sábado, 30 de junio de 2018

Más de 30 mil observadores vigilarán el proceso electoral más violento de la historia

México.- Aunque según el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, el proceso electoral del 1 de julio “será el más observado de la historia democrática de México” con más de 30 mil observadores nacionales y 907 extranjeros, también será el que menos presupuesto oficial ha destinado a la observación electoral, el más violento en la historia democrática del país y el más expuesto al fraude electoral “tradicional” y cibernético.
Ese es el análisis que ofrecen observadores nacionales y extranjeros, acreditados y no acreditados, que advierten cómo los comicios, que en el discurso oficial se anuncian como los más libres y confiables, están al mismo tiempo afectados por el asesinato, la intimidación, la compra de votos y la diseminación de información falsa y tendenciosa. Todavía más importante aún, dicen los observadores entrevistados por Proceso, la amenaza de un fraude electrónico masivo a favor del candidato oficial del PRI, no puede descartarse.
Pocos recursos y mucha violencia
En el Foro Informativo para Visitantes Extranjeros que organizó la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) el 28 y 29 de junio, el consejero presidente del INE explicó que las cifras totales de organizaciones e individuos que participarán en las tareas de observación rebasan sustancialmente las de elecciones anteriores.
Aunque en la elección de 2012, por ejemplo, se inscribieron 38 mil 547 ciudadanos mexicanos para observar los comicios, sólo 21 mil 114 de ellos participaron realmente en la jornada electoral. A nivel internacional, en 2012 se contó con 696 observadores procedentes sobre todo del continente americano y Europa, seguidos de Asia, África y Oceanía.
Para las elecciones de este 1 de julio el INE acreditó a casi 31 mil observadores nacionales y 907 extranjeros procedentes de 60 países, es decir, una diferencia de más de 10 mil observadores con respecto de la elección de 2012. La tarea de observación de este domingo se extenderá por 156 mil 899 casillas. En las casillas habrá un total de 1.4 millones de ciudadanos acreditados como funcionarios para llevar a cabo la votación.
En total, este domingo se votará por un total de 18 mil 299 cargos públicos, lo que hace de esta elección la más grande en la historia democrática del país. Además del presidente, se disputará la totalidad del congreso federal: 500 diputados y 128 senadores de la República. Están inscritos en las listas nominales del padrón electoral 89 millones 123 mil 355 ciudadanos que podrán votar este domingo.

Durante el Foro Informativo para Visitantes Extranjeros, el titular de la FEPADE, Héctor Díaz Santana, dijo que la PGR destinará 14 mil 644 funcionarios de la procuraduría para inhibir cualquier actividad ilegal o conducente a irregularidades durante el proceso electoral. Por otra parte, según el INE, habrá alrededor de 3 millones de representantes de los distintos partidos que vigilarán que el trabajo de los funcionarios de las Mesas Directivas de cada casilla durante el día de la elección.
No obstante, entre la elección de 2012 y la de 2018 hay una diferencia importante en cuanto a los fondos públicos destinados a la observación electoral. El Fondo de Apoyo a la Observación Electoral (FAOE), según datos del INE, se redujo en un 68% para los comicios de este año, pasando de 73 millones 600 mil pesos a 28 millones 233 mil 416 pesos.
Esta elección será de hecho la que menos presupuesto contará desde la creación del FAOE durante la elección de 1994, cuando contó con 50 millones de pesos para la observación electoral. La Secretaría de Gobierno, que había destinado recursos para la observación, no aportará fondos este año. El FAOE sólo contará con dinero del INE, la FEPADE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
A diferencia de otras elecciones presidenciales, el Centro Carter (fundado por el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter) y la Unión Europea, no participarán con misiones de observación electoral. Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) participa con 80 observadores que se distribuirán en las principales ciudades del país.
Esta es, según Ted Lewis, director de la organización no-gubernamental estadounidense Global Exchange, una de las muchas incongruencias de la observación electoral.
“La mayoría de los observadores extranjeros no son realmente observadores”, dijo Lewis en entrevista con Proceso. “Son gente que no cuenta con mecanismos para reportar irregularidades. Ellos no están autorizados para decir nada sobre la elección”.
Lewis es uno de los más experimentados veteranos de observación electoral en México y otros países latinoamericanos. Fue una de las voces más visibles que denunció lo que él consideró entonces como el fraude electoral por medio del cual Felipe Calderón accedió a la presidencia venciendo al entonces candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, cuando el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) afirmó que los resultados de la elección habían sido avalados por el grueso de los observadores electorales en 2006, Lewis pudo constatar que la mayoría había permanecido la mayor parte del día en embajadas de los distintos países sin la posibilidad de denunciar delitos electorales serios.
Este año, señala Lewis, las condiciones electorales son en más de un modo peores, pues el país se encuentra “sumergido en violencia” y con una “tremenda complicidad entre organizaciones criminales y el gobierno oficial, la policía y el ejército.
Los mayores riegos de fraude para esta elección, subraya, están en las zonas rurales del país, donde la precariedad equivale a mayor violencia por fuera del radar de la opinión pública en los centros urbanos.
Como se ha reportado, en la contienda electoral han sido asesinados 132 políticos en el país, 48 de ellos candidatos o precandidatos a cargos de elección popular. “En ese sentido”, dijo Lewis, “estamos peor que en (la elección de) 2006.
Para David Huerta, uno de los observadores estadounidenses que acompañan a Global Exchange, la escasa presencia de extranjeros en estas elecciones es desalentadora, pues esto imposibilita estar presente en los principales lugares de conflicto.
Huerta, representante del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios —SEIU en inglés, organismo que representa a 2 millones de trabajadores de industria de servicios en Estados Unidos—, explica que su grupo originalmente planeaba observar el proceso electoral en el estado de Tamaulipas, pero que sus contrapartes en esa región aconsejaron cancelar la observación por razones de seguridad.
“Hay dudas (sobre el proceso electoral) tomando en cuenta la violencia y los asesinatos de candidatos” dijo Huerta en entrevista con Proceso. “Siempre podría haber más observadores (de Estados Unidos) porque compartimos los mismos temas de migración y derechos para los trabajadores. Pero por el momento hacemos lo que se puede con lo que tenemos”.

Proceso

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