Ciudad de México.- El secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, diputado Vidal Llerenas Morales (Morena), declaró que México lleva años sin credibilidad en sus finanzas públicas, ni hay mejoras en la calidad del gasto, por lo que es momento, recomendó, de tomar las mejores decisiones en materia fiscal.
Al participar en el Foro “Calidad del Gasto Público”, consideró que el principal problema del país es la falta de un proceso de rendición de cuentas y la adecuada discusión de las finanzas pública en el Congreso de la Unión, en donde, “hay un déficit en la responsabilidad de los legisladores”.
Precisó que “buscamos tener una discusión sobre los temas de ingreso y gasto del paquete presupuestal, ya que existen muchas dudas sobre la viabilidad del mismo y el costo que tendrán los recortes en los distintos rubros”.
Por ejemplo, refirió, en el caso del remanente del Banco de México, no existe claridad de si éste se usará para pagar deuda o llegar a la meta del déficit. “Hay un problema de que nadie está monitoreando al gobierno sobre lo que hace en el ejercicio”.
Advirtió que existen áreas completas, como las de seguridad pública, en donde no existen evaluaciones. En el caso de seguridad nacional, apuntó, se incrementan los recursos y no dan detalles sobre su gasto. “Verdaderamente tenemos partidas secretas en el presupuesto”, subrayó.
El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP), Héctor Juan Villarreal Páez, subrayó que más que recortes se observa una restructuración del presupuesto. Consideró que el crecimiento en gasto federalizado, en pensiones y en servicio de deuda, no es un fenómeno nuevo, “sino lo que sucedió es que este año fue más conspicuo. El pago de deudas y el pasivo, van a terminar llevándose la tajada del león”.
Indicó que el gobierno obtiene ingresos tributarios equivalentes al 13.4 por ciento del Producto Interno Bruto, pero el problema es que el gasto en pensiones proyectado para el próximo año absorbe el 90 por ciento de la recaudación de IVA, y “estimaciones del CIEP dicen que en un par de años el gasto en pensiones del gobierno va a rebasar la recaudación completa de este gravamen”.
Lo que se capta por ISR, que es del orden del 7 por ciento, se va casi completo en gasto federalizado, entre aportaciones y participaciones y una pequeña parte al Ramo 23. “Lo que queda de todos los ingresos tributarios no es suficiente para cubrir el servicio de la deuda ni el gasto del gobierno”, señaló.
Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, sostuvo que el país enfrenta dos grandes problemas: la falta de control del déficit público y la mala calidad del gasto, lo cual se debe a las pésimas decisiones fiscales.
Destacó que la integración del presupuesto debe fomentar la rendición de cuentas, el proceso de valoración costo-beneficio de los programas que se financian con la deuda y que la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establezca las causales específicas de endeudamiento.
El Congreso debe asumirse como instancia de control de recursos públicos y de desarrollo de la capacidad técnica y transparencia. Propuso que los convenios de los estados sean públicos, ya que han viciado la calidad del gasto público, y deben generar nuevos mecanismos de asignación de gasto que premien el esfuerzo local.
Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral, del Centro de Estudios “Espinosa Yglesias”, expresó su preocupación porque los programas que más sufrirán recortes de presupuesto son el de Atención a Jornaleros Agrícolas, el de Educación para Adultos y el de Empleo Temporal, lo cual disminuirá las posibilidades de acceso al trabajo y la inclusión social.
Al participar en el Foro “Calidad del Gasto Público”, consideró que el principal problema del país es la falta de un proceso de rendición de cuentas y la adecuada discusión de las finanzas pública en el Congreso de la Unión, en donde, “hay un déficit en la responsabilidad de los legisladores”.
Precisó que “buscamos tener una discusión sobre los temas de ingreso y gasto del paquete presupuestal, ya que existen muchas dudas sobre la viabilidad del mismo y el costo que tendrán los recortes en los distintos rubros”.
Por ejemplo, refirió, en el caso del remanente del Banco de México, no existe claridad de si éste se usará para pagar deuda o llegar a la meta del déficit. “Hay un problema de que nadie está monitoreando al gobierno sobre lo que hace en el ejercicio”.
Advirtió que existen áreas completas, como las de seguridad pública, en donde no existen evaluaciones. En el caso de seguridad nacional, apuntó, se incrementan los recursos y no dan detalles sobre su gasto. “Verdaderamente tenemos partidas secretas en el presupuesto”, subrayó.
El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP), Héctor Juan Villarreal Páez, subrayó que más que recortes se observa una restructuración del presupuesto. Consideró que el crecimiento en gasto federalizado, en pensiones y en servicio de deuda, no es un fenómeno nuevo, “sino lo que sucedió es que este año fue más conspicuo. El pago de deudas y el pasivo, van a terminar llevándose la tajada del león”.
Indicó que el gobierno obtiene ingresos tributarios equivalentes al 13.4 por ciento del Producto Interno Bruto, pero el problema es que el gasto en pensiones proyectado para el próximo año absorbe el 90 por ciento de la recaudación de IVA, y “estimaciones del CIEP dicen que en un par de años el gasto en pensiones del gobierno va a rebasar la recaudación completa de este gravamen”.
Lo que se capta por ISR, que es del orden del 7 por ciento, se va casi completo en gasto federalizado, entre aportaciones y participaciones y una pequeña parte al Ramo 23. “Lo que queda de todos los ingresos tributarios no es suficiente para cubrir el servicio de la deuda ni el gasto del gobierno”, señaló.
Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, sostuvo que el país enfrenta dos grandes problemas: la falta de control del déficit público y la mala calidad del gasto, lo cual se debe a las pésimas decisiones fiscales.
Destacó que la integración del presupuesto debe fomentar la rendición de cuentas, el proceso de valoración costo-beneficio de los programas que se financian con la deuda y que la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establezca las causales específicas de endeudamiento.
El Congreso debe asumirse como instancia de control de recursos públicos y de desarrollo de la capacidad técnica y transparencia. Propuso que los convenios de los estados sean públicos, ya que han viciado la calidad del gasto público, y deben generar nuevos mecanismos de asignación de gasto que premien el esfuerzo local.
Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral, del Centro de Estudios “Espinosa Yglesias”, expresó su preocupación porque los programas que más sufrirán recortes de presupuesto son el de Atención a Jornaleros Agrícolas, el de Educación para Adultos y el de Empleo Temporal, lo cual disminuirá las posibilidades de acceso al trabajo y la inclusión social.
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