Ciudad de México.- Tomás Zerón de Lucio cometió irregularidades cuando estuvo a cargo de la investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Así lo concluyó la Visitaduría general, órgano encargado de hacer las investigaciones internas dentro de la Fiscalía General de la República (FGR).
A inicio de enero, Zerón de Lucio se dijo dispuesto a la Comisión creada por la nueva administración para hacer una nueva investigación, en la que se incluye la actuación de los exfuncionarios que crearon “la verdad histórica”.
Irregularidades entre 2013 y 2016
De acuerdo con la Fiscalía, ante las anomalías de Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) entre 2013 y 2016, se ha ordenado que se inicie una carpeta de investigación en su contra por incurrir en “ilícitos de trascendencia penal”.
Fue el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, quien anunció la investigación contra Zerón, tal y como lo han solicitado los padres de los 43 normalistas desaparedidos el 26 de septiembre del 2014, y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), por supuestamente manipular la indagatoria.
En la instalación de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa, el subsecretario dijo que Zerón de Lucio será investigado en cumplimiento de la recomendación hecha por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El video oculto de Tomás Zerón
Fue en abril de 2016 cuando el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer material inédito y lo llamó “el video oculto de Tomás Zerón”.
En el material se ve al exdirector de la AIC junto a Agustín García Reyes, alias “El Chereje”, señalado por la desaparición de los 43 normalistas. Los dos están a un costado del río San Juan en Cocula, Guerrero.
El 28 de octubre de 2014, los expertos del GIEI denunciaron que Zerón de Lucio operó una diligencia en la escena, donde supuestamente integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos tiraron al río los restos de los normalistas.
Se denunció que los peritajes de ese día no se registraron en el expediente, en tanto que un día después, en el mismo lugar, buzos de la Secretaría de Marina encontraron una bolsa con restos humanos, al parecer de los estudiantes desaparecidos.
Cuando la Fiscalía entrevistó Agustín García Reyes, alias “El Chereje”, sobre su aparición en el video, éste dijo que el día de la grabación estaba en una celda.
“Estaba en una celda (…) Me sacaron y subieron al helicóptero (...) Me dijeron que me llevarían al río San Juan, y que ahí había unas bolsas que tenía que señalar... que, si no lo hacía, me iban a torturar... entonces contesté que sí (...) Y ya llegando hasta donde estaban las bolsas, hizo lo que me habían dicho, las señalé”.
Zerón de Lucio aseguró, entonces, que la presencia de Agustín García en el lugar se dio en el marco de las facultades constitucionales de la Policía Federal ministerial.
De acuerdo con la Visitaduría general, además se ha comprobado que Tomás Zerón trasladó al detenido sin competencia, sin presencia de su defensor y con huellas de tortura.
Ante ello, se determinó el pasado 24 de junio iniciar en contra del exfuncionario el procedimiento de cancelación de su certificado.
¿Qué es la verdad histórica?
Los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecieron entre el 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero.
En enero del 2015, ante los medios de comunicación, el entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, dijo a conocer resultados de la investigación y la llamó “verdad histórica”.
Esta versión oficial, que estuvo basada en testimonios de detenidos, indicaba que los jóvenes fueron secuestrados por policías municipales, y que éstos los entregaron al cártel de narcotraficantes Guerreros Unidos para asesinarlos y sus cuerpos se incinerados en las inmediaciones del basurero de la localidad de Cocula.
Posteriormente, se dijo, las cenizas guardadas en bolsas plásticas de basura y colocadas en el río San Juan.
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