Ciudad de México.- También los vecinos de San Ángel manifiestan su inquietud por las actividades de promoción cultural y comercio que se llevan a cabo en el predio número 5 del Convento del Carmen de San Ángel, en manos de particulares, y que forma parte del conjunto arquitectónico del convento carmelita, que data del siglo XVII.
Para Josefina MacGregor, vecina de San Ángel y que participa en diversas organizaciones de la sociedad civil interesadas en la conservación de la zona, hay muchas preguntas sin respuesta en torno al predio que hoy se ostenta como “centro cultural” de la asociación civil Fundación Fertilizando el Esfuerzo: “Hay elementos para creer que está siendo operado de manera ilegal y sin los permisos indispensables cuando se trata de un inmueble como este, de enorme valor patrimonial e histórico. Y yo lo he visto: cuando he pasado por el lugar lo que veo es una vendimia; hasta me han ofrecido venta de comida”.
El Convento del Carmen de San Ángel es uno de los íconos históricos del país, señala MacGregor. Y lo importante para las agrupaciones vecinales en las que ella participa, el Patronato San Ángel, entre otras, es que, independientemente de que el propietario sea un particular, poseer el predio número 5 “conlleva la responsabilidad de su cuidado y conservación”.
Crónica ha documentado gráficamente cómo en el patio interior del predio número 5 existe una fuente que no es uniforme con las existentes en la parte del convento que alberga al Museo del Carmen; hay trozos de lo que podría ser un muro amontonados en el suelo. “Y lo importante es subrayar que nadie puede hacer ningún tipo de alteración en un inmueble como este. Trátese del dueño legal o trátese de un arrendador, no es posible intervenir la construcción sin la supervisión y autorización del INAH”.
La norma vigente para el uso de suelo de avenida Revolución a la altura del Convento del Carmen estipula que los inmuebles pueden ser unifamiliares, plurifamiliares, para comercio o para oficina. “Pero no se trata de hacer lo que uno quiera”, advierte MacGregor. Si dicen que rentan el espacio para eventos, requieren un permiso de suelo distinto.
El problema fundamental en el caso del predio número 5 es el considerable desgaste que muestra y el hecho de que se haya intervenido la construcción sin la supervisión necesaria. “Desde el Museo del Carmen puede verse una estructura de metal, seguramente fija al piso, y que entiendo usan para dar clases de arte circense. ¿Tienen permisos? ¿cuáles han sido las recomendaciones que el INAH hizo, si es que le solicitaron permiso para hacer modificaciones en el lugar?”.
Cuando un particular tiene un inmueble de valor histórico, puede solicitar la exención del pago del impuesto predial, pues ese recurso puede aplicarse en el mantenimiento del sitio. “No me parece que la gente que tiene el inmueble lo haya hecho, pero en estos casos, la responsabilidad última de lo que se haga allí es del propietario legal. El INAH tendría que ir al Registro Público de la Propiedad, revisar qué adeudos tiene pendientes, localizar al dueño legal y llamarle la atención por todas las intervenciones que han realizado allí, y, en caso extremo, plantear un proceso de expropiación por protección del inmueble, porque se corre el riesgo de que el predio se deteriore de manera irreparable y eso también generará responsabilidades.”
MacGregor también señala que la delegación Alvaro Obregón tiene la obligación de indagar qué ocurre con el predio: “Ni siquiera debería mediar denuncia para intervenir. El Convento del Carmen es un icono del sur de la ciudad de México, acaso uno de los últimos que podamos conservar. Protección Civil tendría también que acudir y emitir un dictamen de las condiciones del edificio”.
“Quizá no se ha dimensionado lo importante que es la conservación del Convento del Carmen como un ícono de la zona. Ahora que este movimiento sobre el cuidado a la integridad del patrimonio histórico es tan fuerte, es increíble que las autoridades aún no hayan actuado”.
Donde capturaron a Hidalgo, otro polémico predio
La Loma del Prendimiento es un terreno de 20 metros por veinte metros, donde la tradición señala que Miguel Hidalgo y los insurgentes que lo seguían fueron aprehendidos el 21 de marzo de 1811. En esa pequeña extensión de tierra, se levanta un obelisco que recuerda el acontecimiento.
Pero la Loma del Prendimiento es también un ejemplo de que la colindancia entre propiedades públicas con valor histórico y propiedades privadas puede complicarse de muy diversas maneras, porque si en la Ciudad de México los predios que forman el Convento del Carmen plantean un problema de rescate y conservación del patrimonio histórico de la nación, ese pequeño terreno en el estado de Coahuila es un ejemplo de las complicaciones que puede tener la conlindancia entre propiedades públicas y privadas. La voluntad de un particular prohíbe el acceso al lugar.
¿La causa? La Loma del Prendimiento, que se ubica en el municipio coahuilense de Castaños, en las cercanías de Monclova, está rodeada por propiedades particulares. Apenas una pequeña reja la separa de ranchos colindantes. Para entrar en el terreno, es preciso cruzar uno de esos ranchos, y si no hay anuencia del propietario, no hay modo de llegar al sitio histórico.
Dagoberto Ríos Fuentes, de la oficina de Educación y Cultura de Castaños, da detalles: “el rancho pertenece a un señor de Monterrey. Para poder ir a la Loma del Prendimiento, uno tenía que comunicarse con él y pedir permiso para pasar”.
Ríos Fuentes trabaja desde hace 19 años en las oficinas municipales de Castaños. “Cada año íbamos y se hacía ceremonia” –refiere—“Pero hace desde hace dos años que el dueño no permite la entrada. Le robaron algo de su rancho y le echaron la culpa al municipio. Desde entonces ya no hay acceso al lugar.”
No, subraya. No hay otro lugar por el que se pueda pasar a la Loma del Prendimiento. Es preciso atravesar ese rancho que ahora les prohíbe la entrada. “Hasta teníamos acá una llave. Nomás se avisaba y ya; íbamos cada 21 de marzo. No hay nada; es monte. Y está el monumento. Pero ya no hay manera de ir”.
Para Josefina MacGregor, vecina de San Ángel y que participa en diversas organizaciones de la sociedad civil interesadas en la conservación de la zona, hay muchas preguntas sin respuesta en torno al predio que hoy se ostenta como “centro cultural” de la asociación civil Fundación Fertilizando el Esfuerzo: “Hay elementos para creer que está siendo operado de manera ilegal y sin los permisos indispensables cuando se trata de un inmueble como este, de enorme valor patrimonial e histórico. Y yo lo he visto: cuando he pasado por el lugar lo que veo es una vendimia; hasta me han ofrecido venta de comida”.
El Convento del Carmen de San Ángel es uno de los íconos históricos del país, señala MacGregor. Y lo importante para las agrupaciones vecinales en las que ella participa, el Patronato San Ángel, entre otras, es que, independientemente de que el propietario sea un particular, poseer el predio número 5 “conlleva la responsabilidad de su cuidado y conservación”.
Crónica ha documentado gráficamente cómo en el patio interior del predio número 5 existe una fuente que no es uniforme con las existentes en la parte del convento que alberga al Museo del Carmen; hay trozos de lo que podría ser un muro amontonados en el suelo. “Y lo importante es subrayar que nadie puede hacer ningún tipo de alteración en un inmueble como este. Trátese del dueño legal o trátese de un arrendador, no es posible intervenir la construcción sin la supervisión y autorización del INAH”.
La norma vigente para el uso de suelo de avenida Revolución a la altura del Convento del Carmen estipula que los inmuebles pueden ser unifamiliares, plurifamiliares, para comercio o para oficina. “Pero no se trata de hacer lo que uno quiera”, advierte MacGregor. Si dicen que rentan el espacio para eventos, requieren un permiso de suelo distinto.
El problema fundamental en el caso del predio número 5 es el considerable desgaste que muestra y el hecho de que se haya intervenido la construcción sin la supervisión necesaria. “Desde el Museo del Carmen puede verse una estructura de metal, seguramente fija al piso, y que entiendo usan para dar clases de arte circense. ¿Tienen permisos? ¿cuáles han sido las recomendaciones que el INAH hizo, si es que le solicitaron permiso para hacer modificaciones en el lugar?”.
Cuando un particular tiene un inmueble de valor histórico, puede solicitar la exención del pago del impuesto predial, pues ese recurso puede aplicarse en el mantenimiento del sitio. “No me parece que la gente que tiene el inmueble lo haya hecho, pero en estos casos, la responsabilidad última de lo que se haga allí es del propietario legal. El INAH tendría que ir al Registro Público de la Propiedad, revisar qué adeudos tiene pendientes, localizar al dueño legal y llamarle la atención por todas las intervenciones que han realizado allí, y, en caso extremo, plantear un proceso de expropiación por protección del inmueble, porque se corre el riesgo de que el predio se deteriore de manera irreparable y eso también generará responsabilidades.”
MacGregor también señala que la delegación Alvaro Obregón tiene la obligación de indagar qué ocurre con el predio: “Ni siquiera debería mediar denuncia para intervenir. El Convento del Carmen es un icono del sur de la ciudad de México, acaso uno de los últimos que podamos conservar. Protección Civil tendría también que acudir y emitir un dictamen de las condiciones del edificio”.
“Quizá no se ha dimensionado lo importante que es la conservación del Convento del Carmen como un ícono de la zona. Ahora que este movimiento sobre el cuidado a la integridad del patrimonio histórico es tan fuerte, es increíble que las autoridades aún no hayan actuado”.
Donde capturaron a Hidalgo, otro polémico predio
La Loma del Prendimiento es un terreno de 20 metros por veinte metros, donde la tradición señala que Miguel Hidalgo y los insurgentes que lo seguían fueron aprehendidos el 21 de marzo de 1811. En esa pequeña extensión de tierra, se levanta un obelisco que recuerda el acontecimiento.
Pero la Loma del Prendimiento es también un ejemplo de que la colindancia entre propiedades públicas con valor histórico y propiedades privadas puede complicarse de muy diversas maneras, porque si en la Ciudad de México los predios que forman el Convento del Carmen plantean un problema de rescate y conservación del patrimonio histórico de la nación, ese pequeño terreno en el estado de Coahuila es un ejemplo de las complicaciones que puede tener la conlindancia entre propiedades públicas y privadas. La voluntad de un particular prohíbe el acceso al lugar.
¿La causa? La Loma del Prendimiento, que se ubica en el municipio coahuilense de Castaños, en las cercanías de Monclova, está rodeada por propiedades particulares. Apenas una pequeña reja la separa de ranchos colindantes. Para entrar en el terreno, es preciso cruzar uno de esos ranchos, y si no hay anuencia del propietario, no hay modo de llegar al sitio histórico.
Dagoberto Ríos Fuentes, de la oficina de Educación y Cultura de Castaños, da detalles: “el rancho pertenece a un señor de Monterrey. Para poder ir a la Loma del Prendimiento, uno tenía que comunicarse con él y pedir permiso para pasar”.
Ríos Fuentes trabaja desde hace 19 años en las oficinas municipales de Castaños. “Cada año íbamos y se hacía ceremonia” –refiere—“Pero hace desde hace dos años que el dueño no permite la entrada. Le robaron algo de su rancho y le echaron la culpa al municipio. Desde entonces ya no hay acceso al lugar.”
No, subraya. No hay otro lugar por el que se pueda pasar a la Loma del Prendimiento. Es preciso atravesar ese rancho que ahora les prohíbe la entrada. “Hasta teníamos acá una llave. Nomás se avisaba y ya; íbamos cada 21 de marzo. No hay nada; es monte. Y está el monumento. Pero ya no hay manera de ir”.
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