Ciudad de México.- La pieza conocida como “Bajorrelieve olmeca de Xoc”, un petrograbado de 400 kilos de peso y tres milenios de antigüedad que fue expoliado hace más de 40 años en la localidad de Ocosingo, en el estado de Chiapas, fue restituido hoy en París a las autoridades mexicanas.
“Fue recortada y probablemente exportada, no sabemos a dónde. De su aventura en todos esos años no tenemos ni la menor idea”, explica el arqueólogo Dominique Michelet, representante de la Asociación de Amigos de México en Francia (AAMF) e intermediario en la devolución de la escultura a su país de origen.
La escultura, de la que se oyó hablar por primera vez a inicios del siglo XX, se encontraba en una roca natural en un barranco de un arroyo de Chiapas cuando en 1968 la visitó un equipo de arqueólogos que elaboraron un primer informe.
“Cuando regresaron en junio de 1972 encontraron la roca desnuda”, añade Michelet.
Se sabe que la plancha de piedra (de 2.20 metros de alto, 1.15 metros de ancho y unos 30 centímetros de profundidad) había terminado en algún momento impreciso en manos de un coleccionista privado.
Sus herederos se pusieron en contacto con la casa de subastas Binoche, donde recibieron la obra sucia, mal conservada y desmembrada en cuatro trozos.
Según la versión de esta casa, al ver que su venta era ilegal, se puso en contacto con Michelet por su condición de especialista en arqueología muy bien relacionado con México.
Si el “Bajorrelieve olmeca de Xoc” hubiera tenido recorrido comercial, las pujas habrían ascendido a entre 4 y 5 millones de euros (entre unos 4.5 y 5.6 millones de dólares), comenta el especialista en arte prehispánico de Binoche Jacques Blazy.
La escultura representa a un personaje humano con elementos de otras especies, probablemente de ave, que podría tratarse de un sacerdote oficiando un ritual relacionado “con el culto a la fertilidad y en concreto al maíz”, comenta Michelet.
Esta obra mayor de la cultura madre de Mesoamérica, ubicada principalmente en el sur de Veracruz y parte de Tabasco, servirá para profundizar en una civilización relativamente desconocida que se desarrolló entre el 1,200 y el 400 a. de C.
“Fue recortada y probablemente exportada, no sabemos a dónde. De su aventura en todos esos años no tenemos ni la menor idea”, explica el arqueólogo Dominique Michelet, representante de la Asociación de Amigos de México en Francia (AAMF) e intermediario en la devolución de la escultura a su país de origen.
La escultura, de la que se oyó hablar por primera vez a inicios del siglo XX, se encontraba en una roca natural en un barranco de un arroyo de Chiapas cuando en 1968 la visitó un equipo de arqueólogos que elaboraron un primer informe.
“Cuando regresaron en junio de 1972 encontraron la roca desnuda”, añade Michelet.
Se sabe que la plancha de piedra (de 2.20 metros de alto, 1.15 metros de ancho y unos 30 centímetros de profundidad) había terminado en algún momento impreciso en manos de un coleccionista privado.
Sus herederos se pusieron en contacto con la casa de subastas Binoche, donde recibieron la obra sucia, mal conservada y desmembrada en cuatro trozos.
Según la versión de esta casa, al ver que su venta era ilegal, se puso en contacto con Michelet por su condición de especialista en arqueología muy bien relacionado con México.
Si el “Bajorrelieve olmeca de Xoc” hubiera tenido recorrido comercial, las pujas habrían ascendido a entre 4 y 5 millones de euros (entre unos 4.5 y 5.6 millones de dólares), comenta el especialista en arte prehispánico de Binoche Jacques Blazy.
La escultura representa a un personaje humano con elementos de otras especies, probablemente de ave, que podría tratarse de un sacerdote oficiando un ritual relacionado “con el culto a la fertilidad y en concreto al maíz”, comenta Michelet.
Esta obra mayor de la cultura madre de Mesoamérica, ubicada principalmente en el sur de Veracruz y parte de Tabasco, servirá para profundizar en una civilización relativamente desconocida que se desarrolló entre el 1,200 y el 400 a. de C.
Excelsior
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