jueves, 24 de agosto de 2017

Una historia para contar, lavaderos en Chicoloapan

Chicoloapan, Estado de México.- Los lavaderos públicos generalmente son unas construcciones realizadas al aire libre, en otros casos no interviene la mano del hombre y son espacios naturales, en algunas ocasiones estos lavaderos están cubiertos por un tejado o por algún tipo de techumbre, los lavaderos siempre son alimentados por una corriente de agua que suele proceder de un río, una fuente, una acequia o por la construcción de un acueducto o canaleta.
La función de estos lavaderos, aparte de la ya sabida (lavar ropa y otros utensilios, llevando las mujeres la losa de madera o raspador, el jabón, el barreño…), era la de reunir en este espacio a las mujeres del pueblo para hablar y comentar cualquier noticia o acontecimiento que ocurría en el pueblo o en los alrededores.
En estos lugares, muchas veces las mujeres dirimían sus diferencias y manifestaban sus coincidencias, de ahí la frase: “ahí en el lavadero”, que no pocas veces fueron testigos de enojos y amistades, pero también eran el centro de información, de donde se publicitaba lo privado, como señala una frase muy utilizada: “lo oyó en el lavadero”.
Como en cualquier pueblo o comunidad de antaño Chicoloapan tiene su historia propia acerca de ese lugar necesario que ayuda mantener una buena higiene personal, el lugar para lavar la ropa, sus lavaderos públicos ¿en dónde se encontraban ubicados?, ¿en qué época? y ¿cuáles eran las vivencias que se desarrollaban en ese lugar?, todo esto lo conoceremos a través de testimonios y anécdotas de vida documentadas.
Historias de vida, Ma. De los Ángeles Bazán Hernández.-  La señora Ángeles Bazán  con una edad de 79 años nos narra que ella vivía en la CDMX y venían a visitar a su suegra, ellos vivían en la calle de Allende, se paraban muy temprano para ir a los lavaderos de Chicoloapan ubicados para referencia donde está la escuela primaria Benito Juárez, alguna vez acompaño a su suegra, le enseño donde tendían y era entre la hierba; ya que no había tendederos y lavaban, se tenían que ir temprano porque se aglomeraba la gente y ya no alcanzaba lugar; había mucha agua que era transportada por canaletas. Recuerda que aproximadamente de los 70 cuando conoció los lavaderos llevaban su jabón pasta del Tepeyac que estaba sobre una piedrita que tenían, e indica que los lavaderos eran de piedra eran grandes y chicos de tipo rectangular, y eran muy necesarios para gente que no contaba con agua.
Guadalupe Ramos Ramírez.-  La señora Guadalupe Ramos nos relata que cuenta con 74 años, con 7 hijos, nos platica que su abuelita Macaria Álvarez vivía a un lado de los lavaderos tenía una pequeña casa donde vivió bastantes años y ella la visitaba muy seguido, por eso tenían conocimiento que había un total de 56 lavaderos; eran largos y había un tanque grande para el agua y un tubo ancho para abastecer la canaleta que pasaba por en medio de los lavaderos, era un promedio de afluencia desde la cinco de la mañana hasta tarde y hacen referencia de dos lavanderas, Emerenciana ella ya murió desde hace algunos años y Tacha Tablada, ella se fue a trabajar al CDMX; también comentan que el gobernador de ese entonces Alfredo del Mazo Vélez acudió a inaugurar la bomba de los lavaderos. Recuerda que la mayoría de las personas iban a lavar, porque no tenían pozo de agua como otras familias, por lo regular se llenaban todos los lavaderos, conforme acababan de lavar se ocupaban los lavaderos; había gente que apartaba los lavaderos y había veces que se peleaban por esa situación, su tío fue uno de los que cuidaba él se llamó Tito Ramírez. También recuerda que estos subsistieron hasta que se tiraron los lavaderos para realizar las construcciones de los salones de la escuela Benito Juárez, y de la calle Hidalgo.


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1 comentario:

Juan Crespo dijo...

Gracias por tan importante aportación y por mencionarnos y compartir algunas cosas de nuestro blog.
Saludos y animo!
Juan

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