Pese a que grupos armados a diario provocan y realizan disparos directos hacia los pobladores, el pueblo tzotzil de Aldama, Chiapas, acudió a la celebración religiosa,
Cientos de indígenas tzotziles de diferentes comunidades del municipio de Aldama, en el estado de Chiapas, salieron de las montañas para venerar a la virgen Santa María Magdalena, patrona del pueblo desde 1883.
Pese a vivir en conflicto territorial con el municipio vecino de Chenalhó, donde grupos armados a diario provocan y realizan disparos directos hacia los pobladores, el pueblo tzotzil de Aldama salió y acudió sin falta a la celebración religiosa.
“Este año se le pide que nos cuide, hay conflicto en esta tierra de las 60 hectáreas, le pedimos que haya paz, que los visitantes estén felices, es lo que pedimos nosotros”, dijo Sebastián Santis Santis, autoridad tradicional de Aldama.
La parte religiosa en Chiapas
“Celebramos a Santa María Magdalena, es una imagen muy en el corazón y en la fe de este pueblo que con toda su cultura, reconocen en María Magdalena a una de las grandes mujeres del evangelio,”, dijo Joel Padrón González, párroco de San Andrés Larrainzar.
“Por eso que la tienen muy presente, es una mujer que convierte su corazón y se entrega al evangelio de Jesús”, añadió.
Por más de 100 años los mayas tzotziles han llevado a cabo rituales y oraciones en honor de la virgen.
Durante esas celebraciones por las calles se ven hombres con sombreros de punta color negro, listones de colores y lentes llamado max o mono, (guía espiritual) danzan y corren por los cuatro puntos cardinales hasta postrarse a la entrada de la iglesia y es cuando anuncian el inicio de la fiesta.
Autoridades tradicionales religiosas lavan y planchan con devoción los atuendos ceremoniales de la virgen, purifican cada figura religiosa dentro de la iglesia con incienso y copal.
Además, los fieles llegan con regalos, velas, música y flores para congratularse con la deidad para luego, cargar las pesadas cruces, velas y ramos de flores para adornar a la virgen María Magdalena, que se encuentra en un nicho ataviada en un traje de creación asombrosa y muy laboriosa.
El manto tiene brocados con distintos significados como el universo, Jenjen (sapo), Pepen (mariposa), hecho por las artesanas de esta comunidad.
Para esta festividad, centenas de hombres regresan de otras regiones de México o del extranjero, la mayoría son hombres quienes retornan con sus nuevas familias para continuar con las tradiciones culturales.
Es el caso de Yuliana Hernández, visitante de Cancún, expresó que desde hace más de 10 años regresa cada año en compañía de su esposo nativo de Aldama, para dar gracias a la Virgen.
“Estoy fascinada, cada vez que regreso me enamoro de esta cultura y sus tradiciones, e invito a mis hermanos y sobrinos a que conozcan y me los traigo”, dijo a efe Yuliana.
Serán cuatro días de fiesta, rezos, danza y de compartir tamales y caldo de res como platillo de fiesta, la bebida tradicional posh y sodas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario