Ciudad de México.- Investigadores de la NASA han demostrado por primera vez que las disminuciones de los niveles de cloro presentes en la atmósfera están reduciendo el agujero de la capa de ozono.
Las investigaciones destacan entre los principales efecto de la recuperación del ozono precipitaciones y cambios en la temperatura atmosférica, ademas de variaciones en la temperatura de los océanos y en su concentración de sal.
De mantenerse las acciones en favor de la reestructura de la capa de ozono, se tiene previsto que pueda volver a sus niveles de 1980 en unos 10 años.
La caída de la actividad económica en China es visible desde el espacio. Los satélites de la agencia Europea Copernicus han registrado una caída inusual en los niveles de dióxido de nitrógeno. Los datos han sido recopilados por el equipo de observación terrestre de la NASA.
Los expertos en calidad del aire han centrado las observaciones en el dióxido de nitrógeno (NO2), porque es un gas muy volátil, que solo se detecta cerca de las fuentes de emisiones: la quema de combustibles fósiles del tráfico rodado y la industria.
Las señales de la recuperación de la capa de ozono han empezado a mostrarse alrededor del mundo
Un grupo de científicos descubrió que las señales de la recuperación de la capa de ozono ya se han manifestado en el clima alrededor del mundo, en donde se han comenzado a esparcir vientos que parecen controlar el sobrecalentamiento del planeta.
De acuerdo con los estudios realizados por académicos de la Universidad de Colorado Boulder, mediante el uso de datos de observaciones satelitales y simulaciones climáticas, lograron crear patrones cambiantes del viento que están relacionados con la recuperación de la capa de ozono.
La recuperación ha sido posible gracias a las medidas que se tomaron a partir de 1987 cuando en todo el mundo se redujo la producción de sustancias degradantes del ozono.
El agujero de la capa de ozono de la Antártida se forma durante septiembre en el invierno del hemisferio Sur.
Para determinar cómo el ozono y otras sustancias químicas han cambiado año tras año, los científicos utilizaron datos del Sounder Microwave Limb (MLS), un instrumento instalado a bordo del satélite Aura, que ha estado realizando mediciones continuamente en todo el mundo desde mediados de 2004. Mientras que muchos instrumentos satelitales requieren luz solar para medir los gases atmosféricos, MLS mide las emisiones de microondas y, como resultado, puede medir los gases de la Antártida durante la época clave del año: el oscuro invierno austral, cuando el clima estratosférico es tranquilo y las temperaturas son bajas y estables.
El cambio en los niveles de ozono sobre la Antártida desde el comienzo hasta el final del invierno austral, en concreto, desde principios de julio hasta mediados de septiembre, se calculó a diario a partir de mediciones de la MLS cada año entre 2005 y 2016. “Durante este período, las temperaturas antárticas son siempre muy bajas, con lo que la tasa de destrucción de ozono depende principalmente de la cantidad de cloro que hay “.
Con información de la revista National Geographic
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