Ciudad de México.- La volatilidad del mercado cambiario y la depreciación constante del peso frente al dólar, que se registraron durante los últimos meses de 2014, le generaron al Banco de México un remanente de operación por 31 mil 499 millones de pesos.
Esa “ganancia”, sin embargo, la entregó ya a la Tesorería de la Federación –al gobierno federal pues–, toda vez que la Ley del Banco de México, en su artículo 55, define al banco central como una institución sin propósito de lucro.
Ese artículo señala que el banco “deberá entregar al gobierno federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en esta ley, siempre que ello no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos.
“Dicha entrega se efectuará a más tardar en el mes de abril del ejercicio inmediato siguiente al que corresponda el remanente”.
Todo lo anterior viene a colación porque la Secretaría de Hacienda informó que reservará ese ingreso extraordinario y no recurrente para el ejercicio fiscal del próximo año. No se usarán, pues, en el año en curso, pese al recorte presupuestal en marcha.
La dependencia a cargo de Luis Videgaray informó que propondrá a la Cámara de Diputados, dentro del paquete económico que deberá presentar a más tardar el 8 de septiembre, que ese recurso extraordinario se ejerza en 2016 en inversión en infraestructura.
En comunicado de prensa, la Secretaría señala que “en congruencia con el reto presupuestal que se enfrentará en 2016, considera que, para dar un uso responsable de estos ingresos extraordinarios, cubrirá el gasto productivo del próximo año; particularmente para proyectos de inversión en infraestructura, privilegiando el uso de dichos recursos a través de inversión pública-privada”.
El remanente del Banco de México, de acuerdo con el despacho que auditó los estados financieros del Banco de México –Mancera, SC, integrante de Ernst & Young Global Limited–, se obtiene por varios factores, principalmente de tipo cambiario.
Explican en el informe de auditoría, que entregaron a la Junta de Gobierno del Banco de México el 24 de marzo pasado, y que el banco subió a su página web el lunes 6 de abril, que el remanente de operación por factores cambiarios “son el resultado de la valuación diaria a moneda nacional de las posiciones activas en divisas y metales al tipo de cambio ‘FIX’ que determina y publica el banco central”.
Por ello, agrega, “al establecer el banco medidas en el mercado tendientes a preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional, se propicia una apreciación del peso respecto del dólar, lo cual genera pérdidas para el banco central, mientras que un cambio adverso en la paridad cambiaria de la moneda nacional respecto del dólar, se traduce en resultados positivos derivados exclusivamente de un efecto de valuación”.
O más sencillo: el remanente resulta siempre que el Banco de México interviene en el mercado cambiario, como lo ha hecho desde fines del año pasado, cuando empezó a dispararse el dólar, muy por encima de los fundamentos de la economía nacional.
Es decir, el Banco de México compra dólares baratos y luego los vende caros, con lo que acumula una significativa suma en pesos.
Ese es el remanente de operación del Banco de México, un ingreso extraordinario que será usado por la Secretaría de Hacienda el próximo año.
Esa “ganancia”, sin embargo, la entregó ya a la Tesorería de la Federación –al gobierno federal pues–, toda vez que la Ley del Banco de México, en su artículo 55, define al banco central como una institución sin propósito de lucro.
Ese artículo señala que el banco “deberá entregar al gobierno federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en esta ley, siempre que ello no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos.
“Dicha entrega se efectuará a más tardar en el mes de abril del ejercicio inmediato siguiente al que corresponda el remanente”.
Todo lo anterior viene a colación porque la Secretaría de Hacienda informó que reservará ese ingreso extraordinario y no recurrente para el ejercicio fiscal del próximo año. No se usarán, pues, en el año en curso, pese al recorte presupuestal en marcha.
La dependencia a cargo de Luis Videgaray informó que propondrá a la Cámara de Diputados, dentro del paquete económico que deberá presentar a más tardar el 8 de septiembre, que ese recurso extraordinario se ejerza en 2016 en inversión en infraestructura.
En comunicado de prensa, la Secretaría señala que “en congruencia con el reto presupuestal que se enfrentará en 2016, considera que, para dar un uso responsable de estos ingresos extraordinarios, cubrirá el gasto productivo del próximo año; particularmente para proyectos de inversión en infraestructura, privilegiando el uso de dichos recursos a través de inversión pública-privada”.
El remanente del Banco de México, de acuerdo con el despacho que auditó los estados financieros del Banco de México –Mancera, SC, integrante de Ernst & Young Global Limited–, se obtiene por varios factores, principalmente de tipo cambiario.
Explican en el informe de auditoría, que entregaron a la Junta de Gobierno del Banco de México el 24 de marzo pasado, y que el banco subió a su página web el lunes 6 de abril, que el remanente de operación por factores cambiarios “son el resultado de la valuación diaria a moneda nacional de las posiciones activas en divisas y metales al tipo de cambio ‘FIX’ que determina y publica el banco central”.
Por ello, agrega, “al establecer el banco medidas en el mercado tendientes a preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional, se propicia una apreciación del peso respecto del dólar, lo cual genera pérdidas para el banco central, mientras que un cambio adverso en la paridad cambiaria de la moneda nacional respecto del dólar, se traduce en resultados positivos derivados exclusivamente de un efecto de valuación”.
O más sencillo: el remanente resulta siempre que el Banco de México interviene en el mercado cambiario, como lo ha hecho desde fines del año pasado, cuando empezó a dispararse el dólar, muy por encima de los fundamentos de la economía nacional.
Es decir, el Banco de México compra dólares baratos y luego los vende caros, con lo que acumula una significativa suma en pesos.
Ese es el remanente de operación del Banco de México, un ingreso extraordinario que será usado por la Secretaría de Hacienda el próximo año.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario