*Duarte y Notiver
Por Iván Calderón
El Notiver, aquel impreso que formó parte de la vida pública del puerto de Veracruz, ya no es ni la sombra de lo que era.
Los escándalos, su propia descomposición, y las cuestionadas alianzas políticas, mancillaron a un medio de comunicación tan importante como la historia misma de los porteños.
De aquel afamado periódico no queda ni el cascarón.
Lastimosamente, la mera verdad.
En la entidad, así como concurre un periodismo morboso, o un periodismo corrupto, existe también un periodismo serio.
Y en el Notiver, seriedad es lo que más se ha perdido.
Se tiene que decir, en las controversias, o señalamientos de falta de objetividad hacia este rotativo, ninguna culpa tienen los editores, columnistas, diseñadores o voceadores.
Es su misma dirección que perdió rumbo y agarró partido.
Los acuerdos de su dueño con la familia Yunes Linares, es más que conocida, y cuando se demuestra públicamente esta adquisición de conciencias, un gran periódico termina convertido en un pasquín.
Y es que el gobernador Javier Duarte puede ser de todo.
Todos pueden ser los más afamados villanos retratados.
Pero cuando se demuestra oficialmente los mutuos acuerdos, tal y como lo hizo Duarte de Ochoa este domingo, en automático el Notiver perdió objetividad y prestigio.
Veracruz, se ha distinguido por ser cuna de grandes periodistas, los veracruzanos tenemos afición por las letras, nos gusta la comunicación.
Aquí, se sabe quién es quién, y si hay quienes gozan con el rumor y el desprestigio, también hay quienes lo reprueban, inclinándose por un periodismo serio, respetable y convincente.
La injuria y la calumnia es muy peligrosa, y quienes la fomentan, a la larga suele arrepentirse porque se revierte contra ellos.
Esperemos que el Notiver de Salces recupere su credibilidad, y que se convierta otra vez en un termómetro de las reacciones públicas y que se le respete en el ámbito social.
Hoy por hoy, es todo lo contrario.
Por Iván Calderón
El Notiver, aquel impreso que formó parte de la vida pública del puerto de Veracruz, ya no es ni la sombra de lo que era.
Los escándalos, su propia descomposición, y las cuestionadas alianzas políticas, mancillaron a un medio de comunicación tan importante como la historia misma de los porteños.
De aquel afamado periódico no queda ni el cascarón.
Lastimosamente, la mera verdad.
En la entidad, así como concurre un periodismo morboso, o un periodismo corrupto, existe también un periodismo serio.
Y en el Notiver, seriedad es lo que más se ha perdido.
Se tiene que decir, en las controversias, o señalamientos de falta de objetividad hacia este rotativo, ninguna culpa tienen los editores, columnistas, diseñadores o voceadores.
Es su misma dirección que perdió rumbo y agarró partido.
Los acuerdos de su dueño con la familia Yunes Linares, es más que conocida, y cuando se demuestra públicamente esta adquisición de conciencias, un gran periódico termina convertido en un pasquín.
Y es que el gobernador Javier Duarte puede ser de todo.
Todos pueden ser los más afamados villanos retratados.
Pero cuando se demuestra oficialmente los mutuos acuerdos, tal y como lo hizo Duarte de Ochoa este domingo, en automático el Notiver perdió objetividad y prestigio.
Veracruz, se ha distinguido por ser cuna de grandes periodistas, los veracruzanos tenemos afición por las letras, nos gusta la comunicación.
Aquí, se sabe quién es quién, y si hay quienes gozan con el rumor y el desprestigio, también hay quienes lo reprueban, inclinándose por un periodismo serio, respetable y convincente.
La injuria y la calumnia es muy peligrosa, y quienes la fomentan, a la larga suele arrepentirse porque se revierte contra ellos.
Esperemos que el Notiver de Salces recupere su credibilidad, y que se convierta otra vez en un termómetro de las reacciones públicas y que se le respete en el ámbito social.
Hoy por hoy, es todo lo contrario.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario