Cuernavaca, Mor.- Molesto por las preguntas de la prensa, el alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo decidió vetar al diario Reforma y no darle entrevistas a su corresponsal.
No es la primera vez que el exfutbolista se molesta con los reporteros. De hecho, la exposición casi diaria a los medios de comunicación ha tensado su relación con ellos.
Ante esta situación, el equipo de prensa del alcalde determinó evitar las preguntas en eventos y conferencias de prensa, pero su dolor de cabeza son las entrevistas banqueteras.
Esta mañana, luego de 50 minutos de retraso, Blanco arribó al Museo de la Ciudad, antigua sede del ayuntamiento, para asistir a la toma de protesta de los comités de planeación municipal.
Al terminar el evento quiso evadir a la prensa y salió por la puerta trasera, donde ya lo esperaban elementos de la Policía Federal, que a principios de abril relevaron a los militares que protegen al alcalde desde el pasado 2 de enero.
Debido a lo reducido de un pasillo que da a la salida del recinto, la mayoría de los reporteros y corresponsales quedaron atrapados, pero Héctor Raúl González, corresponsal del diario Reforma en Morelos, se escabulló entre la multitud y llegó hasta el alcalde, mientras los demás le gritaban que se detuviera unos minutos.
El corresponsal preguntó a Blanco Bravo: “Alcalde, ¿por qué nombraste a un médico en la Dirección de Barrancas, cuando debe ser un biólogo?”. La respuesta fue tajante: “Ya te dije que a ti no te voy a dar entrevista”. “A mí no me dijiste nada”, respondió el reportero. “Desde la otra vez te dije y no te voy a dar entrevista”, reviró Blanco Bravo.
El alcalde mantuvo el paso, bajó las escaleras, y cuando se acercaba a la reja de salida uno de los escoltas se interpuso entre Blanco y González, que al cerrarle el paso le dio un empujón. “No me empujes, estoy haciendo mi trabajo”, soltó el periodista.
Alexander Pisa, jefe de prensa del exfutbolista, le respondió: “Ya, no te empujó”. Y comenzó una discusión, mientras Blanco Bravo alcanzaba la salida del recinto. Fue entonces cuando otros reporteros y corresponsales lograron librarse del tumulto. Ya afuera el presidente municipal no tuvo opción. Se detuvo y dijo: “A ustedes sí les doy entrevista”.
Se le preguntó si tenía algo que decir respecto de la nota publicada ayer por proceso.com sobre la denuncia de fraude fiscal en su contra. Y respondió: “Ayer ya lo expliqué, no hay ningún fraude, son cuestiones políticas. Cómo me gustaría que estuviera aquí el tesorero para que les explicara. Aquí no hay ningún fraude. Si ustedes quieren manejarlo así, manéjenlo así. No hay ningún problema, en verdad. Hay cosas, ya lo dije, hay muchos intereses y ya lo he mencionado muchas veces que hay mucha gente que no quiere que yo esté aquí”.
–¿Pero hay fraude o no?
–No, ya lo expliqué. Yo simplemente estoy trabajando, estoy feliz con lo que estoy haciendo, y mientras le cumpla a la gente no me interesa lo que digan otras personas ni los medios de comunicación. Ya lo he mencionado muchas veces. Si tú como medio de comunicación dices (algo), compruébamelo. Primero me lo tienes que comprobar y luego ya vienes y me reclamas”. Inmediatamente después de esta respuesta subió a su camioneta.
No es la primera vez que el exfutbolista se molesta con los reporteros. De hecho, la exposición casi diaria a los medios de comunicación ha tensado su relación con ellos.
Ante esta situación, el equipo de prensa del alcalde determinó evitar las preguntas en eventos y conferencias de prensa, pero su dolor de cabeza son las entrevistas banqueteras.
Esta mañana, luego de 50 minutos de retraso, Blanco arribó al Museo de la Ciudad, antigua sede del ayuntamiento, para asistir a la toma de protesta de los comités de planeación municipal.
Al terminar el evento quiso evadir a la prensa y salió por la puerta trasera, donde ya lo esperaban elementos de la Policía Federal, que a principios de abril relevaron a los militares que protegen al alcalde desde el pasado 2 de enero.
Debido a lo reducido de un pasillo que da a la salida del recinto, la mayoría de los reporteros y corresponsales quedaron atrapados, pero Héctor Raúl González, corresponsal del diario Reforma en Morelos, se escabulló entre la multitud y llegó hasta el alcalde, mientras los demás le gritaban que se detuviera unos minutos.
El corresponsal preguntó a Blanco Bravo: “Alcalde, ¿por qué nombraste a un médico en la Dirección de Barrancas, cuando debe ser un biólogo?”. La respuesta fue tajante: “Ya te dije que a ti no te voy a dar entrevista”. “A mí no me dijiste nada”, respondió el reportero. “Desde la otra vez te dije y no te voy a dar entrevista”, reviró Blanco Bravo.
El alcalde mantuvo el paso, bajó las escaleras, y cuando se acercaba a la reja de salida uno de los escoltas se interpuso entre Blanco y González, que al cerrarle el paso le dio un empujón. “No me empujes, estoy haciendo mi trabajo”, soltó el periodista.
Alexander Pisa, jefe de prensa del exfutbolista, le respondió: “Ya, no te empujó”. Y comenzó una discusión, mientras Blanco Bravo alcanzaba la salida del recinto. Fue entonces cuando otros reporteros y corresponsales lograron librarse del tumulto. Ya afuera el presidente municipal no tuvo opción. Se detuvo y dijo: “A ustedes sí les doy entrevista”.
Se le preguntó si tenía algo que decir respecto de la nota publicada ayer por proceso.com sobre la denuncia de fraude fiscal en su contra. Y respondió: “Ayer ya lo expliqué, no hay ningún fraude, son cuestiones políticas. Cómo me gustaría que estuviera aquí el tesorero para que les explicara. Aquí no hay ningún fraude. Si ustedes quieren manejarlo así, manéjenlo así. No hay ningún problema, en verdad. Hay cosas, ya lo dije, hay muchos intereses y ya lo he mencionado muchas veces que hay mucha gente que no quiere que yo esté aquí”.
–¿Pero hay fraude o no?
–No, ya lo expliqué. Yo simplemente estoy trabajando, estoy feliz con lo que estoy haciendo, y mientras le cumpla a la gente no me interesa lo que digan otras personas ni los medios de comunicación. Ya lo he mencionado muchas veces. Si tú como medio de comunicación dices (algo), compruébamelo. Primero me lo tienes que comprobar y luego ya vienes y me reclamas”. Inmediatamente después de esta respuesta subió a su camioneta.
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