Veracruz.- Hace poco más de una semana, justamente el 3 de enero de este 2016, una foto allanó las redes sociales y los interesados en la política priista dieron rienda suelta a su júbilo, en reunión privada, el gobernador de Veracruz Javier Duarte se reunió con los aspirantes a sucederlo en el trono, ahí resaltaron dos figuras que hoy se llevan las primeras planas, el senador Héctor Yunes y el diputado Jorge Carvallo Delfín quien destaca con una amplia sonrisa.
De acuerdo con el pie de foto que invadió las redes sociales, estuvieron además el diputado Alberto Silva, Erik Lagos, Adolfo Mota, Flavino Ríos Alvarado y Tomás Ruiz González.
Allí, el gobernador Duarte fijó la postura de la reunión diciendo que “mientras en la derecha e izquierda hay rupturas, en el PRI se vive un ambiente de cohesión y unidad, situación que prevalece a pesar de las diferencias que existen y pudieran existir entre sus miembros” y de ahí salieron festinando el encuentro.
Tras el postre, Héctor Yunes intentó ser condescendiente con Jorge Carvallo y luego de comentarle que contaba con el apoyo del también senador Pepe Yunes, ahora le pedía su respaldo para fortalecer su candidatura.
Como buen político, Jorge Carvallo le pidió a Héctor que no dudara ni un segundo que lo estaría apoyando con todo en la campaña, pero le puso una condición: “Eso en caso de que tú seas el candidato, porque en caso de ser yo, te pido que tú seas el que se sume a mi campaña a gobernador”.
Atónito, Héctor guardó la compostura y le comentó que si él estaba con Pepe Yunes, y si Pepe estaba con él, pues entonces esperaba que Carvallo se sumara.
La respuesta de Carvallo volvió a ser contundente: “Yo estaba con Pepe y hasta le iba a coordinar la campaña, pero si él va de candidato, si no, entonces yo decido a quien apoyar y como voy con todo, espero que me ganes democráticamente la elección interna en mi partido”.
Ambos abandonaron la reunión y Carvallo inició el desfile visitando a la militancia, convencido que los astros se estaban alineando en su favor.
Sin embargo, para sorpresa del propio Jorge Carvallo, el pasado domingo 9 de enero, el gobernador del estado al través de su cuenta de twitter, dio a conocer que se estaba enviando al dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones, un oficio donde solo cuatro aspirantes a la gubernatura firmaban ese compromiso de apoyar a quien resultada elegido y al mismo tiempo, se comprometían a no aceptar candidatura de otro partido en caso de no ser favorecido.
El documento lo firmaron solamente tres aspirantes, puesto que si Pepe Yunes había comprometido su apoyo a favor de Héctor, entonces por qué firmar ese documento; los tres restantes son el líder del PRI estatal Alberto Silva, el diputado Erik Lagos y el propio Héctor Yunes que se arriesgó a firmar un compromiso que habilita a Erik Lagos como tercero en discordia.
Jorge Carvallo no fue requerido para ese acuerdo que prácticamente lo deja fuera de la contienda.
Fue sacudido por ese duro golpe, el mismo Carvallo que llegó a pensar que podía ganarle la candidatura a Héctor Yunes, el mismo que idealizó un proceso democrático interno en su partido, el mismo que aseguró que “voy con todo” y que había programado la petición de licencia a la diputación federal en esos días.
A partir de ese día se rompieron los esquemas, se olvidó la investidura institucional y sin éxito comenzó a recorrer las redacciones de los medios de comunicación acusando al PRI del mismo delito que la mayoría de los mexicanos le señalan… No hay democracia.
Veraz/Vivir en el Golfo
De acuerdo con el pie de foto que invadió las redes sociales, estuvieron además el diputado Alberto Silva, Erik Lagos, Adolfo Mota, Flavino Ríos Alvarado y Tomás Ruiz González.
Allí, el gobernador Duarte fijó la postura de la reunión diciendo que “mientras en la derecha e izquierda hay rupturas, en el PRI se vive un ambiente de cohesión y unidad, situación que prevalece a pesar de las diferencias que existen y pudieran existir entre sus miembros” y de ahí salieron festinando el encuentro.
Tras el postre, Héctor Yunes intentó ser condescendiente con Jorge Carvallo y luego de comentarle que contaba con el apoyo del también senador Pepe Yunes, ahora le pedía su respaldo para fortalecer su candidatura.
Como buen político, Jorge Carvallo le pidió a Héctor que no dudara ni un segundo que lo estaría apoyando con todo en la campaña, pero le puso una condición: “Eso en caso de que tú seas el candidato, porque en caso de ser yo, te pido que tú seas el que se sume a mi campaña a gobernador”.
Atónito, Héctor guardó la compostura y le comentó que si él estaba con Pepe Yunes, y si Pepe estaba con él, pues entonces esperaba que Carvallo se sumara.
La respuesta de Carvallo volvió a ser contundente: “Yo estaba con Pepe y hasta le iba a coordinar la campaña, pero si él va de candidato, si no, entonces yo decido a quien apoyar y como voy con todo, espero que me ganes democráticamente la elección interna en mi partido”.
Ambos abandonaron la reunión y Carvallo inició el desfile visitando a la militancia, convencido que los astros se estaban alineando en su favor.
Sin embargo, para sorpresa del propio Jorge Carvallo, el pasado domingo 9 de enero, el gobernador del estado al través de su cuenta de twitter, dio a conocer que se estaba enviando al dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones, un oficio donde solo cuatro aspirantes a la gubernatura firmaban ese compromiso de apoyar a quien resultada elegido y al mismo tiempo, se comprometían a no aceptar candidatura de otro partido en caso de no ser favorecido.
El documento lo firmaron solamente tres aspirantes, puesto que si Pepe Yunes había comprometido su apoyo a favor de Héctor, entonces por qué firmar ese documento; los tres restantes son el líder del PRI estatal Alberto Silva, el diputado Erik Lagos y el propio Héctor Yunes que se arriesgó a firmar un compromiso que habilita a Erik Lagos como tercero en discordia.
Jorge Carvallo no fue requerido para ese acuerdo que prácticamente lo deja fuera de la contienda.
Fue sacudido por ese duro golpe, el mismo Carvallo que llegó a pensar que podía ganarle la candidatura a Héctor Yunes, el mismo que idealizó un proceso democrático interno en su partido, el mismo que aseguró que “voy con todo” y que había programado la petición de licencia a la diputación federal en esos días.
A partir de ese día se rompieron los esquemas, se olvidó la investidura institucional y sin éxito comenzó a recorrer las redacciones de los medios de comunicación acusando al PRI del mismo delito que la mayoría de los mexicanos le señalan… No hay democracia.
Veraz/Vivir en el Golfo
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