México, D.F.- Grandes empresas de la industria alimentaria como Herdez y Bimbo, comenzaron a aplicar desde este mes el aumento de un peso por litro en bebidas azucaradas, y el impuesto de 8 por ciento a panes, pastelillos, botanas y otros productos de alto contenido calórico, cuando por la reforma fiscal aprobada deben entrar en vigor hasta el año próximo, denunció Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
"Una marca que pública y formalmente abrió póquer en esto de aumentar un peso por litro en sus bebidas (jugos y néctares), aunque debe arrancar en enero, fue Herdez... También lo está haciendo Bimbo, que por cierto anunció muy claramente que el impuesto no es problema para ellos porque se va a pasar al consumidor", comentó.
Así ambas empresas se adelantaron por casi un mes a la oleada de alzas que a partir del primero de enero aplicarán el resto de las empresas fabricantes de refrescos, botanas, cereales, panes y otros productos a los que se ha calificado como "comida chatarra" y que fueron aprobados en la reciente reforma fiscal.
En cuanto a las refresqueras, Rivera sostuvo que ha habido algunos ajustes de precios pero "no han llegado al peso por litro", así que en este caso consideró que se trata de "un movimiento natural en sus políticas de precios y por la competencia que existe entre las compañías".
Justificó que los dueños de misceláneas, tiendas de abarrotes y otros pequeños negocios han tenido que aplicar tales aumentos porque únicamente son "intermediarios", e insistió que los legisladores aprobaron "impuestos directos al consumo" aunque trataron de disfrazarlo como impuesto a la producción.
El gobierno recaudará más pero "del bolsillo popular, no de las empresas", porque estas sólo "van a pasarle la cuenta al consumidor", puntualizó. No obstante, también previó que las ventas del comercio minorista caerán alrededor de 14 por ciento, porque de cada 100 pesos que un consumidor gasta ahora por estos productos, el año próximo sólo gastará 86 pesos.
El dirigente de Anpec, que agrupa a 72 mil comerciantes minoristas del país, acotó que la disminución en el consumo no sólo será consecuencia del aumento de precios en bebidas y alimentos industrializados, sino por un conjunto de factores como los "gasolinazos" de cada mes, los bajos salarios y el poco crecimiento económico.
Puso en duda los pronósticos que pregona el gobierno federal basado en las reformas aprobadas, como la energética, al señalar que "en la población hay una sensación de escepticismo respecto a las campanas al vuelo del gobierno de Enrique Peña Nieto y la Disneylandia que pinta".
"Una marca que pública y formalmente abrió póquer en esto de aumentar un peso por litro en sus bebidas (jugos y néctares), aunque debe arrancar en enero, fue Herdez... También lo está haciendo Bimbo, que por cierto anunció muy claramente que el impuesto no es problema para ellos porque se va a pasar al consumidor", comentó.
Así ambas empresas se adelantaron por casi un mes a la oleada de alzas que a partir del primero de enero aplicarán el resto de las empresas fabricantes de refrescos, botanas, cereales, panes y otros productos a los que se ha calificado como "comida chatarra" y que fueron aprobados en la reciente reforma fiscal.
En cuanto a las refresqueras, Rivera sostuvo que ha habido algunos ajustes de precios pero "no han llegado al peso por litro", así que en este caso consideró que se trata de "un movimiento natural en sus políticas de precios y por la competencia que existe entre las compañías".
Justificó que los dueños de misceláneas, tiendas de abarrotes y otros pequeños negocios han tenido que aplicar tales aumentos porque únicamente son "intermediarios", e insistió que los legisladores aprobaron "impuestos directos al consumo" aunque trataron de disfrazarlo como impuesto a la producción.
El gobierno recaudará más pero "del bolsillo popular, no de las empresas", porque estas sólo "van a pasarle la cuenta al consumidor", puntualizó. No obstante, también previó que las ventas del comercio minorista caerán alrededor de 14 por ciento, porque de cada 100 pesos que un consumidor gasta ahora por estos productos, el año próximo sólo gastará 86 pesos.
El dirigente de Anpec, que agrupa a 72 mil comerciantes minoristas del país, acotó que la disminución en el consumo no sólo será consecuencia del aumento de precios en bebidas y alimentos industrializados, sino por un conjunto de factores como los "gasolinazos" de cada mes, los bajos salarios y el poco crecimiento económico.
Puso en duda los pronósticos que pregona el gobierno federal basado en las reformas aprobadas, como la energética, al señalar que "en la población hay una sensación de escepticismo respecto a las campanas al vuelo del gobierno de Enrique Peña Nieto y la Disneylandia que pinta".
La Jornada
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