Desde un Carlos Salinas, Patricio Chirinos y Fidel Herrera, hasta artistas connotados con “El Diabólico”
ÁNGEL BRAVO MARTÍNEZ
San Andrés Tuxtla, Ver.- “La mitad de mi cuerpo es de Dios y la otra parte es del Diablo, todo depende de quién requiera de mis servicios, mi negocio es la brujería de eso vivo y no me avergüenzo, pobre de aquel que se resista a los inciensos, las lociones, la albahaca, la ruda y el romero, así como a los amuletos y contras en este mundo de envidias y perversidad, porque del ser humano sobre salen los siete pecados capitales y con las limpias se liberan de los chacras negativos”.
Solía decir el “Brujo Mayor de Los Tuxtlas” Gilberto Rodríguez Pereyra, mejor conocido en el bajo mundo brujero como “El Diabólico” ya que al inicio de cada trabajo negro se persignaba ante la imagen de la Santísima Trinidad y se encomendaba al Diablo, para que todo saliera bien…
Él era iletrado, pero presumía del don que Dios ¿o el Diablo? le había conferido, “puedo curar o enfermar, todo depende de lo que me pidan o quieran que haga”.
“Los políticos están corrompidos, todos sin excepción no tienen ni la humildad ni la sencillez para hacer cosas buenas y positivas en beneficio del pueblo, solo buscan enriquecerse y poder personal y familiar”. Fustigaba, quien presumió en vida haber salido en un reportaje del Washington Post.
Recuerdo muy bien que en campaña política le entregó un amuleto rojo a Carlos Salinas de Gortari, de quien presumía fotos al igual de otros importantes políticos y artistas de México. “¡¡Este amuleto te dará protección, sabiduría y poder… pero algún día todo se te revertirá…!!
Gilberto nunca se imaginó que éste hombre a la postre, tras su mandato constitucional, él seguiría ostentado el poder tras el trono, que seguiría siendo el más importante activo dentro de la clase política, pese a que se dio la alternancia de poder con el PAN por 12 años, Carlos Salinas, así lo percibo, sigue siendo el Rey del priismo nacional y el principal operador gubernamental con Enrique Peña.
Quien se proclama el verdadero “brujo mayor de los tuxtlas”; en la “cueva del Diablo” en la zona de montaña de “Tepanca” de San Andrés Tuxtla, solía invocar a las fuerzas del mal, ahí era acompañado por varios jovencitos a quienes les llamado los “indiciados”.
“Dicen que soy homosexual, no me importa, es más vergonzoso no saber amar, aquí quien llega se va satisfecho de mi trabajo, desde políticos y artistas, como Carlos Salinas de Gortari, Patricio Chirinos, Miguel Alemán y Fidel Herrera, hasta una Verónica Castro, Ninel Conde y hasta Diego Verdaguer”.
¿Qué es lo que más requieren o demandan los políticos de ti?- “siempre piden mucho poder mucho dinero, requieren de fama pública aunque sean espurios”.
Recuerdo que cada que se acercaba el Primer viernes de marzo, solía convocar a los representantes de los medios de comunicación ya que en su domicilio de la colonia Primero de Mayo, en la “magnética loma” donde tenía su centro espiritista, realizaba las tradicionales ceremonias del sacrificio de la “gallina negra” en medio de un círculo del tetragrama ton y muchos cirios y velas para hacer un tanto tétrico el ambiente, él portaba impecable túnica negra y en el cuello y muñecas de cada mano, impresionantes joyas de oro puro con diamantes, “muchos creen que pasan cosas extraordinarias en la víspera del primer viernes de marzo, la santería, el hechizo y el embrujo, es especulativo, que si se va a aparecer el Diablo, que si se van a escuchar voces de ultratumba o las almas en pena se manifestaran, nada de eso es verdad porque Dios se antepone ante toda oscuridad”.
Gilberto Rodríguez “El diabólico” un día me confesó, “yo no confío en los bancos y es por eso que mi fortuna la guardo bajo el colchón de mi cama, billetes de 200 y 500 pesos así como valioso lote de alhajas, un tanto desconcertado le pregunte si no tenía miedo de que alguien se diera cuenta y lo robara, a lo que me contestó, “todo está protegido por almas en pena y a mí quien me cuida es el Inspector de la policía José Luis Flores Sánchez”.
“El diabólico” murió de una extraña enfermedad y edad avanzada, hace ya una década, sus secretos se los llevó al más allá, de su historia de trabajos negros, sortilegios, hechizos y encantos no quedó nada, manos extrañas quemaron la vivienda donde practicaba la santería y todo quedó convertido en cenizas.
Hoy en día hay quienes cuentan que por las madrugadas se escuchan aullidos tétricos provenientes de la cueva del Diablo, lugar antes poco visto o visitado por quienes practican la brujería, a lo mejor alguien, instruido por Rodríguez Pereyra, rinde culto a Satanás, para pedirle o arrancarle de sus garras la mitad de su alma para entregársela a Dios y que pueda descansar en paz.
Con todo el respeto, cariño y afecto dedico éste tema a quien supo hacer de la santería un escaparate publicitario y resaltara nuestras tradiciones prehispánicas del tradicional primer viernes de marzo, en nuestro enigmático entorno tuxtleco.
ÁNGEL BRAVO MARTÍNEZ
San Andrés Tuxtla, Ver.- “La mitad de mi cuerpo es de Dios y la otra parte es del Diablo, todo depende de quién requiera de mis servicios, mi negocio es la brujería de eso vivo y no me avergüenzo, pobre de aquel que se resista a los inciensos, las lociones, la albahaca, la ruda y el romero, así como a los amuletos y contras en este mundo de envidias y perversidad, porque del ser humano sobre salen los siete pecados capitales y con las limpias se liberan de los chacras negativos”.
Solía decir el “Brujo Mayor de Los Tuxtlas” Gilberto Rodríguez Pereyra, mejor conocido en el bajo mundo brujero como “El Diabólico” ya que al inicio de cada trabajo negro se persignaba ante la imagen de la Santísima Trinidad y se encomendaba al Diablo, para que todo saliera bien…
Él era iletrado, pero presumía del don que Dios ¿o el Diablo? le había conferido, “puedo curar o enfermar, todo depende de lo que me pidan o quieran que haga”.
“Los políticos están corrompidos, todos sin excepción no tienen ni la humildad ni la sencillez para hacer cosas buenas y positivas en beneficio del pueblo, solo buscan enriquecerse y poder personal y familiar”. Fustigaba, quien presumió en vida haber salido en un reportaje del Washington Post.
Recuerdo muy bien que en campaña política le entregó un amuleto rojo a Carlos Salinas de Gortari, de quien presumía fotos al igual de otros importantes políticos y artistas de México. “¡¡Este amuleto te dará protección, sabiduría y poder… pero algún día todo se te revertirá…!!
Gilberto nunca se imaginó que éste hombre a la postre, tras su mandato constitucional, él seguiría ostentado el poder tras el trono, que seguiría siendo el más importante activo dentro de la clase política, pese a que se dio la alternancia de poder con el PAN por 12 años, Carlos Salinas, así lo percibo, sigue siendo el Rey del priismo nacional y el principal operador gubernamental con Enrique Peña.
Quien se proclama el verdadero “brujo mayor de los tuxtlas”; en la “cueva del Diablo” en la zona de montaña de “Tepanca” de San Andrés Tuxtla, solía invocar a las fuerzas del mal, ahí era acompañado por varios jovencitos a quienes les llamado los “indiciados”.
“Dicen que soy homosexual, no me importa, es más vergonzoso no saber amar, aquí quien llega se va satisfecho de mi trabajo, desde políticos y artistas, como Carlos Salinas de Gortari, Patricio Chirinos, Miguel Alemán y Fidel Herrera, hasta una Verónica Castro, Ninel Conde y hasta Diego Verdaguer”.
¿Qué es lo que más requieren o demandan los políticos de ti?- “siempre piden mucho poder mucho dinero, requieren de fama pública aunque sean espurios”.
Recuerdo que cada que se acercaba el Primer viernes de marzo, solía convocar a los representantes de los medios de comunicación ya que en su domicilio de la colonia Primero de Mayo, en la “magnética loma” donde tenía su centro espiritista, realizaba las tradicionales ceremonias del sacrificio de la “gallina negra” en medio de un círculo del tetragrama ton y muchos cirios y velas para hacer un tanto tétrico el ambiente, él portaba impecable túnica negra y en el cuello y muñecas de cada mano, impresionantes joyas de oro puro con diamantes, “muchos creen que pasan cosas extraordinarias en la víspera del primer viernes de marzo, la santería, el hechizo y el embrujo, es especulativo, que si se va a aparecer el Diablo, que si se van a escuchar voces de ultratumba o las almas en pena se manifestaran, nada de eso es verdad porque Dios se antepone ante toda oscuridad”.
Gilberto Rodríguez “El diabólico” un día me confesó, “yo no confío en los bancos y es por eso que mi fortuna la guardo bajo el colchón de mi cama, billetes de 200 y 500 pesos así como valioso lote de alhajas, un tanto desconcertado le pregunte si no tenía miedo de que alguien se diera cuenta y lo robara, a lo que me contestó, “todo está protegido por almas en pena y a mí quien me cuida es el Inspector de la policía José Luis Flores Sánchez”.
“El diabólico” murió de una extraña enfermedad y edad avanzada, hace ya una década, sus secretos se los llevó al más allá, de su historia de trabajos negros, sortilegios, hechizos y encantos no quedó nada, manos extrañas quemaron la vivienda donde practicaba la santería y todo quedó convertido en cenizas.
Hoy en día hay quienes cuentan que por las madrugadas se escuchan aullidos tétricos provenientes de la cueva del Diablo, lugar antes poco visto o visitado por quienes practican la brujería, a lo mejor alguien, instruido por Rodríguez Pereyra, rinde culto a Satanás, para pedirle o arrancarle de sus garras la mitad de su alma para entregársela a Dios y que pueda descansar en paz.
Con todo el respeto, cariño y afecto dedico éste tema a quien supo hacer de la santería un escaparate publicitario y resaltara nuestras tradiciones prehispánicas del tradicional primer viernes de marzo, en nuestro enigmático entorno tuxtleco.
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