Filtraciones hechas por el grupo “Guacamaya Leaks" señalan que huachicoleros extraían hasta 200 mil litros diarios de hidrocarburo.
Por primera vez se dio a conocer el tamaño del negocio que representa para los grupos delictivos, el robo de hidrocarburos, esto como parte de un documento emitido por la Secreteria de la Defensa Nacional (Sedena), que forma parte de las filtraciones hechas por el grupo de “Hacktivistas” de “Guacamaya Leaks”.
De acuerdo al reporte denominado “Análisis Estructural caso Thor”, los huachicoleros del Cartel Santa Rosa de Lima en Guanajuato, en el año 2020 sumaban ganancias diarias de 1 millón 800 mil pesos diarios, por la extracción ilegal de combustible.
El reporte indica que la ordeña de una sola toma clandestina les permitía extraer hasta 200 mil litros diarios de hidrocarburo y que el dinero de su venta, era destinado para pago de nóminas, cooptación de autoridades, compra de armamento y municiones.
“Guacamaya Leaks” advierte que, si bien las gasolineras legalmente constituidas comercializan en un promedio de 22 pesos el litro de gasolina, el Cartel Santa Rosa de Lima vende en 9 pesos el litro, es decir un 59% más barata.
De acuerdo al especialista en materia de seguridad David Saucedo, el robo de combustible por parte de este grupo delictivo tuvo dos vertientes: el primero con la corrupción a funcionarios de Pemex que permitían la entrada de pipas a las instalaciones para el abastecimiento, hasta la cada vez más sofistica perforación de los ductos que salen de la refinería.
“Con el tiempo el Cartel de Santa Rosa de Lima en alianza con funcionarios corruptos de Pemex, empezaron a pinchar los ductos de Pemex, de las tomas o tuberías de la refinería que van a distintos puntos de distribución, perforaban los ductos justo cuando el combustible estaba circulando y esto lo podían saber gracias a los propios funcionarios corruptos de Pemex que les decían el horario y los días en los cuales las tuberías tienen el combustible ", señaló.
En su informe ante el Congreso del estado en marzo del 2021, el propio Fiscal General de Guanajuato Carlos Zamarripa Aguirre, declaró que el almacenamiento y distribución de Pemex estuvieron bajo control de huachicoleros, que lograban cargar combustible de manera ilegal al interior de las Terminales de Abastecimiento y Distribución en los municipios de Salamanca y San José Iturbide, para luego comercializarlo en el mercado negro hasta el punto que la paraestatal maquilló un accidente en 2017.
En cuanto a los potenciales compradores, Saucedo señala que se encuentran empresarios de la industria del transporte y de la construcción que requieren miles de litros al día para el desempeño de sus actividades. Se suman por lo menos tres gobiernos municipales de Guanajuato señalados de llenar los tanques de sus vehículos oficiales con esta clase de combustible y en la escala minorista se llegó a comercializar en vulcanizadoras y hasta carreteras.
Para el negocio, el territorio de venta se expandió de la zona Laja-Bajío del estado de Guanajuato, hasta algunos municipios de Querétaro y de Michoacán, en este último a manera de pago, a cambio del denominado Cristal Azul.
“Se trata un intercambio entre cartel de Santa Rosa y el de los Viagras en Michoacán. El cártel de Santa Rosa les proporciona combustible robado y el cartel de los viagras les proporciona metanfetaminas, pero la metanfetamina en color azul que es la que rivaliza con la metanfetamina blanca que comercializa el CJNG”, concluyó David Saucedo.
Si bien durante el primer semestre del año, autoridades en materia de seguridad lograron recuperar 700 mil litros de combustible, el robo en la entidad continúa, aunque en menore escala.
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