RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN
Sea por educación, formación, convicción o imitación, siempre es agradable compartir con personas que en su trato muestran respeto a sí mismas y a otras. Tanto en familia como en la escuela, lo ideal es que aprendamos enseñanzas y hábitos de nuestros padres y maestros que nos sirvan de por vida. Es decir, que sus palabras y acciones nos sirvan para ser personas de valor y crecer como seres humanos. Hay una expresión que dice que “somos el reflejo de nuestros padres” y si bien, es un buen principio; la realidad es que nosotros solo asumimos parte de ellos, junto con otras experiencias y conocimientos. Conforme crecemos y generamos más vínculos y nos desarrollamos como personas y profesionales, formamos nuestro carácter y estilo de vida, de tal manera que, con la suma de ello, nos mostramos a nuestro alrededor...Nota completa aquí.
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