La jefa de Gobierno anteriormente acusó que la empresa noruega incumplió con sus estándares y existe un conflicto de interés.
El gobierno de la Ciudad de México informó sobre las inconsistencias detectadas en el tercer y último informe que elaboró la empresa noruega DNV, sobre la causa-raíz del desplome en la Línea 12 del Metro, que dejó un saldo de 26 personas fallecidas y más de 100 lesionadas.
La secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil capitalina, Myriam Urzúa, explicó que se detectaron diversas deficiencias e inconsistencias en el análisis, las cuales fueron señaladas en las reuniones presenciales entre las autoridades capitalinas y representantes de la empresa DNV.
"La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil observó diversas deficiencias e inconsistencias en el análisis, éstas también fueron señaladas en las reuniones presenciales con el gobierno de la Ciudad de México.
"La existencia de contradicciones importantes, al señalar que se debían hacer inspecciones conforme al manual de mantenimiento, al mismo tiempo que establecieron que el manual era deficiente. El contrato entre la empresa y Protección Civil establece que una vez entregado el documento, la secretaría puede verificar la calidad del servicio contratado y notificar la existencia de alguna deficiencia, a fin de que sea corregida", dijo en conferencia de prensa.
Detalló que el 15 de febrero del 2022, la dependencia envió a la empresa un oficio con una serie de comentarios y observaciones sobre el borrador preliminar del reporte único de resultado de análisis causa raíz, por considerar que el trabajo aún no cumplía con lo establecido en el contrato y no permitía identificar con claridad la causa raíz del colapso.
"Pese a ello, la empresa entregó el reporte el 28 de febrero del 2022, el cual no cumplió con la especificaciones solicitadas en el contrato celebrado", mencionó.
El secretario de Obras y Servicios, Jesús Esteva Medina, resaltó que el tercer informe de la empresa DNV tiene inconsistencias y contradicciones, en comparación con los primeros dos reportes.
Recordó que la Fase I del reporte indicó una falla estructural, asociada a deficiencias en el proceso constructivo, el proceso de soldadura de los pernos Nelson, porosidad y falta de unión, falta de pernos Nelson en trabes que conforman el conjunto del puente y soldaduras no concluidas y/o mal ejecutadas.
Mientras que en la Fase II del informe, se consideró que el colapso ocurrió como resultado del pandeo de las vigas norte y sur, facilitada por la falta de pernos funcionales en una longitud significativa, lo que ocasionó que perdiera su estructura compuesta, deformaciones que no podían verse en una inspección visual simple. No obstante, la Fase III del informe menciona la inadecuada colocación de aproximadamente el 30 por ciento de los pernos en la sección oeste y fallas en el diseño.
"Fallas de diseño: la resistencia, la fatiga de los pernos, no cumplió con las especificaciones de AASHTO y aún en un escenario en el que el puente hubiera sido construido conforme a las especificaciones, los pernos más críticos hayan fallado luego del paso de 1.25 millones de trenes o aproximadamente 14 años de operación. "¿Qué significa esto? Que el error de diseño que menciona DNV, el no haber cumplido con la normatividad AASHTO, aún si hubieran estado todos los pernos y soldados correctamente, no hubieran resistido más de14 años", afirmó.
Asimismo, comentó que la metodología utilizada para la entrega de la Fase II del estudio presenta cuatro barreras preventivas, que de haber sido efectivas, de acuerdo con el análisis de DNV, hubieran evitado el colapso: Barrera 1 (fallida): diseño conforme a los estándares de AASHTO. Barrera 2 (faltante): certificación y supervisión de las obras de ingeniería civil. Barrera 3 (fallida): la soldadura e instalación de pernos. Barrera 4 (fallida): inspección detallada de la obra civil.
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