México, D.F.- El sector vivienda registra un notable índice de recuperación y su fortaleza radica en la variedad de productos que ofrece el mercado inmobiliario y a la existencia de tasas hipotecarias históricas, aseguró el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Al participar en el acto de Vivienda BBVA Bancomer 2014, en el que participaron directivos de la institución financiera, desarrolladores y autoridades de los organismos e institutos de vivienda, aseguró que el sector está en mejores condiciones y no pueden perderse de vista los objetivos.
En un comunicado, Ramírez Marín aseguró que “todos estamos en el mismo objetivo, el de fomentar el desarrollo urbano, crear ciudades más competitivas y hacer de la vivienda un punto de partida de seres humanos con una mayor calidad de vida”.
Aseguró que el gobierno de la República cumplió con su parte, las reglas de la nueva Política Nacional de Vivienda se conocieron antes de entrar en vigor, “la mesa está puesta, las reglas están puestas, tengan la certeza de que no habrá cambios, ni sobresaltos, ni sorpresas”.
De esta forma, el titular de la Sedatu exhortó a la banca comercial y a las empresas desarrolladoras a asumir su propio reto, ofrecer buenos productos y aprovechar la demanda del mercado, pues en el país hay un déficit de vivienda superior a los nueve millones.
Ramírez Marín admitió que han sido años difíciles, pues la industria de la vivienda tuvo ajustes y gracias a esa depuración de lo que no funcionaba hoy, el 93 por ciento de las desarrolladoras goza de mejores condiciones y de finanzas sanas.
En el evento, el secretario celebró el anuncio hecho por BBV Bancomer, de financiar este año a la industria de la vivienda con alrededor de 45 mil millones de pesos, pues se trata de una oferta de crédito y servicios a disposición de promotores y desarrolladores.
El responsable de la política de desarrollo urbano y ordenamiento territorial federal explicó que no solo se invierte un mayor presupuesto en subsidios -12 mil 600 millones de pesos para 2014- sino también hay programas piloto como el de reserva territorial, que pretende que el subsidio vaya dirigido a la vivienda y al suelo.
Se trata de pagar un subsidio para que la vivienda este mejor ubicada, modalidad que se va a aplicar en cinco ciudades del país y en el 2015 se espera utilizarlo en todo el país.
Ramírez Marín insistió en que la demanda está ahí, en satisfacer las necesidades de vivienda de dos millones de derechohabientes de Fovissste, los tres millones de las fuerzas de seguridad y trabajadores estatales o los miles de mexicanos que pagan impuestos solo que no están afiliados a ningún instituto de vivienda.
A la reunión anual, asistió la directora general de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), Paloma Silva de Anzorena, quien expuso que el gobierno hace su tarea para conseguir ciudades sustentables, para aumentar la calidad del crédito y para ofrecer soluciones habitacionales y ahora corresponde a la banca apoyar con créditos a la construcción.
Coincidió en que el sector está sano, hay una mejor competencia en la industria y se pueden tomar decisiones a largo plazo por la certidumbre que el gobierno ofrece a los productores de vivienda.
Notimex
Al participar en el acto de Vivienda BBVA Bancomer 2014, en el que participaron directivos de la institución financiera, desarrolladores y autoridades de los organismos e institutos de vivienda, aseguró que el sector está en mejores condiciones y no pueden perderse de vista los objetivos.
En un comunicado, Ramírez Marín aseguró que “todos estamos en el mismo objetivo, el de fomentar el desarrollo urbano, crear ciudades más competitivas y hacer de la vivienda un punto de partida de seres humanos con una mayor calidad de vida”.
Aseguró que el gobierno de la República cumplió con su parte, las reglas de la nueva Política Nacional de Vivienda se conocieron antes de entrar en vigor, “la mesa está puesta, las reglas están puestas, tengan la certeza de que no habrá cambios, ni sobresaltos, ni sorpresas”.
De esta forma, el titular de la Sedatu exhortó a la banca comercial y a las empresas desarrolladoras a asumir su propio reto, ofrecer buenos productos y aprovechar la demanda del mercado, pues en el país hay un déficit de vivienda superior a los nueve millones.
Ramírez Marín admitió que han sido años difíciles, pues la industria de la vivienda tuvo ajustes y gracias a esa depuración de lo que no funcionaba hoy, el 93 por ciento de las desarrolladoras goza de mejores condiciones y de finanzas sanas.
En el evento, el secretario celebró el anuncio hecho por BBV Bancomer, de financiar este año a la industria de la vivienda con alrededor de 45 mil millones de pesos, pues se trata de una oferta de crédito y servicios a disposición de promotores y desarrolladores.
El responsable de la política de desarrollo urbano y ordenamiento territorial federal explicó que no solo se invierte un mayor presupuesto en subsidios -12 mil 600 millones de pesos para 2014- sino también hay programas piloto como el de reserva territorial, que pretende que el subsidio vaya dirigido a la vivienda y al suelo.
Se trata de pagar un subsidio para que la vivienda este mejor ubicada, modalidad que se va a aplicar en cinco ciudades del país y en el 2015 se espera utilizarlo en todo el país.
Ramírez Marín insistió en que la demanda está ahí, en satisfacer las necesidades de vivienda de dos millones de derechohabientes de Fovissste, los tres millones de las fuerzas de seguridad y trabajadores estatales o los miles de mexicanos que pagan impuestos solo que no están afiliados a ningún instituto de vivienda.
A la reunión anual, asistió la directora general de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), Paloma Silva de Anzorena, quien expuso que el gobierno hace su tarea para conseguir ciudades sustentables, para aumentar la calidad del crédito y para ofrecer soluciones habitacionales y ahora corresponde a la banca apoyar con créditos a la construcción.
Coincidió en que el sector está sano, hay una mejor competencia en la industria y se pueden tomar decisiones a largo plazo por la certidumbre que el gobierno ofrece a los productores de vivienda.
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