El señalamiento ya está, le tiembla todo a Alito.
Ya le está temblando todo al usurpado dirigente del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito” quien en una maquiavélica acción, modificando o alterando los estatutos de dicho partido, buscaba perpetuarse en el cargo de presidente. Y decimos que ya le está temblando todo es por la sencilla razón que el árbitro – el INE- ya le marcó un fuera de lugar y están a punto de notificarle que su deseo por entronizarse en el otrora poderoso partido, ya no podrá ser posible y tendrá que hacer maletas para regresar a Campeche o irse a otro lado. Ahora bien, el dicho aquel de que en política los amigos son de a mentiras y los enemigos, esos sí, son de verdad, están generando calambres, taquicardias e insomnio en el dirigente priista. Manlio, Osorio Chong, Ruiz Massieu y muchos otros más, están listos para contratar un mariachi y llevárselo a “Alito” para que le canten Las Golondrinas.
Un voto otorgado para avalar y aprobar una Reforma Judicial, la cual sigue siendo cuestionada y discutida por la sociedad civil, sirvió para que la leyenda de la familia Yunes, la del Estero, se cayera y rodara de la manera más estrepitosa y vergonzosa que alguien, en algún momento, se hubiese podido imaginar. El jefe del clan, Miguel Ángel Yunes Linares, siempre bravucón y echado para adelante, retando a todo lo que se le parara enfrente, no dejó pasar la oportunidad para retar y lanzar los más ácidos epítetos al tabasqueño López Obrador, cuando éste andaba en busca de la presidencia de la República. Envalentonado Miguel, al no recibir respuesta, continuó lanzando todo el repertorio que tenía en el pecho y que brotaba de su boca. “Loco”, “Vividor” y otras linduras más le endilgó en su momento MiYuLi al tabasqueño. Y al soltarle reata, como se dice coloquialmente, el choleño se crecía y no paraba de retarlo. Hoy, en una jugada más que magistral, valiéndose de no se sabe qué artilugios, desde la cima del poder, el jefe del clan Yunes, y uno de sus vástagos, ha sido sometido y el escarnio ha caído sobre todos ellos. ¿Cómo lo doblaron? Chi Lo Sa.
Y, más allá de lo anterior, luego del sometimiento, el escarnio y las descalificaciones a que fueron sometidos, padre e hijo, por brindar un voto de mamerta más que misteriosa y, pensando que por ese hecho serían recibidos en las filas guindas con fanfarrias, desde Veracruz, para ser más precisos, desde Boca del Río, el enclave del que son propietarios, fue la propia gobernadora electa Rocío Nahle García, la que con letras clara y voz precisa, les mandó a decir – a los Yunes Linares y Yunes Márquez- “en Morena nos reservamos el derecho de admisión”, dando por sentado y clarificando que en ese partido no les dan la más cordial bienvenida, aunque hayan votado a favor de la Reforma Judicial de AMLO. De inmediato, los Yunes amagaron con buscar refugio en el Partido Verde, pero aún no terminaban de hacer la formal declaración, cuando el Chico Verde”, les reviró que con ellos, no hay coincidencias. Doña Rocío tiene las facturas en sus manos y pronto habrá de empezar a cobrar afrentas.
O no se da cuenta, o no quiere darse cuenta o, de plano, al secretario de gobierno Carlos Juárez Gil, no se ha percatado de que las grúas y sus gruyeros, en Xalapa, Coatzacoalcos, Orizaba, Poza Rica y en todas las ciudades donde hay carros por remolcar, se continúan pasándose de listos y cometiendo tropelía y media. Sin capacidad para dialogar, porque les hablan los automovilistas y pareciera que no oyen, los abusivos gruyeros, ni siquiera levantan la vista y mucho menos responden o dan una razón por la cual enganchan o trepan un vehículo a sus grúas y sin más, se arrancan llevándose la unidad, sin comentar hacia qué corralón se dirigen. La indignación crece, los señalamientos, las acusaciones, las demandas y los recordatorios maternales en contra de los energúmenos gruyeros, van en aumento, en tanto el tabasqueño secretario, ni sufre ni se acongoja. Cualquier día –no lo estamos deseando- va a ocurrir un hecho que se tendrá que lamentar por la arbitrariedad con que vienen actuando los chóferes remolcadores de carros. Si el secretario de gobierno no lo sabe y quiere saberlo, sería por demás de saludable que le pregunte al director de tránsito, ¿qué hay de eso, Josefina?, como dijera en el pasado don Rubén Pabello Acosta.
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