Ciudad de México.- A favor de construir una nueva cultura política que respete los derechos de las indígenas de México, ya que sufren triple discriminación por pertenecer a una etnia, ser pobres y ser mujeres, excluyéndolas de la toma de decisiones y de ocupar un cargo público, se pronunciaron diputados, funcionarios y especialistas.
En la inauguración del foro “Derechos Políticos de las Mujeres Indígenas”, organizado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y Equidad de Género (CEAMEG), de la Cámara de Diputados, realizada por Blanca Judith Díaz Delgado, titular de Estudios Sociales de ese organismo, los expertos urgieron a reivindicar los derechos de esta población y depurar malas costumbres sociales de los pueblos autóctonos, que mantienen un patrón machista que las sojuzga y margina.
El diputado Vitalico Cándido Coheto Martínez (PRI), presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, llamó a hacer justicia y abrir verdaderas oportunidades en favor de las mujeres de las etnias. Exigió a los partidos políticos no improvisar candidatas y evitar llamarlas a última hora, sin tiempo para que se preparen y realicen una exitosa campaña.
No sólo debe dárseles el 50 por ciento de las candidaturas, para cumplir con la paridad de género amparada en la ley, sino abriles oportunidad de que se preparen y realmente tengan éxito y no se les exhiba.
Propuso revisar usos y costumbres de los pueblos autóctonos, porque limitan la participación plena de la mujer en la toma de decisiones, y obstaculizan el que asuman un cargo público en sus comunidades.
La pobreza, advirtió, es otro factor que impide que las indígenas ejerzan plenamente sus derechos, porque su prioridad es conseguir alimentos para sostener a su familia, y eso provoca que se preocupe menos por ejercer sus derechos, primero ve por sus hijos, de ahí que “la pobreza se tiene que atacar de raíz”.
Resaltó que los partidos políticos sólo cuando hay campañas hacen presentes a las mujeres, para que ejerzan su derecho; por lo que cuestionó los motivos por los que se les niega practicar sus derechos, que no son privilegios.
El legislador oaxaqueño apuntó que los cambios tienen que partir de las propias mujeres para que conozcan sus derechos y desde el hogar para que se trate igual a las niñas y niños; históricamente se le ha negado a la mujer ejercer sus derechos y no debe continuar la tendencia, porque no son privilegios, sino el reconocimiento pleno como ser humano.
Las mujeres de los 68 pueblos originarios esperan justicia, por lo que reflexionar sobre su situación política, social y económica es indispensable para avanzar en reconocer sus derechos, amparados en diversas leyes y en el artículo 2 de la Carta Magna, donde se especifican los derechos de pueblos y comunidades indígenas; sin embargo, no se traducen en políticas públicas y acciones para lograr los objetivos siendo letras muertas, porque “la ley tiene que trascender”.
Coheto Martínez añadió que de acuerdo con datos intecensales, en el 2015 México contaba con una población de 120.8 millones de habitantes, de éstos, 25.5 son indígenas, es decir, 20 por ciento del total; no obstante, aún con este porcentaje no existe reconocimiento. “Si somos el 20 por ciento, por lo menos deberíamos tener representantes en el Congreso de las principales etnias como la maya, náhuatl, zapoteca y mixteca y no es así”.
En la inauguración del foro “Derechos Políticos de las Mujeres Indígenas”, organizado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y Equidad de Género (CEAMEG), de la Cámara de Diputados, realizada por Blanca Judith Díaz Delgado, titular de Estudios Sociales de ese organismo, los expertos urgieron a reivindicar los derechos de esta población y depurar malas costumbres sociales de los pueblos autóctonos, que mantienen un patrón machista que las sojuzga y margina.
El diputado Vitalico Cándido Coheto Martínez (PRI), presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, llamó a hacer justicia y abrir verdaderas oportunidades en favor de las mujeres de las etnias. Exigió a los partidos políticos no improvisar candidatas y evitar llamarlas a última hora, sin tiempo para que se preparen y realicen una exitosa campaña.
No sólo debe dárseles el 50 por ciento de las candidaturas, para cumplir con la paridad de género amparada en la ley, sino abriles oportunidad de que se preparen y realmente tengan éxito y no se les exhiba.
Propuso revisar usos y costumbres de los pueblos autóctonos, porque limitan la participación plena de la mujer en la toma de decisiones, y obstaculizan el que asuman un cargo público en sus comunidades.
La pobreza, advirtió, es otro factor que impide que las indígenas ejerzan plenamente sus derechos, porque su prioridad es conseguir alimentos para sostener a su familia, y eso provoca que se preocupe menos por ejercer sus derechos, primero ve por sus hijos, de ahí que “la pobreza se tiene que atacar de raíz”.
Resaltó que los partidos políticos sólo cuando hay campañas hacen presentes a las mujeres, para que ejerzan su derecho; por lo que cuestionó los motivos por los que se les niega practicar sus derechos, que no son privilegios.
El legislador oaxaqueño apuntó que los cambios tienen que partir de las propias mujeres para que conozcan sus derechos y desde el hogar para que se trate igual a las niñas y niños; históricamente se le ha negado a la mujer ejercer sus derechos y no debe continuar la tendencia, porque no son privilegios, sino el reconocimiento pleno como ser humano.
Las mujeres de los 68 pueblos originarios esperan justicia, por lo que reflexionar sobre su situación política, social y económica es indispensable para avanzar en reconocer sus derechos, amparados en diversas leyes y en el artículo 2 de la Carta Magna, donde se especifican los derechos de pueblos y comunidades indígenas; sin embargo, no se traducen en políticas públicas y acciones para lograr los objetivos siendo letras muertas, porque “la ley tiene que trascender”.
Coheto Martínez añadió que de acuerdo con datos intecensales, en el 2015 México contaba con una población de 120.8 millones de habitantes, de éstos, 25.5 son indígenas, es decir, 20 por ciento del total; no obstante, aún con este porcentaje no existe reconocimiento. “Si somos el 20 por ciento, por lo menos deberíamos tener representantes en el Congreso de las principales etnias como la maya, náhuatl, zapoteca y mixteca y no es así”.
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