“Habéis sido engañados. Aquí no hay un piso que se venda por ese precio y un expresidente no vendría a vivir a este barrio”, expresó Carmen, una mujer de 72 años que ha vivido toda su vida en Las Virtudes.
Ni rastro del supuesto departamento que Enrique Peña Nieto puso a la venta en Madrid. Las Virtudes es el nombre de la calle en el que se anunció en la web inmobiliaria Idealista y ninguna de las viviendas que la conforman coincide con las características del piso del expresidente de México.
Perteneciente al barrio de Almagro (distrito de Chamberí), y no se pudo confirmar la existencia del departamento anunciado en venta por 650 mil euros, según información de la prensa local.
“Habéis sido engañados. Aquí no hay un piso que se venda por ese precio y un expresidente no vendría a vivir a este barrio”, expresó Carmen, una mujer de 72 años que ha vivido toda su vida en Las Virtudes.
La calle mide de largo 200 metros, según Google Maps, y sus construcciones son muy antiguas. La más longeva es la ubicada en el número 6-8, construida en 1897. No tiene nada que ver con el anuncio del supuesto piso de Peña Nieto que se construyó en 1981, de acuerdo al portal inmobiliario. Hace esquina con José Abascal y García Paredes.
En sus 200 metros de largo hay un modesto taller de conservación y restauración, otro de reparación de electrodomésticos, una reparadora de marcos, una frutería, un podólogo y hasta un gestor de trámites para ciudadanos extranjeros y taxistas.
Se caracteriza, además, por sus estrechas aceras, y lo sucio de éstas. Hay también dos contenedores llenos de desperdicios de una obra en un tercer piso de un edificio que nada tiene que ver con el que supuestamente tiene el expresidente en esa calle.
El sitio es tan modesto que incluso solamente hay tres porteros en todos los edificios. Uno de ellos es Juan (nombre ficticio), que entre risas señaló que no se creía nada de lo que se había publicado.
Contó que en la calle de Las Virtudes vive “gente muy humilde”, sobre todas personas mayores que han nacido allí y muchos inmigrantes dominicanos y colombianos.
“No me creo que un expresidente, del país que sea, venga a vivir aquí. Hay mejores opciones. Aquí vivimos gente humilde. Son pisos muy pequeños que no rebasan los 70 metros cuadrados (el de Peña Nieto tiene 140). Vivimos gente currante (trabajadora). Lo que hay aquí son casas viejas, incluso muchas corralas (decenas de viviendas de alrededor de un patio). Imagínate de lo que estamos hablando”.
Paseando por la calle, además, no se observa ningún cartel de se vende. Los vecinos también desmintieron que, como se publicó, en Las Virtudes hubiese movimiento de coches oficiales o incluso se haya escuchado a personas con acento mexicano.
“Aquí mexicanos ninguno. Dominicanos y colombianos, muchos”, insistió el portero.
Carlos (nombre ficticio) vive en dicha calle desde hace un par de años. Es de Bajadoz y de inmediato dijo que no le cuadra que Peña Nieto tenga un piso en Las Virtudes.
“Ni siquiera como inversión. Aquí la que vive es gente humilde y muchos extranjeros, sobre todo latinoamericanos”.
Otra cosa, coincidieron los vecinos, es que el supuesto departamento se ubique en realidad en la calle de José Abascal, una de las principales por sus enormes edificios y en los que un piso puede llegar a costar más de dos millones de euros, y que se ubica a 50 metros de Las Virtudes.
Insistieron en que en la calle donde supuestamente está en venta el piso de Peña Nieto ningún inmueble puede costar 650 mil euros, tomando en cuenta que un alquiler tiene un precio promedio de 300 euros.
La prensa local publicó que Enrique Peña Nieto vive en Madrid desde octubre de 2020 tras obtener la “golden visa”, que se otorga después de que cualquier ciudadano extranjero invierte al menos medio millón de euros en un negocio o compra de una vivienda superior al millón de euros.
También contó que el expresidente vive en la exclusiva urbanización de Valdelagua, en el municipio madrileño de San Agustín de Guadalix. Se trata de una casa construida sobre una parcela de 2 mil 500 metros cuadrados que figura a nombre de una constructora. Una firma que lo adquirió a través de una hipoteca de 889 mil 500 euros y está controlada por un empresario con intereses en México y Chile.
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