Encabezan DF y Edomex lista de linchamientos
Estado de México.- Los linchamientos que se han registrado en diferentes entidades de la República Mexicana son un fenómeno que ha surgido principalmente en la zona centro del país, encabezando el Estado de México y el Distrito Federal este descontento social.
Los doctores en sociología, Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila, profesores-investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmaron que de las 32 entidades del país, en 7 se concentra el mayor número, con el 80% de los casos.
El Estado de México y Distrito Federal encabezan la lista, seguidos de Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. En contraste con estos datos, Colima, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas no presentan un solo evento de este tipo.
Señalan que esta manifestación evidencia la crisis de autoridad que hay en los municipios y forma parte de una crisis del estado.
Los investigadores del Departamento de Sociología, en la investigación "Linchamientos en México", aseguran que la espiral de violencia que se vive en el país coloca a individuos y grupos sociales en una situación de indefensión y agravio permanente, y mientras las condiciones de injusticia prevalezcan y las autoridades encargadas de brindar seguridad pública no lo logren, los casos de acción colectiva se seguirán registrando con mayor frecuencia e intensidad.
Advierten que los linchamientos son agresiones y castigos infligidos a individuos a quienes se asocia con delitos de distinta gravedad, como la que representa el abuso policiaco, el robo, el atropellamiento y la violación, entre otros.
Afirman que los linchamientos se distinguen por el empobrecimiento de la sociedad mexicana y los cambios socio-políticos, del que destacan la acción colectiva y la violencia social de grupos heterogéneos que pretenden restituir el orden social a nivel micro, ante la incapacidad de las autoridades de actuar contra la violencia e inseguridad públicas en el sentido que la sociedad espera.
La investigación determina que el anonimato que permea a la acción colectiva de los linchamientos, sumado a su muy frecuente espontaneidad, le imprimen un carácter altamente violento y pasional que genera en los participantes un sentimiento compartido del "deber cumplido", al hacer justicia por su propia mano.
Aseguran por último en el estudio que los picos más altos se observan en los años de 1997 con 27 personas linchadas en el país; 2010 con 47 casos y 2013 con 40.
Los doctores en sociología, Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila, profesores-investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmaron que de las 32 entidades del país, en 7 se concentra el mayor número, con el 80% de los casos.
El Estado de México y Distrito Federal encabezan la lista, seguidos de Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. En contraste con estos datos, Colima, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas no presentan un solo evento de este tipo.
Señalan que esta manifestación evidencia la crisis de autoridad que hay en los municipios y forma parte de una crisis del estado.
Los investigadores del Departamento de Sociología, en la investigación "Linchamientos en México", aseguran que la espiral de violencia que se vive en el país coloca a individuos y grupos sociales en una situación de indefensión y agravio permanente, y mientras las condiciones de injusticia prevalezcan y las autoridades encargadas de brindar seguridad pública no lo logren, los casos de acción colectiva se seguirán registrando con mayor frecuencia e intensidad.
Advierten que los linchamientos son agresiones y castigos infligidos a individuos a quienes se asocia con delitos de distinta gravedad, como la que representa el abuso policiaco, el robo, el atropellamiento y la violación, entre otros.
Afirman que los linchamientos se distinguen por el empobrecimiento de la sociedad mexicana y los cambios socio-políticos, del que destacan la acción colectiva y la violencia social de grupos heterogéneos que pretenden restituir el orden social a nivel micro, ante la incapacidad de las autoridades de actuar contra la violencia e inseguridad públicas en el sentido que la sociedad espera.
La investigación determina que el anonimato que permea a la acción colectiva de los linchamientos, sumado a su muy frecuente espontaneidad, le imprimen un carácter altamente violento y pasional que genera en los participantes un sentimiento compartido del "deber cumplido", al hacer justicia por su propia mano.
Aseguran por último en el estudio que los picos más altos se observan en los años de 1997 con 27 personas linchadas en el país; 2010 con 47 casos y 2013 con 40.



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