lunes, 22 de julio de 2024

 

Todo lo que nunca te dijeron sobre la temporada de Huracanes

En México, los meses que van de mayo a noviembre se convierten en un gran escenario de poderosos huracanes que azotan las costas del Pacífico, el Golfo de México y el Caribe. Estos fenómenos meteorológicos, que pueden alcanzar velocidades devastadoras, ponen a prueba la resiliencia de los estados costeros, obligándolos a estar en alertar e implementar estrategias de preparación y respuesta ante estos desafíos naturales.

Según la investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Christian Domínguez Sarmiento, en promedio se registran alrededor de 12 ciclones en el océano Atlántico y aproximadamente 16 ciclones por temporada en el océano Pacífico.

La formación de los huracanes genera muchas dudas y desinformación. En esta nota, te contaremos datos curiosos e interesantes sobre los huracanes, debido a la importancia de entender la dinámica, los patrones de formación y trayectorias de estos fenómenos

Los huracanes son fenómenos meteorológicos imponentes que se forman en los océanos cálidos y pueden causar devastación a su paso. De acuerdo con la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias de Costa Rica, un huracán es un gran remolino en forma de embudo que se produce en la atmósfera baja.

Estos sistemas tropicales intensos, también conocidos como ciclones tropicales, se caracterizan por sus fuertes vientos, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas, que pueden generar daños significativos a las comunidades costeras.

Se forman en los océanos cuando la temperatura del agua superficial supera los 26°C y existe una zona de baja presión atmosférica. Los vientos convergen hacia la baja presión, haciendo que el aire caliente y húmedo ascienda y libere vapor de agua, que es la energía del ciclón. Este aire ascendente genera un movimiento espiral en sentido contrario a las manecillas del reloj en el Hemisferio Norte debido a la rotación de la Tierra.

Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, dependiente de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental (NCEP), la denominación de estos fenómenos varía según la región donde se producen:

En el Hemisferio Norte, al este de la Línea Internacional de Cambio de Fecha hasta el Meridiano de Greenwich, se les conoce como huracanes.

La palabra «huracán» tiene su origen en el término taíno «hurakán», que designaba al dios del viento y las tormentas. La influencia de los idiomas indígenas del Caribe se refleja en la adopción del término por los colonizadores españoles, quienes lo introdujeron en el vocabulario meteorológico en el siglo XV.

En el Pacífico noroccidental, se les denomina tifones.

La palabra «tifón» tiene sus raíces en la mitología griega, donde Tifón era una figura temida por sus poderes destructivos. Con el tiempo, el término se adaptó para describir fenómenos meteorológicos severos en el Océano Pacífico, reflejando el poder y el impacto de estos ciclones tropicales en la actualidad.

Los huracanes se clasifican en diversas categorías según la escala de Saffir-Simpson, que toma en cuenta la intensidad de los vientos.

Depresión Tropical: Se caracteriza por ser un grupo de tormentas con vientos de hasta 63 kilómetros por hora.

Tormenta Tropical: En esta fase, la tormenta recibe un nombre y su movimiento se vuelve más circular. Se intensifica hasta desarrollar vientos de entre 63 a 117 kilómetros por hora.

Huracán: Cuando la tormenta tropical se convierte en huracán, los vientos alcanzan velocidades de 118 kilómetros por hora o más.

  • Categoría 1: Vientos de entre 118 y 153 kilómetros por hora.
  • Categoría 2: Vientos de entre 154 y 177 kilómetros por hora.
  • Categoría 3: Vientos de entre 178 y 209 kilómetros por hora.
  • Categoría 4: Vientos de entre 210 y 249 kilómetros por hora.
  • Categoría 5: Vientos de más de 250 kilómetros por hora.

Cada categoría de huracán representa un nivel de intensidad y peligrosidad creciente, lo que implica la necesidad de tomar medidas de preparación y respuesta adecuadas para proteger a las comunidades en riesgo.

La práctica de nombrar a huracanes y tormentas tropicales tiene una historia interesante que combina tradición, ciencia y comunicación pública, no son aleatorios ni asignados al azar.

La idea de dar nombres a los huracanes comenzó en el siglo XX , para simplificar la comunicación sobre estos eventos climáticos y evitar confusiones. En el pasado, se usaban nombres de santos, números o simplemente se refería a ellos por el lugar donde impactaban.

Cada año, antes del inicio de la temporada de ciclones, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) elabora una lista con nombres que se asignarán a las tormentas y huracanes que puedan surgir en esa temporada. La lista contiene un nombre por cada letra del alfabeto (las letras Q, U, X, Y, Z no se incluyen debido a que pocos nombres empiezan con esas letras).

Esta lista se renueva cada seis años, y contiene tanto nombres masculinos como femeninos, en varios idiomas, como español, inglés y francés. Esto significa que la lista de nombres de 2024 se reutilizará nuevamente en 2030.

Si un huracán causa una gran cantidad de destrucción o muertes, su nombre puede ser retirado de la lista para evitar confusión futura. Por ejemplo, «Katrina» fue eliminado después del huracán de 2005 debido a su devastador impacto en Nueva Orleans.

El primer huracán nombrado oficialmente en el Pacífico fue «Alice» en 1950.

Ojo del Huracán: El centro de un huracán, conocido como el ojo, es sorprendentemente tranquilo. Puede tener un diámetro de 30 a 65 kilómetros y dentro de él, los vientos son leves y el cielo puede estar despejado.

Rotación: Los huracanes giran en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte y en sentido horario en el sur debido al efecto Coriolis, una fuerza aparente causada por la rotación de la Tierra.Este fenómeno es clave en meteorología y oceanografía, afectando el movimiento de aire y agua.

Ciclo de Vida: Un huracán puede pasar por diferentes etapas en su ciclo de vida: depresión tropical, tormenta tropical y finalmente huracán, si los vientos alcanzan al menos 119 km/h (74 mph).

Energía: Un huracán libera energía equivalente a la explosión de una bomba nuclear de 10 megatones cada 20 minutos. Esta energía proviene del calor latente liberado por la condensación del vapor de agua en la atmósfera.

Duración: Los huracanes pueden durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo de las condiciones ambientales. La temporada de huracanes en el Atlántico va del 1 de junio al 30 de noviembre.

Huracanes Fuera de la Temporada: Aunque es raro, los huracanes pueden formarse fuera de la temporada oficial, especialmente si las condiciones del océano y la atmósfera son favorables.

Huracán de Mayor Duración: El huracán/tifón John en 1994 tiene el récord de la duración más larga, durando 31 días y recorriendo 13,000 km a través del Pacífico.

Aunque parezca algo increíble la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Fuerza Aérea de los EE. UU. utilizan aviones caza-huracanes, o hurricane hunters, especialmente equipados para volar directamente hacia los huracanes y recopilar datos cruciales para la predicción de tormentas.

Equipados con sensores avanzados, estos aviones miden la velocidad del viento, la presión atmosférica y la humedad, proporcionando información crucial para predecir la intensidad y trayectoria de los huracanes.

Este trabajo es esencial para mejorar los pronósticos meteorológicos y minimizar el impacto de estos fenómenos en las áreas afectadas.

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