Por: Andrea García Cornejo.
Texcoco, Estado de México.- Hoy se celebra el día Internacional de la Mujer Rural, sin embargo, en México hay poco que celebrar.
Hasta el momento no existen datos precisos sobre la realidad que viven las mujeres rurales, sólo se sabe que hasta el 2012 habían 12.3 millones de mujeres rurales en México con una jornada laboral de más de 12 horas y, aunque ellas tienen el potencial para participar en el desarrollo social y económico de las familias, las comunidades y las diferentes regiones, hasta el momento no han recibido la atención ni los apoyos suficientes.
Desafortunadamente son las mujeres rurales, quienes además de enfrentarse a las situaciones de inequidad de género enfrentan las dificultades propias de vivir en las localidades que concentran los más altos índices de pobreza en México.
Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en las economías rurales de los países desarrollados y en desarrollo. En la mayor parte del mundo en desarrollo participan en la producción de cultivos y el cuidado del ganado, proporcionar alimentos, agua y combustible para sus familias y participan en actividades no agrícolas para diversificar los medios de subsistencia de sus familias. Además, llevan a cabo las funciones vitales en el cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos.
Aúnado a eso, las mujeres rurales, además de que la mayoría de las veces no perciben una remuneración por su trabajo, tienen que lidiar con la misoginia de los líderes de las organizaciones campesinas que rezagan el desarrollo profesional y político de las mujeres en ese sector. Hoy, en pleno siglo XXI, vemos que no existen mujeres que presidan, o se ubiquen en puestos estratégicos de organizaciones nacionales de peso en el sector agropecuario, como la Confederación Nacional Agronómica, el Consejo Nacional Agropecuario, etc, etc.
De ahí que nuestra labor en este día en el que se reconoce a la mujer rural sea la de resaltar el papel central que tienen en el desarrollo sostenible, la producción y aseguramiento de alimentos en el mundo, actividades que normalmente y desafortunadamente pasan desapercibidas. Por lo que creemos, es tiempo de reflexionar e integrarlas, redoblar esfuerzos con el fin de implementar estrategias adecuadas a sus necesidades y desarrollar mecanismos que les permitan una mayor integración al desarrollo económico del país.
Hay que recordar que el Día Internacional de la Mujer Rural fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de octubre de 2008 y pretende reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
Texcoco, Estado de México.- Hoy se celebra el día Internacional de la Mujer Rural, sin embargo, en México hay poco que celebrar.
Hasta el momento no existen datos precisos sobre la realidad que viven las mujeres rurales, sólo se sabe que hasta el 2012 habían 12.3 millones de mujeres rurales en México con una jornada laboral de más de 12 horas y, aunque ellas tienen el potencial para participar en el desarrollo social y económico de las familias, las comunidades y las diferentes regiones, hasta el momento no han recibido la atención ni los apoyos suficientes.
Desafortunadamente son las mujeres rurales, quienes además de enfrentarse a las situaciones de inequidad de género enfrentan las dificultades propias de vivir en las localidades que concentran los más altos índices de pobreza en México.
Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en las economías rurales de los países desarrollados y en desarrollo. En la mayor parte del mundo en desarrollo participan en la producción de cultivos y el cuidado del ganado, proporcionar alimentos, agua y combustible para sus familias y participan en actividades no agrícolas para diversificar los medios de subsistencia de sus familias. Además, llevan a cabo las funciones vitales en el cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos.
Aúnado a eso, las mujeres rurales, además de que la mayoría de las veces no perciben una remuneración por su trabajo, tienen que lidiar con la misoginia de los líderes de las organizaciones campesinas que rezagan el desarrollo profesional y político de las mujeres en ese sector. Hoy, en pleno siglo XXI, vemos que no existen mujeres que presidan, o se ubiquen en puestos estratégicos de organizaciones nacionales de peso en el sector agropecuario, como la Confederación Nacional Agronómica, el Consejo Nacional Agropecuario, etc, etc.
De ahí que nuestra labor en este día en el que se reconoce a la mujer rural sea la de resaltar el papel central que tienen en el desarrollo sostenible, la producción y aseguramiento de alimentos en el mundo, actividades que normalmente y desafortunadamente pasan desapercibidas. Por lo que creemos, es tiempo de reflexionar e integrarlas, redoblar esfuerzos con el fin de implementar estrategias adecuadas a sus necesidades y desarrollar mecanismos que les permitan una mayor integración al desarrollo económico del país.
Hay que recordar que el Día Internacional de la Mujer Rural fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de octubre de 2008 y pretende reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
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