Estado de Méxcico.- Cuando el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, declaró hace unos días que la presencia federal para rescatar al Estado de México de la violencia y la inseguridad era “para todo el sexenio”, lo decía literalmente: hoy en los más altos círculos del gobierno federal se analiza y se discute una solución drástica para la entidad mexiquense: un relevo en la gubernatura que dejaría Eruviel Ávila Villegas para dar paso a un gobernador interino, es parte del plan que se ha trazado en el rescate del estado de donde es originario el actual grupo gobernante.
La primera caída de un gobernador en la era del presidente Enrique Peña Nieto se produciría en su tierra y con todos los requisitos legales del caso. El Congreso mexiquense aceptaría una petición de licencia definitiva de Eruviel Ávila y procedería de inmediato a nombrar a un gobernador sustituto con la mayoría priista que domina el Congreso mexiquense. En el análisis que se tiene del caso tanto en Los Pinos como en Gobernación, ya se manejan dos posibles nombres para el relevo de gobernador: Luis Miranda Nava, actual subsecretario de Gobernación y Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, los dos hombres de gran cercanía y confianza del presidente Enrique Peña Nieto.
Aunque en los últimos días arreciaron las versiones que afirman que el relevo podría producirse durante esta Semana Santa, fuentes de alto nivel en el gobierno federal aseguran que el tema está planteado y ha sido valorado ya tanto en las instancias federales como estatales, pero ni la decisión final ni la fecha se conocen todavía con exactitud.
Apenas el 31 de marzo pasado el gobierno federal lanzó el Operativo Edomex con el envío de tropas del Ejército, la Marina y la Policía Federal para tratar de contener la ola de violencia, asesinatos y secuestros que se desataron desde hace varios meses en el territorio del estado. Aunque se dijo que las acciones federales se enfocarían principalmente en la zona Oriente y Norte del Estado, conurbada con el Distrito Federal, en la práctica el operativo se ha extendido a otras regiones como el Valle de Toluca y el sur del Estado que presentaban también altos niveles de inseguridad, y se sumaron instituciones como la PGR y el Cisen.
Durante la presentación de este operativo llamaron fuertemente la atención dos cosas: la designación desde Gobernación de un nuevo secretario de Seguridad Ciudadana, Damián Canales, un hombre de confianza de Osorio Chong, y una frase en el discurso del secretario: “Esta coordinación, si bien inició hace ya dos días, estará presente durante toda la administración del presidente Enrique Peña Nieto, dado que el Estado, por su tamaño y por su número de habitantes, y como confluye en el centro del país, requerirá siempre el apoyo federal”. Entonces se pensó que la intención de declarar el operativo permanente durante todo el sexenio era para favorecer a Eruviel Ávila; hoy se sabe que en realidad se le estaba relevando políticamente en preparación de un relevo formal del gobernador priista.
De tomarse la decisión de impulsar el relevo, Peña Nieto estaría retomando con su grupo el control del Estado de México, tras haber impulsado la candidatura de Eruviel Ávila que nunca fue parte de su grupo político y más bien se impuso como candidato del PRI en 2011 por su fuerza en las encuestas de popularidad y tras haber amenazado con irse como candidato de una alianza PAN-PRD si no le daban la nominación priista.
Al agudizarse la ola de violencia e inseguridad en el Estado de México desde finales del 2012, el tema fue mal manejado por el gobernador Ávila que se negaba a reconocer la realidad mientras las cifras de secuestros, extorsiones y los asesinatos violentos se disparaban en la entidad hasta colocarla como una de las más inseguras a nivel nacional.
"La ola de violencia en el estado es temporal y atípica”, declaró el gobernador ante la presión de la opinión pública, en una desafortunada declaración que para muchos le puede costar la gubernatura.
El problema fue que el desgaste político traspasó el ámbito del Estado de México y el incremento de la narcoviolencia y la inseguridad, con la presencia de grupos como Los Caballeros Templarios que llegaron desde Michoacán y Guerrero, comenzó a golpear directamente la imagen presidencial y a reflejarse en resultados negativos en las encuestas de Los Pinos. La presión del grupo político de Peña fue en aumento hasta llegar a plantearse abiertamente la necesidad de un relevo en la gubernatura. Las fuentes consultadas dicen que no hay aún una decisión definitiva ni fecha determinada, pero todo indica que las horas de Eruviel Ávila en el Palacio de Gobierno de Toluca están contadas.
La primera caída de un gobernador en la era del presidente Enrique Peña Nieto se produciría en su tierra y con todos los requisitos legales del caso. El Congreso mexiquense aceptaría una petición de licencia definitiva de Eruviel Ávila y procedería de inmediato a nombrar a un gobernador sustituto con la mayoría priista que domina el Congreso mexiquense. En el análisis que se tiene del caso tanto en Los Pinos como en Gobernación, ya se manejan dos posibles nombres para el relevo de gobernador: Luis Miranda Nava, actual subsecretario de Gobernación y Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, los dos hombres de gran cercanía y confianza del presidente Enrique Peña Nieto.
Aunque en los últimos días arreciaron las versiones que afirman que el relevo podría producirse durante esta Semana Santa, fuentes de alto nivel en el gobierno federal aseguran que el tema está planteado y ha sido valorado ya tanto en las instancias federales como estatales, pero ni la decisión final ni la fecha se conocen todavía con exactitud.
Apenas el 31 de marzo pasado el gobierno federal lanzó el Operativo Edomex con el envío de tropas del Ejército, la Marina y la Policía Federal para tratar de contener la ola de violencia, asesinatos y secuestros que se desataron desde hace varios meses en el territorio del estado. Aunque se dijo que las acciones federales se enfocarían principalmente en la zona Oriente y Norte del Estado, conurbada con el Distrito Federal, en la práctica el operativo se ha extendido a otras regiones como el Valle de Toluca y el sur del Estado que presentaban también altos niveles de inseguridad, y se sumaron instituciones como la PGR y el Cisen.
Durante la presentación de este operativo llamaron fuertemente la atención dos cosas: la designación desde Gobernación de un nuevo secretario de Seguridad Ciudadana, Damián Canales, un hombre de confianza de Osorio Chong, y una frase en el discurso del secretario: “Esta coordinación, si bien inició hace ya dos días, estará presente durante toda la administración del presidente Enrique Peña Nieto, dado que el Estado, por su tamaño y por su número de habitantes, y como confluye en el centro del país, requerirá siempre el apoyo federal”. Entonces se pensó que la intención de declarar el operativo permanente durante todo el sexenio era para favorecer a Eruviel Ávila; hoy se sabe que en realidad se le estaba relevando políticamente en preparación de un relevo formal del gobernador priista.
De tomarse la decisión de impulsar el relevo, Peña Nieto estaría retomando con su grupo el control del Estado de México, tras haber impulsado la candidatura de Eruviel Ávila que nunca fue parte de su grupo político y más bien se impuso como candidato del PRI en 2011 por su fuerza en las encuestas de popularidad y tras haber amenazado con irse como candidato de una alianza PAN-PRD si no le daban la nominación priista.
Al agudizarse la ola de violencia e inseguridad en el Estado de México desde finales del 2012, el tema fue mal manejado por el gobernador Ávila que se negaba a reconocer la realidad mientras las cifras de secuestros, extorsiones y los asesinatos violentos se disparaban en la entidad hasta colocarla como una de las más inseguras a nivel nacional.
"La ola de violencia en el estado es temporal y atípica”, declaró el gobernador ante la presión de la opinión pública, en una desafortunada declaración que para muchos le puede costar la gubernatura.
El problema fue que el desgaste político traspasó el ámbito del Estado de México y el incremento de la narcoviolencia y la inseguridad, con la presencia de grupos como Los Caballeros Templarios que llegaron desde Michoacán y Guerrero, comenzó a golpear directamente la imagen presidencial y a reflejarse en resultados negativos en las encuestas de Los Pinos. La presión del grupo político de Peña fue en aumento hasta llegar a plantearse abiertamente la necesidad de un relevo en la gubernatura. Las fuentes consultadas dicen que no hay aún una decisión definitiva ni fecha determinada, pero todo indica que las horas de Eruviel Ávila en el Palacio de Gobierno de Toluca están contadas.
Columa 24 Horas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario