sábado, 20 de julio de 2024

 

Las áreas naturales juegan un papel fundamental en la recarga de los mantos acuíferos

Según algunos datos oficiales del Sistema de Aguas de México (mayo 2023) el 57% del agua utilizada en la CDMX proviene de manantiales, mantos acuíferos y pozos, mientas que el 43% del agua proviene del Sistema Lerma – Cutzamala, que a su vez se divide en 16% Lerma y 27% Cutzamala.

La extracción subterránea de agua se realiza desde el sistema de Acuíferos de la Zona Metropolitana. Estos se recargan principalmente del agua de lluvia y de afluencias de ríos que viajan por el territorio. Más de la mitad de estos acuíferos se encuentran sobreexplotados, provocando una fuerte escasez del agua. En el marco del Día Mundial del Agua (marzo 22), desde la ONU se hace un llamado a cuidar las fuentes naturales que abastecen a los mantos acuíferos , para evitar quedarnos sin este recurso.

La escasez de agua puede tener múltiples causas. Una de las razones más comunes es la sobreexplotación de los recursos hídricos, especialmente en zonas donde la demanda de agua es elevada y los suministros son limitados. Esto suele ocurrir en regiones áridas o semiáridas, donde el clima ya de por sí limita la cantidad de agua disponible.

La sobrepoblación y el crecimiento urbano también pueden contribuir a la escasez de agua, ya que la demanda aumenta y la infraestructura no siempre puede seguir el ritmo. Además, la agricultura y la industria también pueden ser grandes consumidores de agua, lo que a su vez puede generar conflictos entre diferentes sectores.

Otras causas de la escasez de agua pueden incluir la contaminación de las fuentes de agua, el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. La contaminación puede hacer que el agua sea inadecuada para el consumo humano o para la agricultura, lo que puede limitar aún más los recursos disponibles. El cambio climático puede afectar el ciclo del agua y las precipitaciones, lo que puede hacer que las sequías sean más frecuentes y prolongadas. Los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y tormentas, también pueden afectar la calidad y la disponibilidad del agua.

En general, la escasez de agua es un problema complejo que requiere una gestión cuidadosa de los recursos hídricos y una planificación adecuada para satisfacer las necesidades de la población y proteger el medio ambiente.

Aunque Latinoamérica alberga el 30% de los recursos hídricos del mundo, uno de cada tres ciudadanos de la región necesita más agua de la que dispone, así lo dice un artículo de El País.

El Valle de México es una región donde la demanda de agua es alta y los recursos hídricos son limitados. Una de las formas en que se ha intentado abordar este problema es mediante la recarga de los mantos acuíferos. La recarga de los acuíferos se refiere a la infiltración de agua en el suelo para recargar las reservas subterráneas. En el Valle de México, la recarga artificial se lleva a cabo mediante la construcción de infraestructura especializada, como los túneles de infiltración, que permiten la infiltración controlada del agua de lluvia y la recarga del manto acuífero.

La recarga de los acuíferos en el Valle de México es importante no solo para garantizar el suministro de agua, sino también para evitar el hundimiento del suelo y la subsidencia. El hundimiento del suelo es un problema grave en la región debido a la sobreexplotación de los acuíferos, que ha causado la disminución de los niveles de agua subterránea. Esto, a su vez, puede causar que el suelo se hunda y provoque daños a la infraestructura. La recarga de los acuíferos puede ayudar a reponer los niveles de agua subterránea y prevenir la subsidencia del suelo. En general, la recarga de los acuíferos es una herramienta importante para la gestión sostenible de los recursos hídricos en el Valle de México.

Las áreas naturales, como los bosques, los humedales y las praderas, juegan un papel fundamental en la recarga de los mantos acuíferos. Estas áreas permiten que el agua de lluvia se infiltre en el suelo y recargue los acuíferos subterráneos. Además, también actúan como filtros naturales, eliminando las impurezas del agua y mejorando su calidad. Por lo tanto, es importante proteger y cuidar estas áreas naturales para garantizar la recarga sostenible de los acuíferos y el suministro de agua a largo plazo.

El descuido, la tala y la quema de áreas naturales provocan que no se infiltre la lluvia y que por lo tanto, exista un problema de escasez de agua. La erosión del suelo puede llevar a la pérdida de suelo fértil y la degradación del hábitat natural, mientras que la sedimentación puede causar la obstrucción de los cauces de agua y la inundación de áreas cercanas. Al proteger las áreas naturales y la vegetación que cubre el suelo, se puede reducir la erosión del suelo y mantener la capacidad de infiltración del agua en los mantos acuíferos. En resumen, cuidar y proteger las áreas naturales es esencial para garantizar la recarga sostenible de los mantos acuíferos y mantener la calidad del agua en las cuencas hidrográficas.

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