Por la buena gobernabilidad
Por: Rodrigo Montoya
Dentro del medio público, se estila que la aspiración de un actor político siempre debe ir en ascenso, sin embargo y en muchas ocasiones, esta aspiración se confunde a menudo con una irresponsabilidad que puede llegar a tener grandes y fuertes repercusiones, ya que su “aspiración” se transforma rápidamente en dejar su cargo de elección popular para conseguir uno más.
Al hacer lo anterior, y al no cumplir con el mayor tiempo de gestión pública, no se da cuenta que al hacer esto, le da la espalda a miles de electores que depositaron en las urnas, un voto por el que se representa una iniciativa, un proyecto y una oportunidad, la cual se ha rezagado por diversas pretensiones.
Mire usted, se estima que en nuestro país más de la mitad de los servidores públicos que obtuvieron su cargo por elección popular, lo dejan a efecto de aspirar a un cargo de mayor relevancia, sin embargo, gran número de estos, lo hacen en sus primeros meses de dicha encomienda, dejando diversas responsabilidades inconclusas y sin atender en tiempo y forma.
Actualmente, existe la urgencia de crear proyectos y formalizar las reformas necesarias, a efecto de que los servidores públicos electos, tengan por lo menos un 80% de ejercicio durante su encomienda, pues traería más y mejores beneficios para quienes realmente son los receptores del trabajo público, por supuesto el pueblo.
Mayor rendición de cuentas, proyectos y trabajos materializados, un mayor ejercicio de los recursos públicos, mayor gobernabilidad, mejor atención ciudadana, certeza jurídica y confianza política, son algunos de los beneficios que tendría que proponer e implementar una iniciativa de tal magnitud.
Si bien es cierto que todos los que practican la política, tienen derecho a aspirar, también tienen la obligación de brindar cuentas claras y transparentes a todos aquellos que los eligieron para desempeñar responsablemente una encomienda pública, ya que a ellos, es a quienes se les debe gratitud y por supuesto las ganas de seguir cumpliendo y teniendo la satisfacción del deber cumplido.
No tengo la menor duda, que estructurando un proyecto con esta fortaleza y gran visión, podrá existir de una mayor y verdadera gobernabilidad para toda la ciudadanía, ya que cumplir cabalmente con las obligaciones que fueron conferidas por el poder público, dejarían una mayor satisfacción a todo aquel que quiera hacer de la política una forma de mejorar nuestro país, ya que esta, sería la mayor recompensa.
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