EDITORIAL BAMBA POLÍTICA

Lorena Arvizu

EL “BUEN FIN” O LAS QUIMÉRICAS NOCHES DE DESCUENTOS

Quizá para cuando esté lista la publicación de este número muchos ya habrán gastado algunos (o todos) sus ahorros en el denominado “Buen Fin”. Claro, desde que salió esta iniciativa para “impulsar la economía” tanto de las empresas como de los consumidores, se nos vendió la idea de que sería la versión mexicana del Blackfriday llevado a cabo en Estado Unidos, mismo que da inicio a las compras de toda la temporada navideña en ese país, y ciertamente da un empuje a su economía -primera a nivel mundial-, y da oportunidad a quienes asisten a las tiendas de encontrar artículos con un costo indiscutiblemente inferior al que por lo general ostentan. Podría decirse que allí, la locura que se vive es justificada.
¿Y qué pasa en México? Si se revisan diversos análisis tanto financieros como de opinión las conclusiones son poco favorables.
Se dijo desde su primera edición, en 2011, que la finalidad del “Buen Fin” sería: Reactivar la economía mediante la cooperación de los sectores público y privado; y dar al consumidor acceso a productos y/o servicios con precios tan bajos que no se ven en otra época del año.
No dudo que hay personas que encontraron un buen descuento en algún artículo deseado, sin embargo, los índices y estrategias registrados en los años anteriores muestran que -ya sea por la falta de experiencia, mala planeación, o tal vez poco compromiso-, este publicitado fin de semana se ha limitado a servir para que las grandes empresas se deshagan de sus inventarios arrumbados, ofreciendo además ofertas que están muy por debajo de las ya establecidas “ventas nocturnas”. Algunos meses sin intereses y uno que otro 20 0 30 por ciento de descuento. Una buena invitación a gastar sin beneficios reales para hacerlo. Eso sí, las empresas que cotizan en la bolsa pueden deleitarse y lograr un incremento en el tercer trimestre del año de alrededor del 7% en su utilidad neta, respecto de los índices de años pasados.
Con datos del Instituto de Estadística y Geografía (INEGI), se vio que las ventas a menudeo aumentaron en noviembre, pero dicho “logro” se vio opacado por el desplome en las compras durante el mes de diciembre, llegando a tener la tasa más baja en los últimos tres años.
¿Por qué?
En palabras sencillas, si continúa el panorama donde no hay mejoría en los ingresos de los mexicanos (generando más y mejores trabajos), las compras que puedan realizar serán limitadas, y por supuesto no pueden ser sostenidas.
Estos programas transitorios quizá induzcan a un gasto adelantado, pero no propician un mayor gasto. Ni mucho menos un gasto responsable.
Son pues, programas con resultados temporales que no producen una elevación económica durable, ni un real bienestar social.
A considerarlo ¿No creen?
Antes de lanzarse nuevamente sobre los estantes del centro comercial, evalúen primero qué tan necesario es el artículo quieran comprar, el “súper descuento” que están ofreciendo y si en todo caso vale la pena llevarlo (sí, pena, porque después el pago de dichas adquisiciones se vuelve un dolor de cabeza para muchos).
No utilicen indiferentemente la(s) tarjeta(s) de crédito. Está comprobado que en esta época es cuando más tarjetazos se registran.
Ah, por cierto, de acuerdo a un artículo publicado por CNN, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó una lista de las empresas que tuvieron más denuncias en la edición 2012, por no cumplir ofertas o la famosa publicidad engañosa. Están: Gamers Retail, Soriana, Sam´s Club, Suburbia, Sanborns y Volaris, entre otras.
Así las cosas. Aquí, mientras nuestros excelsos representantes autorizan un pago adelantado de aguinaldo y quitan barreras para aumentarse el sueldo. Y en tanto suceden reformas de primer impacto para el país (no duden que algo será aprobado mientras se vuelven locos en las tiendas): La energética, educativa, o hacendaria.
Tal vez sea un juego de palabras, darnos el “buen” fin de los recursos nacionales, o un “buen” fin con más impuestos dirigidos a las PYMEs.
Que den a la sociedad -en los diferentes niveles de gobierno- un Buen Fin, aunque sea de año.