Ciudad de México.- Poco después de que México aprobó un impuesto a las bebidas y refrescos azucarados y a la comida chatarra —el año pasado— para combatir la epidemia de obesidad, Miguel Barbosa, un senador de izquierda, entró en un coma diabético.
Después admitió que fue su incapacidad para manejar su enfermedad lo que provocó una infección que puso su vida en peligro durante dos semanas y tuvo como consecuencia la amputación de su pie.
En cuanto a la diabetes, en México es una bomba de tiempo. Siete de cada 10 adultos y una tercera parte de los niños son obesos o tienen sobrepeso —una de las causas principales de la diabetes tipo 2, que ha aumentado considerablemente en la segunda mayor economía de América Latina— y 9.2% de los mexicanos tienen un diagnóstico preliminar de diabetes.
Pero la Federación Mexicana de Diabetes advierte que el número de afectados en realidad puede ser del doble.
"La diabetes solía ser algo que solamente veíamos en los adultos, pero ahora empezamos a verlo en los niños también. Es muy preocupante. Estos niños están contrayendo esta patología 30 años antes", dice Valeria Szymanski, nutrióloga de la Asociación Mexicana de Diabetes.
"En este momento no todo el mundo que tiene sobrepeso tiene diabetes, pero es muy probable que lo desarrolle. Es un problema enorme, el sistema de salud podría colapsar", señala la especialista.
¿Está funcionando el impuesto de 10% a las bebidas carbonatadas, además de otros gravámenes a la comida chatarra, que entraron en vigor a principios de año?
Un año antes de que se pusiera en marcha el impuesto, los mexicanos bebieron alrededor de 163 litros de refrescos por cabeza y gastaron 24 veces más en comida chatarra que en los 10 alimentos básicos más importantes.
Fernando Zárate, un legislador de izquierda, quien ha estado presionando en vano para que se duplique el impuesto a los refrescos, dice que un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública mostró que el consumo de bebidas azucaradas gravadas cayó 10%, mientras que el consumo de bebidas libres de impuesto, como el agua y la leche, aumentó 7%.
Zárate dice que un impuesto de 20% en bebidas azucaradas podrá generar ahorros en la próxima década de 13 mil millones de pesos en costos médicos por el tratamiento de afecciones directamente relacionadas con el sobrepeso o por sufrir de diabetes. Esto ayudaría a prevenir hasta 1.3 millones de casos de diabetes en 2030.
El legislador estima que al nivel actual de impuesto de 10% para los refrescos, el número de casos que se evitaron se encuentra entre los 400 mil y los 630 mil.
Después admitió que fue su incapacidad para manejar su enfermedad lo que provocó una infección que puso su vida en peligro durante dos semanas y tuvo como consecuencia la amputación de su pie.
En cuanto a la diabetes, en México es una bomba de tiempo. Siete de cada 10 adultos y una tercera parte de los niños son obesos o tienen sobrepeso —una de las causas principales de la diabetes tipo 2, que ha aumentado considerablemente en la segunda mayor economía de América Latina— y 9.2% de los mexicanos tienen un diagnóstico preliminar de diabetes.
Pero la Federación Mexicana de Diabetes advierte que el número de afectados en realidad puede ser del doble.
"La diabetes solía ser algo que solamente veíamos en los adultos, pero ahora empezamos a verlo en los niños también. Es muy preocupante. Estos niños están contrayendo esta patología 30 años antes", dice Valeria Szymanski, nutrióloga de la Asociación Mexicana de Diabetes.
"En este momento no todo el mundo que tiene sobrepeso tiene diabetes, pero es muy probable que lo desarrolle. Es un problema enorme, el sistema de salud podría colapsar", señala la especialista.
¿Está funcionando el impuesto de 10% a las bebidas carbonatadas, además de otros gravámenes a la comida chatarra, que entraron en vigor a principios de año?
Un año antes de que se pusiera en marcha el impuesto, los mexicanos bebieron alrededor de 163 litros de refrescos por cabeza y gastaron 24 veces más en comida chatarra que en los 10 alimentos básicos más importantes.
Fernando Zárate, un legislador de izquierda, quien ha estado presionando en vano para que se duplique el impuesto a los refrescos, dice que un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública mostró que el consumo de bebidas azucaradas gravadas cayó 10%, mientras que el consumo de bebidas libres de impuesto, como el agua y la leche, aumentó 7%.
Zárate dice que un impuesto de 20% en bebidas azucaradas podrá generar ahorros en la próxima década de 13 mil millones de pesos en costos médicos por el tratamiento de afecciones directamente relacionadas con el sobrepeso o por sufrir de diabetes. Esto ayudaría a prevenir hasta 1.3 millones de casos de diabetes en 2030.
El legislador estima que al nivel actual de impuesto de 10% para los refrescos, el número de casos que se evitaron se encuentra entre los 400 mil y los 630 mil.
Milenio
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