Toluca, Méx.- El Estado de México recibió por concepto de remesas hasta el año 2011, en promedio, 2 mil millones de dólares y en el 2012 debido a la recesión económica en Estados Unidos cayó a mil 600 millones de dólares y aunque no se ha dado a conocer de manera oficial, se teme que durante el 2013 la remesas no superen los mil 100 millones.
El especialista Juan Gabino González Becerril, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autónoma del Estado de México, precisó que ahora incluso se vive un fenómeno contrario de remesas; es decir, hay familias mexiquenses que están enviándole dinero a sus parientes en Estados Unidos, esperando que pase la desaceleración económica, para poderse insertar nuevamente en el mercado laboral.
Explicó que este fenómeno afecta a miles de familias mexiquenses, quienes en el pasado sufrieron el desprendimiento de algún familiar, que se fue a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
En principio sí tuvieron éxito y lograron alguna plaza laboral, pero muchas de éstas desaparecieron en el año 2008, cuando Estados Unidos vivió lo peor de su crisis económica, acotó.
Desde entonces muchas familias han comenzado a enviar dinero a Estados Unidos para mantener allá a sus parientes, con la esperanza de que la situación económica mejore en esa nación, para que sus hijos, padres o hasta primos radicados en las fronteras vuelvan a laborar, producir y enviar recursos a las comunidades de las cuales partieron alguna vez.
González Becerril precisó que este fenómeno también se registra porque las familias que continúan en México consideran que el regreso de sus parientes radicados en Estados Unidos no es la mejor opción para recuperar su precaria situación económica.
El especialista Juan Gabino González Becerril, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autónoma del Estado de México, precisó que ahora incluso se vive un fenómeno contrario de remesas; es decir, hay familias mexiquenses que están enviándole dinero a sus parientes en Estados Unidos, esperando que pase la desaceleración económica, para poderse insertar nuevamente en el mercado laboral.
Explicó que este fenómeno afecta a miles de familias mexiquenses, quienes en el pasado sufrieron el desprendimiento de algún familiar, que se fue a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
En principio sí tuvieron éxito y lograron alguna plaza laboral, pero muchas de éstas desaparecieron en el año 2008, cuando Estados Unidos vivió lo peor de su crisis económica, acotó.
Desde entonces muchas familias han comenzado a enviar dinero a Estados Unidos para mantener allá a sus parientes, con la esperanza de que la situación económica mejore en esa nación, para que sus hijos, padres o hasta primos radicados en las fronteras vuelvan a laborar, producir y enviar recursos a las comunidades de las cuales partieron alguna vez.
González Becerril precisó que este fenómeno también se registra porque las familias que continúan en México consideran que el regreso de sus parientes radicados en Estados Unidos no es la mejor opción para recuperar su precaria situación económica.
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