producción agrícola son responsables del 46% de los gases de efecto invernadero en la región latinoamericana y son agentes críticos en la pérdida de la biodiversidad. La resiliencia de los sistemas agroalimentarios se fortalece enfrentando las múltiples desigualdades sociales, económicas y territoriales presentes en el medio rural, y estableciendo una relación más sostenible entre los seres humanos y la naturaleza... Nota completa aquí.
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