lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia contra las mujeres se ha vuelto mortal

México D.F.- La descomposición social es más evidente en las relaciones de pareja, y su consecuencia más trágica es la violencia contra las mujeres, aseguran expertos de instituciones y organizaciones civiles. Lo que hace un año era un pronóstico del gobierno federal, ahora es una realidad: en 2013, en diversos estados de la República han ocurrido episodios más crueles de violencia contra mujeres.
Los agresores han pasado de los golpes disfrazados de accidentes e insultos y las amenazas más sutiles, al uso de las armas para ejercer control sobre su pareja, sean novias o esposas. Muchos casos se quedan en la amenaza de muerte, otros culminan en homicidio.
Especialistas que atienden a mujeres víctimas de violencia aseguran que en este año han documentado más casos de violencia letal, que antes eran poco frecuentes.
Pablo Navarrete, coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), considera que la descomposición social sí ha repercutido en la violencia contra las mujeres, pues al día mueren seis mujeres por su condición de género “y esto es muy vergonzoso y lamentable”.
En 2012 la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, de la Secretaría de Gobernación, analizó el fenómeno y detectó en el país un aumento en el homicidio de mujeres con armas de fuego y punzocortantes, así como por estrangulación y ahogamiento, alertó: “Al parecer, estamos frente a indicios —que una investigación posterior deberá rastrear con mayor detenimiento— que apuntan a un incremento de las causas de homicidio de mujeres más crueles y dolorosas, en detrimento de las pasivas o accidentales”.
Los argumentos se basan en estadística. La misma fuente refiere que la tasa de mortandad de mujeres por ataques con armas de fuego creció de 7.8 en 2001 a 23.8 en 2010; las ocasionadas por golpes y violación aumentaron de 8.2 en 2001 a 18.7 en 2010, y en el mismo periodo las originadas por ahorcamiento, estrangulación, ahogamiento o ataque con instrumento punzante tuvieron la misma tendencia al pasar de 8 a 12.5.
La edad de la mayor parte de las víctimas es de entre los 20 y 39 años de edad, reportó la comisión en su estudio nacional sobre fuentes, orígenes y factores que producen y reproducen la violencia contra las mujeres.
Los estados donde hay una mayor incidencia de violencia extrema contra la población femenina son: Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Durango, Sonora, y el Distrito Federal; en el último año se sumaron Morelos y Guanajuato.
También ahora es más frecuente que los casos de violencia en pareja lleguen a los hospitales. Esta situación fue notable en las estadísticas de la Secretaría de Salud desde 2006, cuando reportó que las mujeres víctimas de violencia doméstica atendidas en los servicios básicos y especializados del sistema de salud aumentaron de 3 mil 249 en el 2002 a 36 mil 457 en el 2006, según el Programa sobre Prevención y Atención a la Violencia Familiar.
Marcela Eternod, secretaria ejecutiva del Inmujeres, dice que en la última encuesta hecha en el 2011 se detectó que sólo 9.2% de las mujeres que habían vivido algún episodio de violencia acudieron a alguna institución de salud o de justicia, para recibir atención.
Comienza de forma sutil
Para llegar a los extremos de los casos descritos, indica que la violencia suele comenzar de una manera sutil, con una crítica sobre la forma de vestir o de peinarse, como control a través de llamadas, visitas inesperadas o la supervisión de objetos y espacios personales. Luego la violencia sicológica sube de nivel cuando hay insultos o amenazas que, si continúan, se convierten en jaloneos, aventones y golpes.
Violencia impune
Pablo Navarrete, de Inmujeres, señala que cuando los casos de violencia contra la mujer llegan al Ministerio Público, hay impunidad, pues sólo en uno de cada 10 se castiga a los responsables, por lo que “hay que reestructurar el sistema de justicia”.
La impunidad, destaca, ha ocasionado que sólo siete de cada 10 mujeres denuncien el maltrato que viven “porque no hay confianza en las instituciones”.
“Otra de las cosas que ya deben cambiar —agrega Norma Banda— es que a los hombres se les enseñe otra forma de ejercer su masculinidad, que no sea a través del ejercicio del poder, y las mujeres deben aprender que ellas mismas son las que deben amarse y protegerse. Ellas antes que nadie”. Considera que este problema ha salido de la privacidad de los hogares para convertirse en un asunto público. Pero ahora que es más visible, hombres y mujeres “deben saber que la violencia no tiene justificación y que es un delito”, de tal manera, añade, que en México hay 7 millones 900 mil hombres delincuentes que han agredido a mujeres “y esto es impresionante”.
El Universal

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