Ciudad de México.- La sociedad necesita una policía que pacifique sin humillar, que restaure el orden sin excesos y sin violentar los derechos humanos, aseguró hoy el comisario general de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos.
En este sentido, en el hombre y la mujer policía se debe formar la íntima seguridad de su dignidad, para saber qué hacer ante el insulto y la provocación, "pero también para recibir el saludo y el agradecimiento ciudadano por la labor bien realizada".
Durante su participación en la Primera Reunión del Grupo Técnico Subsidiario sobre gestión de la policía, insistió que "necesitamos una policía que se imponga con respeto, que pacifique sin humillar".
En el encuentro que se realiza en la ciudad de México, con la participación de ministerios de seguridad de todo el mundo, el funcionario enfatizó que "la policía debe actuar con pleno respeto a los derechos de las personas, cualesquiera que sean".
En su ponencia La Policía que México Merece, Galindo Ceballos recalcó que "por encima de sus hechos, todas las personas mantienen el derecho a ser tratadas como ciudadanas con plenos derechos humanos".
El encuentro que se desprende de la Reunión de Ministros en materia de Seguridad Pública de las Américas (MISPA), el comisario general apuntó que para trabajar a fondo en la seguridad de los ciudadanos es fundamental reducir la mutua descalificación.
Asimismo, que promover la confianza basada en resultados y establecer una comunicación horizontal entre ciudadanía y policía, sirve para bajar los niveles de tensión y desconfianza.
Para que la gente confíe en su policía, agregó, debe saber dónde buscar y encontrar un buen elemento, tener a la mano el número telefónico del módulo de seguridad y tener la certeza de que ahí estará un uniformado para auxiliarla.
Sobre los resultados de la reciente encuesta nacional de seguridad pública del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que revela que el temor al delito todavía tiene fuerte impacto en los hábitos y rutinas de la población, dijo que es necesario combatir la inseguridad objetiva pero también la subjetiva.
Explicó que la primera se refiere a los hechos que afectan el orden y la paz al vulnerar la integridad de las personas, los bienes y los derechos humanos, mientras que la segunda se refiere a la vulnerabilidad y fragilidad que viven las y los ciudadanos temerosos de ser víctimas de un delito.
En este sentido, en el hombre y la mujer policía se debe formar la íntima seguridad de su dignidad, para saber qué hacer ante el insulto y la provocación, "pero también para recibir el saludo y el agradecimiento ciudadano por la labor bien realizada".
Durante su participación en la Primera Reunión del Grupo Técnico Subsidiario sobre gestión de la policía, insistió que "necesitamos una policía que se imponga con respeto, que pacifique sin humillar".
En el encuentro que se realiza en la ciudad de México, con la participación de ministerios de seguridad de todo el mundo, el funcionario enfatizó que "la policía debe actuar con pleno respeto a los derechos de las personas, cualesquiera que sean".
En su ponencia La Policía que México Merece, Galindo Ceballos recalcó que "por encima de sus hechos, todas las personas mantienen el derecho a ser tratadas como ciudadanas con plenos derechos humanos".
El encuentro que se desprende de la Reunión de Ministros en materia de Seguridad Pública de las Américas (MISPA), el comisario general apuntó que para trabajar a fondo en la seguridad de los ciudadanos es fundamental reducir la mutua descalificación.
Asimismo, que promover la confianza basada en resultados y establecer una comunicación horizontal entre ciudadanía y policía, sirve para bajar los niveles de tensión y desconfianza.
Para que la gente confíe en su policía, agregó, debe saber dónde buscar y encontrar un buen elemento, tener a la mano el número telefónico del módulo de seguridad y tener la certeza de que ahí estará un uniformado para auxiliarla.
Sobre los resultados de la reciente encuesta nacional de seguridad pública del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que revela que el temor al delito todavía tiene fuerte impacto en los hábitos y rutinas de la población, dijo que es necesario combatir la inseguridad objetiva pero también la subjetiva.
Explicó que la primera se refiere a los hechos que afectan el orden y la paz al vulnerar la integridad de las personas, los bienes y los derechos humanos, mientras que la segunda se refiere a la vulnerabilidad y fragilidad que viven las y los ciudadanos temerosos de ser víctimas de un delito.
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